Fotos Máximo Parpagnoli - Gentileza: Prensa del Teatro Colón.
Gustavo Gabriel
Otero
Twitter:
@GazetaLyrica
Buenos Aires, 09/12/2017.
Teatro Colón. Umberto Giordano: Andrea
Chénier. Ópera en cuatro actos. Libreto de Luigi Illica. Marías Cambiasso,
dirección escénica. Emilio Basaldúa, escenografía. Eduardo Caldirola,
supervisión de vestuario. Carlos Trunsky, coreografía. Rubén Conde,
iluminación. Gustavo López Manzitti (Andrea Chénier), Daniela Tabernig
(Maddalena di Coigny), Leonardo Estévez (Carlo Gérard), María Luján Mirabelli (la
mulata Bersi), Vanesa Tomas (la condesa de Coigny), Alejandra Malvino (Madelon),
Luis Gaeta (Mathieu), Mario De Salvo (Roucher), Gabriel Centeno (Incredibile),
Ernesto Bauer (Fleville), Pablo Politzer (el Abate), Alejandro Meerapfel
(Dumas), Víctor Castells (Fouquier Tinville y Mayordomo), Alejandro Spies (Schmidt). Orquesta y Coro
Estables del Teatro Colón. Director del Coro Estable: Miguel
Martínez. Dirección Musical: Mario Perusso.
El Teatro Colón
cerró su Temporada 2017 con Andrea Chénier
de Giordano de adecuado nivel musical -en el elenco que reseñamos- y con una
puesta escénica pobre, atento a la solución de emergencia que las autoridades
tuvieron que decidir por la renuncia de quien debía ocuparse de los aspectos
visuales a sólo 24 días del estreno. Para los escasos días de preparación la
puesta de Matías Cambiasso lució
razonable. Resultó muy apegada a las indicaciones escénicas del libreto aunque
quizás faltaron más marcaciones actorales para los solistas principales que
parecieron librados a su suerte. La funcional escenografía de Emilio Basaldúa dio buen marco
abstracto a las escenas. Eduardo
Caldirola seleccionó de los archivos del Colón los trajes de época que
lucieron en buen estilo. La rutinaria iluminación de Rubén Conde y los pobres movimientos coreográficos trazados por Carlos Trunsky poco aportaron a esta
puesta decorosa pero evidentemente de emergencia.
La concertación del veterano Mario Perusso siempre tuvo el necesario
apoyo a los cantantes, sin desbordes y cuidando el balance entre el foso y la
orquesta, la versión tuvo las dosis necesarias de sutileza, lirismo y pasión
que la partitura demanda. Gustavo López
Manzitti compuso un ‘Andrea Chenier’ al cual no le faltó ninguna nota del
registro, la voz se escucha en toda la sala sin inconvenientes y los tintes
heroicos del personaje están garantizados. Daniela
Tabernig es una soprano de bello registro lírico que se atreve a más y que
en esta ocasión no sólo no defraudó, sino que brilló en el rol intenso y
difícil de ‘Maddalena de Coigny’ que abordaba por primera vez. Leonardo Estévez fue un muy convincente Carlo Gérard que administró con eficacia sus
recursos canoros para logar un resultado altamente encomiable. Emocionante Alejandra Malvino y su cuidada
interpretación para encarar a la vieja Madelon, bien trabajada tanto en lo
vocal como en lo actoral la Bersi de María
Luján Mirabelli, un pequeño lujo el veterano Luis Gaeta como Mathieu, sin nada que objetar el Roucher de Mario de Salvo y en perfecto estilo el
intrigante Incredibile de Gabriel Centeno
mostrando, también, un solvente crecimiento artístico respecto a anteriores
oportunidades. Adecuado y profesional el resto del elenco en sus pequeños, así
como el Coro Estable que dirige Miguel Martínez.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.