Prensa Fesnojiv
El compositor y director Krzysztof Penderecki es un hombre de talante sobrio. Varias experiencias musicales en Venezuela, o con venezolanos en otros países, han hecho que cambie esa sobriedad por una emoción al filo de la palabra desborde. En esta ocasión, volvió a sucederle. Se cumplió uno de sus más grandes anhelos: llevar a la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar y a Gustavo Dudamel a Polonia, su país, pero además sus ojos se pusieron de un cristalino delatador cuando escuchó a José Antonio Abreu anunciar la creación, el año próximo, del primer “Festival Sinfónico Coral Krzysztof Penderecki”.
Después de un concierto en el Gran Teatro Nacional de la Ópera de Varsovia, en el que los venezolanos lograron levantar de sus asientos a un público tan exigente que se ha llegado a ir de la sala sin aplaudir, el maestro Abreu señaló: "Vinimos a saludar al pueblo y a la juventud de Polonia y a saludar a este excelentísimo maestro (Refiriéndose a Penderecki) de la música contemporánea, que ha dado a nuestros muchachos el regalo inconmensurable de su arte.
Penderecki manifestó su agradecimiento por tener la oportunidad de ir siempre a Venezuela desde la década de los 60. Además de alabar la actuación de la Sinfónica Simón Bolívar y los logros de El Sistema, señaló que quiere que los venezolanos regresen en el 2011 a Polonia. Minutos antes, el compositor polaco era uno de los 1700 asistentes que aplaudía largamente la interpretación de La Consagración de la Primavera de Igor Stravinsky. En la primera parte tocaron un repertorio latinoamericano integrado por Margariteña de Inocente Carreño y Danzas del Ballet La Estancia, de Alberto Ginastera, obras que han estado interpretando en la gira Europa 2010. Por primera vez en Polonia se escuchó el Mambo de Leonard Bernstein, que los espectadores recibieron con furor, luego de haber escuchado tres bises.
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