Foto: Roger Mastroianni - The Cleveland Orchestra
Ramón Jacques
Con una formidable y prolífica trayectoria que comenzó desde su fundación en el año de 1918, The Cleveland Orchestra, que forma parte del grupo denominado informalmente como “Big Five” (que junto a esta orquesta lo componen las de: Nueva York, Boston, Filadelfia y Chicago) es sin dudas la mejor orquesta sinfónica estadounidense en la actualidad. En la antigua y admirable sala de conciertos Severance Hall, sede histórica de la agrupación, se realizó el concierto de clausura de la temporada 2010-2011 con un programa que inicio con el estreno mundial de: Flûte en suite, el concierto para flauta y orquesta del compositor y clarinetista alemán Jörg Widmann, compuesta por encargo de la propia orquesta. En la obra de ocho breves movimientos, se contrastan oscuros timbres atonales de las cuerdas, los alientos y metales de la orquesta, con la brillante y colorida armonía que emergió del instrumento del flautista Josua Smith, y que concluyó con el brillante y alegre Badinerie, movimiento de estilo totalmente barroco. El momento más alto del concierto fue la sublime interpretación ofrecida del Stabat Mater de Rossini, en la que se escuchó la ductilidad y la ligereza en cada una de las líneas de la orquesta, que con mesurado fraseo y una suave y delicada timbrica hicieron que la obra sonara ligera y suave. Su director musical Franz Welser-Möst mostró seguridad en una lectura que fue elegante y transparente. Optimo fue el desempeño del Cleveland Orchestra Chorus, y sobretodo del sólido elenco de solistas invitados, que contribuyeron al éxito de la interpretación y que contó con la presencia del bajo-barítono Luca Pisaroni quien dio a su cantó acentos de autentico y creible dramatismo; del tenor canadiense John Tessier, poseedor de una voz luminosa de grata sonoridad; de la soprano Malin Hartelius de brillante y claro canto; y de la mezzosoprano Anna Bonitatibus, de impecable acento y estilo, por la suave y mórbida belleza de su timbre y la nobleza mostrada, particularmente en su conmovedora ejecución de la cavatina Fac ut portem.
Ramón Jacques
Con una formidable y prolífica trayectoria que comenzó desde su fundación en el año de 1918, The Cleveland Orchestra, que forma parte del grupo denominado informalmente como “Big Five” (que junto a esta orquesta lo componen las de: Nueva York, Boston, Filadelfia y Chicago) es sin dudas la mejor orquesta sinfónica estadounidense en la actualidad. En la antigua y admirable sala de conciertos Severance Hall, sede histórica de la agrupación, se realizó el concierto de clausura de la temporada 2010-2011 con un programa que inicio con el estreno mundial de: Flûte en suite, el concierto para flauta y orquesta del compositor y clarinetista alemán Jörg Widmann, compuesta por encargo de la propia orquesta. En la obra de ocho breves movimientos, se contrastan oscuros timbres atonales de las cuerdas, los alientos y metales de la orquesta, con la brillante y colorida armonía que emergió del instrumento del flautista Josua Smith, y que concluyó con el brillante y alegre Badinerie, movimiento de estilo totalmente barroco. El momento más alto del concierto fue la sublime interpretación ofrecida del Stabat Mater de Rossini, en la que se escuchó la ductilidad y la ligereza en cada una de las líneas de la orquesta, que con mesurado fraseo y una suave y delicada timbrica hicieron que la obra sonara ligera y suave. Su director musical Franz Welser-Möst mostró seguridad en una lectura que fue elegante y transparente. Optimo fue el desempeño del Cleveland Orchestra Chorus, y sobretodo del sólido elenco de solistas invitados, que contribuyeron al éxito de la interpretación y que contó con la presencia del bajo-barítono Luca Pisaroni quien dio a su cantó acentos de autentico y creible dramatismo; del tenor canadiense John Tessier, poseedor de una voz luminosa de grata sonoridad; de la soprano Malin Hartelius de brillante y claro canto; y de la mezzosoprano Anna Bonitatibus, de impecable acento y estilo, por la suave y mórbida belleza de su timbre y la nobleza mostrada, particularmente en su conmovedora ejecución de la cavatina Fac ut portem.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.