Foto: Prensa Teatro Colón /Arnaldo Colombaroli.
Gustavo Gabriel Otero
twitter: @GazetaLyrica
Buenos Aires, 30/07/2015. Teatro Colón. Orquesta West-Eastern Divan (WEDO). Martha Argerich, piano. Dirección Musical: Daniel Barenboim. Obras de Beethoven y Chaikovski. Tercer Concierto del Festival de Música y Reflexión.
Por dieciséis días -desde el 24 de julio al 8 de agosto- la presencia de Daniel Barenboim junto a la West Eastern Divan Orchestra (WEDO), fundada por Edward Said y el mismo Baremboim, electrizan a Buenos Aires con quince presentaciones. La mayoría están programadas en el Teatro Colón y dentro del Festival de Música y Reflexión o Festival Barenboim. Pero también hay dos conciertos para el Mozarteum Argentino, una presentación gratuita exclusiva para estudiantes, conciertos de cámara, presentaciones en la Catedral Metropolitana, en el Centro Islámico y en una de las principales Sinagogas de la ciudad, el templo de la calle Libertad, una jornada de reflexión y cuatro conciertos -con tres programas diferentes- en los que a la presencia de la WEDO y la batuta de Barenboim se la adiciona la excelencia de Martha Argerich en el piano. Reseñamos la que sería la última jornada en la que la conjunción Barenboim-WEDO se presentó con la presencia estelar de Martha Argerich, repitiendo el programa de la noche anterior. Sin el habitual preámbulo de una obra corta u obertura, el concierto comenzó con la entrada de Barenboim junto a Argerich, ovacionados ya desde que la puerta de entrada al escenario de abriera. Los acordes iniciales preanunciaron la excelencia de la versión del Concierto para piano número 2 de Ludwig van Beethoven, Baremboim dirigió con elegancia y sutileza durante toda la obra logrando plana conjunción con la solista y estuvo en todo momento al servicio de la gran Martha Argerich y de la obra. Poco se puede agregar a lo ya dicho y escrito durante más de cincuenta años sobre las calidades de intérprete de Martha Argerich. Pero no está de más destacar que, nuevamente, fue modelo de fraseo, de excelencia, de sutileza, y de solvencia técnica. Momentos sublimes fueron la cadencia del primer movimiento y algunos de los muchos pianísimos que interpretó durante la obra. Luego de la impresionante ovación la pianista interpretó -fuera de programa- una pequeña pieza del opus 12 de Robert Schumann.
Terminada la pausa siguió la Cuarta Sinfonía de Chaikovski interpretada con virtuosismo y flexibilidad notables por la Orquesta conducida de modo atento por Barenboim. Si algún momento deber ser recordado con mayor énfasis sin ninguna duda lo será el tercer movimiento (scherzo: pizzicato ostinato) y, también, el electrizante final. Dos obras fuera de programa de estética contrastante completaron la magnífica actuación de la orquesta. Primero el ‘Vals triste’ de Sibelius y luego la obertura de ‘Ruslan y Ludmila’ de Glinka. Pero esta obra fue dirigida por el joven Lahav Shani, a quien Barenboim presentó como uno de los directores más talentosos de su generación y ganador de varios concursos. Notable generosidad la de Barenboim de terminar el concierto con aplausos para la orquesta y su asistente y no para sí mismo, ya que al presentarlo dejó el final para los jóvenes: una excelente lección al futuro. Y si de futuro se habla, hay que resaltar que este Concierto inauguró la transmisión en vivo espectáculos del Teatro Colón desde su nueva plataforma tecnológica de su website: www.teatrocolon.org.ar Según se informó, 42.574 conectados concurrentes apreciaron la transmisión en vivo y gratuita desde distintas zonas geográficas alrededor del mundo (principalmente de Argentina, Brasil, Uruguay, España, Estados Unidos, Canadá y México). En conjunción con los que asistíamos al Concierto estas miles de personas compartieron la transmisión online desde la sala del primer coliseo porteño, desde diferentes dispositivos, y pudieron apreciar y disfrutar de la perfecta conjunción de la WEDO, Daniel Barenboim y Marha Argerich.
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