Fotos: Gentileza Prensa
Teatro Colón. Máximo Parpagnoli / Arnaldo Colombaroli
Gustavo Gabriel Otero
Twitter: @GazetaLyrica
Buenos Aires, 19/07/2016. Teatro Colón. Bernd Alois Zimmermann: Die Soldaten. Ópera en cuatro actos. Libreto
de Bernd Alois Zimmermann tomado de la pieza homónima de Jakob Michael Reinhold
Lenz. Pablo Maritano, dirección escénica. Enrique Bordolini, deseño de escenografía
e iluminación. Sofía di Nunzio, vestuario. Carlos Trunsky, coreografía. Marco
Funari, diseño y realización de vídeo. Suzanne Elmark (Marie), Julia Riley
(Charlotte), Noemi Nadelmann (Condesa de La Roche), Tom Randle (Desportes),
Leigh Melrose (Stolzius), Frode Olsen (Wesener), Santiago Ballerini (el joven
conde de La Roche), Gustavo Gibert (Eisenhardt), Eugenia Fuente (madre de
Stolzius), Virginia Correa Dupuy (anciana madre de Wesener), Nazareth Aufe
(Capitán Pirzel), Alejandro Meerapfel (Capitán Mary), Luciano Garay (Capitán
Haudy), Carlos Ullán, Santiago Burgi e Iván Maier (tres jóvenes oficiales),
Christian De Marco (Coronel Obrist, Conde de Spannheim), Alejandro Spies
(sirviente de la condesa de La Roche), Mariano Crosio (joven Alférez), Leandro
Sosa (oficial ebrio), Gabriel Vacas, Román Modszelevsky y Edgardo Zecca (tres
Capitanes), Teresa Floriach (Madame Roux), Hermes Molaro (joven fusilero),
Teresa Maracaida (bailarina andaluza), Exequiel Etelechea (alférez). Orquesta Estable del Teatro Colón. Dirección Musical: Baldur
Brönnimann. Estreno Iberoamericano.
El Teatro Colón presentó el estreno
Iberoamericano de Die Soldaten de Bernd
Alois Zimmermann, en una producción en la que recuperó la excelencia. El equipo visual comandado por Pablo Maritano encontró el encuadre
perfecto a la obra. La monumental escenografía de Enrique Bordolini formada por seis bloques que están constituidos
por torres móviles de tres pisos con un espacio en cada uno permite determinar lugares
diferentes para que se desarrollen las diversas acciones, así se generan
decenas de combinaciones que aparecen o desaparecen cuando gira el escenario o
las estructuras son empujadas a mano. De perfección el vestuario de Sofía di Nunzio para situar en tiempo
la obra, adecuada la iluminación de Enrique
Bordolini, aunque usó demasiado el recurso de presentar la luz dando en la
cara de los espectadores, y bien resueltos todos los otros aspectos de la puesta
en escena como coreografía (Carlos
Trunsky) y vídeo (Marco Funari). La marcación actoral ideada por Pablo Maritano dio carácter a cada uno
de los protagonistas del numeroso elenco. No hubo actuaciones estereotipadas o
rutinarias y el desenvolvimiento de los cantantes fue siempre creíble en una
obra que abusa del abuso. A su vez manejó con perfección las acciones
simultáneas o paralelas en los diversos espacios de la escenografía.
Por el peso del personaje se destacó la
actuación de la soprano danesa Susanne
Elmark en el rol protagónico de Marie. Con voz potente de excelente
proyección y expresividad a toda prueba dio cuenta de un rol cuya líneas
vocales están escritas, despiadadamente, casi siempre en el registro más agudo. La mezzo Julia
Riley (Charlotte) fue una hermana cruel y de eficacia canora en todo
momento. Notable el barítono Leigh
Melrose como Stolzius, perfecto el tenor Tom Randle (Desportes) y en estilo Frode Olsen como Wesener el padre de Marie. Mientras que Noemí Nadelmann compuso una Condesa de
estremecedores acentos. No hubo roles pequeños para los locales y
todos se manejaron con perfección pero por la longitud de los mismos no se
puede dejar de mencionar a Santiago Ballerini, Eugenia Fuente, Nazareth Aufe,
Alejandro Meerapfel y Gustavo Gibert.
La orquesta estable del teatro dirigida por Baldur Brönnimann supero con éxito todas
las dificultades impuestas por la partitura en una noche de excelencia. No
resulta menor coordinar tantos elementos heterogéneos y en número nada pequeño,
pero lo más importante: casi en ningún momento la impresionante masa orquestal
tapó la voz de los cantantes.
Ahora, en 2018 el Teatro Real de Madrid hará una puesta de esta ópera convocando a las mismas principales figuras que actuaron en el COLÓN en 2016, y un artículo de El País reconoce que lo aprendido en la experiencia de las puestas de Buenos Aires es importante basamento para los protagonistas, que repiten su trabajo en esta dramática obra en España.
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