Fotos cortesía Teatro Argentino de la Plata
Dr. Alberto Leal.
El Teatro Argentino vuelve a sorprendernos con un título básico de la opera rusa como “Eugene Onegin”, elegido para abrir esta nueva temporada. Los directivos siguen apostando fuerte y es un hecho que debe ser valorado. En una producción realizada totalmente en el Teatro, en coproducción con varios teatros de Europa, el plantel del teatro sigue mostrando, una vez más, que posee la capacidad técnica y artística para lograr puestas, que según el escenógrafo pueden gustar o no, pero que tienen real nivel internacional. Bravo por ellos! Con Eugene Onegin Tchaikovsky se planteó una opera romántica, como el libro original – aunque introdujo algunas variantes – íntima, casi camerística y generó una maravillosa partitura para esta historia. Michal Znaniecki y Luigi Scoglio plantearon la puesta como una gran opera, quitándole en general el tono intimista. Profusión de espejos el los primeros actos – que por momentos molestan la visual al espectador, tres grandes aberturas, dos laterales y una central, que son las vías para ingresar al escenario y que van variando de color o diseño según las escenas. La puesta es sin duda imponente, pero en lo personal pienso que algo pretenciosa y fuera del clima que creó Tchaikovsky. El acto más logrado, de indudable belleza, es el del duelo. Creo que son demasiadas ideas juntas para una sola puesta. En el final, el hielo, que ha compartido gran parte de la historia, se convierte en agua, recurso realmente poco usado y, tanto cantantes como bailarines transitan por ese pequeño “lago” creado en el escenario. Tal vez una forma de significar la parábola que se ha generado en la vida de Onegin. Los que han visto la puesta de Robert Carsen para el Metropolitan, con mínima cantidad de recursos, pero con una fuerza increíble tendrán la misma sensación que yo tuve, demasiada grandiosidad en un caso que no es necesario. Aunque valoro la profusión de ideas creativas creo que las mismas pudieron ser dosificadas. Muy buen trabajo de Bogumil Palewicz en la iluminación y atractivo el vestuario, aunque con muchas licencias, del mismo Znaniecki. En el plano vocal se destacó plenamente el barítono Marcin Bronikowski, con una voz de buen timbre y excelentes armónicos, sumado a un canto de muy buena técnica y afinación, supo crear un personaje totalmente creíble, todo lo detestable que se requiere.

No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.