Fotos: Teatro Colón
de Buenos Aires / Gustavo G. Otero
Gustavo Gabriel Otero
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@GazetaLyrica
Buenos Aires, 6 de
noviembre de 2016: Sala Sinfónica de La Usina del Arte. Concierto Lírico. Obras
de Rossini, Puccini, Borne (Bizet) y Massenet. Solistas: Jaquelina Livieri,
soprano – Gustavo López Manzzitti, tenor – Fabio Mazzitelli, flauta. Orquesta
Estable del Teatro Colón. Director: Reinaldo Censabella. Ciclo del Teatro Colón
‘La Estable en Escena’: Concierto nro. 8.
En los últimos tiempos dos grandes salas de conciertos se sumaron a la
oferta cultural de Buenos Aires. La denominada ‘La ballena azul’ en el Centro
Cultural establecido en el Ex-Palacio de Correos -con una acústica
reverberante- y éste auditorio construido dentro de lo que fue una usina eléctrica
luego desactivada. La Usina Eléctrica concebida originalmente por arquitecto italiano
Giovanni Chiogna, en los albores del siglo XX, como un ‘palacio de la luz’ con
reminiscencias a un palacio florentino marca un hito en el paisaje urbano y una
apuesta cultural de trascendencia y de calidad. Hoy la denominada Usina del
Arte es un multicentro cultural que aloja una sala de conciertos de cámara para
280 espectadores, varias salas polivalentes, un microcine y la sala sinfónica
para 1.200 asistentes. Con buen tino el Teatro Colón lleva sus cuerpos estables a este nuevo
centro cultural de la ciudad de Buenos Aires en programas en su mayoría
gratuitos. En este caso en la bellísima y moderna sala de conciertos que tiene una
muy buena acústica, en principio superior a la otra nueva sala que depende del
gobierno nacional, se desarrolló un más que interesante programa con una
selección de repertorio atinada, no trillado o rutinario y, por ende, más que atrayente. Para entrar en clima el programa inició con la obertura de ‘Semiramide’ de Rossini que sirvió para
demostrar la eficaz batuta del maestro Reinaldo
Censabella y la digna respuesta de todos los sectores de la orquesta. La elección del repertorio cantado fue simétrica: un aria de soprano, un
dúo, un aria de tenor y nuevamente un dúo. En medio la ‘Fantasía brillante sobre Carmen de Bizet’ para flauta y orquesta
de François Borne en orquestación de Giancarlo Chiaramello logró dar una pausa
a los solistas vocales y permitió el lucimiento, en flauta, de Fabio Mazzitelli a la vez que posibilitó
escuchar una pieza bien resuelta, que se disfruta con agrado y simpatía. El inicio vocal correspondió a la ascendente soprano, oriunda de
Rosario, Jaquelina Livieri que cantó
un momento de Magda de La Rondine de
Puccini: ‘Chi il bel sogno di Doretta’. Siguió con el dúo final de esa misma
ópera por Livieri y el experimentado tenor Gustavo
López Manzitti, como Ruggero. Luego de la fantasía sobre Carmen el momento solista fue para el tenor.
Así Gustavo López Manzitti acometió la gran escena de Des Grieux de Manon de Massenet del tercer acto: ‘Ah!
Fuyez douce image …’ para terminar con el dúo de Saint Sulpice: ‘Oui! Je fus
cruelle et coupable ...’, naturalmente con Livieri como Manon. Gustavo Lopez.Manzitti se lució, como
siempre, por su proyección y seguridad en el canto y la emisión, aunque no
debió cantar mirando la partitura. Jaquelina Livieri afrontó el
compromiso con belleza vocal, excelente fraseo y cautivante presencia escénica.
En todo momento la experimentada batuta del maestro Censabella dio
soporte a los cantantes y ante el pedido del público se ofrecieron dos bises o
propinas. López Manzitti
interpretó una sentida Canción de la flor de Carmen mientras que Livieri fue
una perfecta Micaela en el aria del tercer acto: ‘Je dis que rien ne
m'épouvante’. El público salió
satisfecho de una hermosa tarde de música brindada con calidad, profesionalismo
y excelencia.
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