Dr. Alberto Leal
Estrenada en 1816, El Barbero de Sevilla es sin dudas la opera bufa por excelencia y siempre es un placer volver a disfrutarla. En mi viaje a Boston tuve la oportunidad de asistir a una magnifica función, casi a nivel de excelencia….. El Teatro Shubert no está construido para ópera, su acústica es pobre y genera un sonido demasiado seco que distorsiona el volumen y timbre de los cantantes. De todas formas, sin deslumbrar, el Maestro David Angus concertó teniendo siempre en cuenta la relación foso y escenario. Tal vez sus tiempos fueron algo más lentos que los habituales, pero nunca bajó de la corrección y la orquesta le respondió en todo momento. El elenco fue decididamente brillante. La soprano coloratura Sarah Coburn, de inusual extensión, con absoluta facilidad en la zona aguda y en los tramos de coloratura, pero además con un centro y graves importantes, fue una Rosina ideal. Desenvuelta, buena actriz y su absoluta seguridad vocal hacen de ella una cantante de gran nivel, de hecho llegaba de cantar “Lucia” con notable éxito en Viena. Aunque el personaje fue escrito para una mezzo, en lo personal, de vez en cuando me agrada escuchar una soprano y si tiene las facultades de la Sra. Coburn más aún. El tenor canadiense John Tessier, de excelente desempeño en el último “Don Giovanni” del Teatro Colón, mostró que además de conocer el estilo y cantar con total fluidez, es un excelente actor, con un nivel de desenvoltura no frecuente en alguien de su cuerda. Jonathan Beyer , joven barítono, mostró gran simpatía y desenvoltura escénica, buena figura y canto más que correcto. Steven Condy fue un estupendo Dr Bartolo. Con una voz de excelente timbre e importante volumen, aunado a sus brillantes dotes de comediante, su trabajo nunca bajó del nivel de excelencia y es un nombre a tener en cuenta en un momento que los bajos bufos no abundan. Bravo! Muy buena la Berta de Judith Christin. Lamentablemente la función no pudo alcanzar el nivel de excelencia debido a una enfermedad respiratoria del bajo David Cushing, lo que obligó a que fuera cortada su célebre aria. En las breves partes cantadas mostró una voz de bello timbre e importante caudal. Con una puesta en época, colorida y con varios toques de ingenio, el trabajo del Maestro Doug Varone fue absolutamente fundamental. Director de cine, de grandes comedias en Brooklyn y de opera, movió a los cantantes a un ritmo vertiginoso, generando en todo momento ”gags” totalmente diferentes a los usuales. Un trabajo para atesorar. Y porque no fue un “Barbero” de excelencia? Simplemente por la importancia que tiene el aria "la calunnia" y que fue cortada en la función que presencié. De todas formas un “Barbero” de gran nivel, tanto en lo vocal como en lo escénico.
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