Foto: Liliana Morsia
Luis G Baietti
Donizetti tenía 33
años cuando en 1830 completó la partitura de esta ANNA BOLENA – Cinco años
después escribiría MARIA ESTUARDA y dos años más tarde ROBERTO DEVEREUX
completando lo que ha dado en llamarse impropiamente la TRILOGIA TUDOR de
DONIZETTI porque él nunca la concibió como tal. Son tres de las mejores
óperas que escribió el prolífico e inspirado autor y tienen en común algunas
características además del tiempo y lugar. Las
tres requieren un tipo muy especial de soprano que podríamos llamar de
DRAMATICA DE AGILIDAD y de la cual el ejemplo más cabal es MARIA CALLAS, una
voz con un poderoso centro, que pueda llegar a extremos graves y agudos y con
una endiablada habilidad para la coloratura. De las tres la más exigente en ese
sentido es Anna Bolena y la más compatible con voces más líricas es MARIA
ESTUARDA. ANNA BOLENA Y MARIA ESTUARDA tienen en común la exigencia de una
mezzo de muy buen nivel a una altura coprotagónica, ROBERTO DEVEREUX y ANNA
BOLENA comparten la exigencia por un tenor capaz de remontarse en la
estratósfera de la zona aguda sin chistar. Pero ANNA BOLENA es de las
tres la que tiene un reparto más demandante, ya que además de una soprano
imposible de hallar requiere una gran mezzo, un tenor con gran facilidad en el
sector agudo y un bajo también muy exigido en cuanto a notas, volumen y
agilidad. Y de yapa una contralto en un papel relativamente menor pero que
tiene un aria especialmente difícil de cantar. No es fácil conseguir
reunir todos esos elementos y la falla en uno de ellos puede dañar
irreparablemente una función Por
eso hay que sacarse el sombrero ante BUENOS AIRES LIRICA que consiguió una muy
atendible representación musical del texto logrando una versión que en sus
peores momentos fue correcta y en sus mejores brillante. Gran parte del mérito
es de la soprano MACARENA VALENZUELA,
en esencia una soprano lírica neta, que supo remontarse con facilidad a la
región aguda colocando inclusive un par de staccatos agudos en lo finales de
cuadros y resolviendo con total eficiencia las notas más graves. Dio todo de si
interpretativamente, dentro de las limitaciones que le impuso la puesta, y
salió indemne de las escenas en que su voz no era la más adecuada para el
personaje ( Ah segnata e la mia sorte, Coppia inicua ) por requerir una voz de
mucho mayor peso en la zona central que la que naturalmente posee. Fue una muy
buena actuación digna de los aplausos que la saludaron al final de la obra. Tampoco
es Seymour a priori el mejor uso para la voz de FLORENCIA MACHADO, portadora de una bellísima voz de mezzosoprano
aguda (casi una soprano) que es más adecuada para repertorios menos pesados que
este. Pero la intérprete se embarcó con total entrega y profesionalismo y
obtuvo excelentes resultados vocales, saliendo del paso con corrección de los
momentos más exigentes en la zona grave. CHRISTIAN PELLEGRINO volvió a impactar con su voz, dotada de una
belleza tímbrica que admite pocas comparaciones, una extensión mucho más de lo
normal para su registro y un volumen importante. La coloratura quizás no sea su
terreno más propicio pero salió del paso con dignidad. LUCIANA MANCINI fue un Smeton de estampa viril, voz potente,
generosos graves y alguna nota aguda que perdió color. WALTER SCHWARZ, privado de su escena del último acto, volvió a parecer desaprovechado
en la parte del hermano de Anna, que en las restantes escenas canta en realidad
muy poco. Volvió a lucir una voz generosa y agradable de oír. Increíbles
progresos está haciendo SANTIAGO
BALLERINI a quien se lo oyó con una voz mucho más potente que en sus
últimas apariciones en LA PLATA, con un timbre un decididamente mas oscuro. Fue
además un puntal en las escenas de conjunto... Tiene por otra parte un generoso
registro agudo, lo cual hizo inexplicable que se optara por eliminar la escena
del último acto, por difícil que sea el aria del tenor. Justo es reconocer que
es un corte que muchos teatros han practicado ante la dificultad del aria, no
entendiéndose bien por que se prefiere cortarla a trasportar los agudos finales
si no están al alcance del tenor, lo cual no creo haya sido la causa en este
caso.
