Foto: The King´s Consort - tkcworld.org
Alicia Perris
The King´s Consort: Robert King, órgano y director. Sophie Junker y Mhairi Lawson, sopranos. Lynda Sayce, tiorba y Susanne Heinrich, viola da gamba. Notas al programa: Robert King. Sala de Cámara. 15 de abril de 2011. Programa: “Magnificat anima mea” de François Couperin “Le Grand” (1668-1733), “Prélude en Mi menor” de Monsieur de Saint-Colombe le Fils( c.1660-1710), “Tombeau pour Sieur de Ste. Colombe”, de Marin Marais (1656-1728), “Motet pour le jour de Pâques” y en la segunda parte “Trois leçons de ténèbres” de François Couperin.
The King´s Consort es uno de los grupos de música con instrumentos de época más conocidos de Europa. Suele viajar por todo el mundo, a partir de 1980, cuando Robert King le da forma como ensemble. Poseen un repertorio amplio y variado que va de Purcell a Bach, pasando por Mozart, Haendel o Mendelssohn. Han realizado giras, muchas grabaciones y son famosos también por su participación en las bandas sonoras de películas como El código da Vinci, Piratas del Caribe o El reino de los cielos, entre otras. Su director, Robert King, nacido en 1960, fue miembro del Coro del St. John´s College de Cambridge, especializado en compositores ingleses del siglo pasado, es un experto en la vida y obra de Henry Purcell. Es además, un fogueado director de coro y asiduo colaborador de la BBC. The King´s consort ofrecen esta vez en el Auditorio de Madrid, un repertorio que es una fiesta para la lengua latina, melancólico y recogido como suele ser propio del sentimiento religioso que invade las celebraciones litúrgicas y musicales del entorno de Pascua. Compositores franceses como Marin Marais o Monsieur de Sainte Colombe, que nos retrotraen a la mítica película de Alain Corneau, “Tous les matins du monde”, con música interpretada por Jordi Savall y en los roles principales figuras como los Dépardieu, padre e hijo (Guillaume, ya desaparecido) o Jean-Pierre Marielle, en la recreación del maestro Sainte Colombe. Una cinta que nos hizo soñar y nos embargó de tristeza y nostalgia, porque nos relataba una historia de competitividad, desamor pero también de talento y armonía. Para Corneau, la motivación principal de ambos compositores radicaba en la búsqueda de lo inefable, lo que va más allá, la trascendencia del sonido incapturable e inédito, el pulso de la vida hecho música. El concierto del King´s consort estuvo lleno de buenos propósitos, con unos intérpretes entregados y felices de tocar en Madrid (en sus rostros se veía el entusiasmo y la dedicación), aunque no siempre consiguieron aunar a la perfección la parte instrumental con las voces. Le faltó fuerza sonora a los instrumentos, a la viola da gamba, mientras que el órgano y la tiorba subrayaron adecuadamente las voces de las dos sopranos que invadían el ámbito sonoro. El programa traía incluidos los textos en latín de las obras, pero era difícil seguirlos porque la pronunciación estaba determinada por un marcado acento anglosajón. El público aplaudió con entusiasmo y “bravos”,pero no hubo propinas. Ya en casa, hubo tiempo para releer algunas frases de Philippe Beaussant, que opinaba de los compositores de la velada: “música de corte, de apariencia y del divertimento, música de rigor y de severidad. Ambas coexisten en el siglo XVII. Si contraponemos a un Marin Marais versallés y a un Sainte Colombe recluido en su gravedad y en su austeridad, podemos hacernos un dibujo, a la vez moral, espiritual, social y estético del conflicto interior y secreto de este siglo….”. Podríamos añadir que con Luis XIV y su corte relampagueando al fondo.
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