Foto: ROF 2014
Massimo Viazzo
La producción semi-escenificada de El
Barbero de Sevilla ha sido convincente desde cualquier punto de vista. La inclusión
en el proyecto de los estudiantes de la Accademia di Belle Arti de Urbino en el
diseño del espectáculo (creación, cuidado de los elementos escénicos,
movimientos en escena, video y vestuarios) dio frescura a la representación que
no solo se ha llevado a cabo sobre el escenario del magnífico Teatro Rossini,
si no que también en más de una vez ocasión se realizaron acciones en la platea
en directo contacto con el público. Muy
vivaz, y original, fue la dirección de orquesta de Giacomo Sagripanti quien guió con seguridad a la Orquesta del
Teatro Comunal de Bolonia. Homogéneo y bien amalgamado estuvo el elenco vocal
en cada uno de sus componentes, comenzando por el muy simpático Fígaro,
gallardo y dinámico de Florian Sempley. Muy musical estuvo Juan Francisco Gatell quien como el Conde Almaviva demostró
suavidad en la emisión y solidez en la agilidad. Gatell se desempeñó muy bien
tambien en “Cessa di più resistere” La Rosina de Chiara Amarù gustó por su atractivo timbre, la morbidez y una indudable
fluidez en la coloratura; mientras que Paolo
Bordogna, se distinguió por liberar el papel de Bartolo de obsoletos clichés de bajo bufo. Bordogna cantó todas las notas con nítida dicción y con perfecta
entonación. También Alex Esposito se vistió perfectamente en el histriónico papel de
Don Basilio. Bien estuvieron Andrea
Vincenzo Bonsignori como Fiorello y Felicia
Bongiovanni como Berta. En suma, fue
una optima función, muy apreciada por un público que abarrotó el teatro.
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