Hubo además otros cortes: la eliminación de todas las segundas estrofas
de arias y caballetas, lo cual fue beneficioso para el rápido desenvolvimiento
de la acción e hizo menos gravoso para los participantes cantar esta demandante
partitura. Se cortó además la participación de todos los solistas en la escena
final que, así abreviada se convirtió en un solo para soprano, reduciéndole el
impacto dramático, cosa que es por demás lamentable porque es en la escena
final que el regisseur, mostrando una en este caso bienvenida incongruencia,
deja de lado su concepción y se aplica a escenificar el texto de
Romani-Donizetti obteniendo al fin una escena totalmente lograda, que se inicia
con el sobrecogedor momento de Anna. sufriendo el corte de cabellos previo al
cadalso y alcanza un alto grado de dramatismo en la sucesiva desaparición de
los restantes protagonistas que son uno a uno arrastrados a la muerte por el
verdugo, dejando a Anna Bolena que orgullosamente camina entera y consciente
hacia la muerte. Una escena de alto impacto que muestra lo mucho que Maritano
sabe de Teatro. Una escena que llega demasiado tarde cuando la Opera ya ha sido
dramáticamente arruinada y que hace lamentar mucho más la sucesión de dislates
cometidos antes de ella. Muy buena, ágil y expresiva la dirección musical,
excelente la actuación del coro y un buen conjunto orquestal una vez superada
la obertura que sonó un poco a banda de música aunque en parte la culpa sea de
Donizetti. Me gustó la concepción escenográfica, prácticamente una caja
negra con paredes que cierran totalmente el espacio escénico (y que de paso dan
apoyo a la difusión del sonido) matizada con muy buen gusto en algunas escenas
con el lecho de Anna Bolena cubierto por enormes cortinas rojas. Y aquí
termina lo bueno. No me gusta hacer críticas negativas porque todo artista pone
su corazón en lo que hace y llega a los escenarios tras años de estudio y se
merece el respeto por su obra aunque no guste. Pero la regie de PABLO MARITANO
desafió la paciencia. No es que haya modernizado la obra aunque de hecho haya
incurrido en algunos contrastes bastante ilógicos con las damas vestidas en
ropa de época y los caballeros en trajes actuales, llegando al ridículo de que
la corte en pleno se vaya de caza vistiendo fracs, que no son precisamente la
ropa más adecuada para este deporte. No es tampoco que en el momento clave
Percy saque un revolver y no una espada, que Smeton defienda a la reina con las
manos y no con otra espada y que el rey hable inexplicablemente de NUDI ACCIAR
cuando sorprende la escena. Fue mucho peor que eso a lo que más o menos
(es a la fuerza que ahorcan) ya estamos resignados. Es que Maritano concibió y
representó la bella tragedia que Romani le dio a Donizetti como una farsa,
desvirtuando totalmente las relaciones entre los personajes. Haciendo del Rey
un patán torpe y presuntuoso. Haciendo que las dos damas sepan desde el
comienzo que son rivales y se miren con odio, desprecio y sarcasmo con una
gesticulación recargada que sigue la estética de las películas del cine mudo.
Haciendo del tenor una figura torpe en todos sus movimientos llegando al colmo
del ridículo en la escena en que haciendo burla de su reducida estatura fue
forzado a tratar de saltar para alcanzar la boca de la Bolena y arrancarle un
beso, provocando la hilaridad de la platea. Amén de ello la procacidad
innecesaria de algunas escenas como la de Smeton practicando un coito simulado
con la almohada y la imagen de la reina, el Rey tocando los genitales de
Seymour por debajo de la pollera o los suyos, y el enorme ciervo que es
decapitado y destripado en escena haciendo que la sangre brote a borbollones de
su cuello (ya sé que es una metáfora por la inminente decapitación de la Reina,
pero era necesaria ¿?) Un verdadero atentado contra la obra de
Donizetti, que provocó cólera en una parte de la audiencia, que se manifestó
violentamente a la hora de los saludos. Considero y no voy a desdecirme
ahora que es mala educación abuchear a un artista pero a veces me pregunto si
no es también mala educación obligar al público a ver ciertas cosas.
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