Foto de Sir John
Elliot Gardiner cortesía de Cité de la Musique
Ramón Jacques
El ciclo de música
antigua denominado Guerre et Paix que
se ofrece durante esta temporada en la
sala de conciertos de la Cité de la Musique de Paris contiene conciertos realmente
interesantes, como el que ofreció la orquesta English Baroque Soloists y el
coro Monteverdi Choir, uno de los más sobresalientes en su género, bajo la
conducción de su director titular y fundador Sir John Elliot Gardiner. El programa confeccionado para la ocasión, por
el propio director inglés, incluyó tres obras vocales pertenecientes a diferentes
compositores quienes coincidentemente nacieron todos en el año de 1685 como
Domenico Scarlatti, Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Haendel. La velada inicio
con la interpretación del suntuoso Stabat
Mater de Scarlatti, conocida composición litúrgica para diez voces y bajo
continuo -aquí el clavecín fue sustituido por un órgano- con una notable sección
de voces femenina del coro Monteverdi, compuesta por cuatro sopranos y dos altos,
que se alternaba con las voces masculinas, de dos tenores y dos bajos, en un
denso dialogo concertante cuya expresiva profundidad es evocadora de la música de
Bach. Sobresalió el Inflamatus que contrastó
el virtuosismo con el que cantaron el tenor y la soprano solistas. La cantata
BWV 199 Mein Herze schwimmt im Blut (Mi corazón bañado en sangre) de
Bach compuesta en ocho movimientos
para soprano, contó con la participación de la orquesta, que resplandeció por
la sincronía y ligereza de su sección de cuerdas y el oboe que se escuchó frecuentemente
como en la primera aria o la ultima, donde marcó el alegre estado de ánimo que concluyó
con una brillante y expresiva agilidad vocal. Finalmente se interpretó el Dixit
Dominus HWV 232 (Salmo 109) de Haendel con una vibrante y estimulante
lectura del enérgico motete por parte de John Elliot Gardiner al frente de una agrupación
-orquesta y coro- que ofreció una superlativa interpretación que convenció y conmovió
a un exultante público que no paraba de aplaudir. Notables fueron De
torrente in via bibet – dúo para soprano y alto- y el Gloria Patria et
Filio, que al final tuvo que ser repetido como bis. Cabe señalar que los
solistas –en especial las voces femeninas- estuvieron francamente maravillosos todos,
por ello es una pena que en el programa de mano solo se haya dado el crédito al
coro como agrupación, y no se hayan mencionado los nombres y la parte cantada
de manera individual. ¡Quedara siempre esa incógnita!
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