Crédito: Robert Millard
Ramón Jacques
Muy poco representada en la actualidad, esta opera de Walter Braunfels se estrenó en Los Ángeles como parte del programa “Voces Recobradas”, con el cual se pretende rescatar operas olvidadas, que pertenecen al genero “entartete musik” o música degenerada. Musicalmente, la obra contiene fragmentos atonales de la música contemporánea, fusionados con armoniosos pasajes orquestales, claramente inspirados en los preceptos musicales de compositores como Strauss, Mozart, y Wagner, y la ideología teatral griega en la que se basa la fantasiosa historia, por ello la inclusión de un largo ballet de profusa y exuberante musicalidad. James Conlon, conocedor del estilo, logró una lectura segura e inequívoca, exaltando en cada momento las virtudes sonoras de la partitura, y con consideración por las voces. Por su parte, Darko Tresnjak, creó atractivas imágenes visuales, al inicio de la obra, con su escenografia situada en una plataforma inclinada hacia el foso de la orquesta, en un cielo imaginario, con nubes y buenas ideas de iluminación; pero la estática y rigidez escénica, y exagerados vestuarios, fueron menguando su cometido artístico en el transcurso de la función. Los personajes del Amigo Leal y la Buena Esperanza, los humanos que ingresan al reino de los pájaros, fueron interpretados, respectivamente, por el baritono James Johnson, quien mostró una ajustada línea de canto y sobreactuación; y por el tenor Brandon Jovanovich, quien exhibió una voz homogénea y convincente. Sobresalió, la soprano Désirée Rancatore, que aportó al papel del ruiseñor su claro y ágil despliegue vocal, con colorido y atractivo timbre. El baritono Martin Gantner dio vida a al simpático personaje de Hoopoe con peso y autoridad vocal. El resto del extenso elenco, coro y bailarines redondearon la función con óptima desempeño.
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