Concierto de la OFUNAM, primer concierto Segunda
Temporada 2014. Obras de Alfonso Elías, Paul Dukas, Carl María von Weber, Richard
Strauss, Emmanuel Chabrier. Orquesta Filarmónica de la UNAM. Director invitado:
Lanfranco Marcelletti. Solista: Rodek Raborák. Sala Netzahualcóyotl del Centro
Cultural Universitario, UNAM México D.F.
12 de abril del 2014.
La OFUNAM (Orquesta
Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México) fundada en 1929 y
una de las orquestas más importantes de la Ciudad de México, inicio su segunda
temporada del 2014 con un variado e interesante programa centrado en la
interpretación de piezas para corno, para el que se contó con la presencia del
cornista checo Rodek Raborák. El concierto inició con el poema sinfónico Cacahuamilpa del compositor mexicano
Alfonso de Elías (1902-1984) una agradable pieza de catorce minutos de duración
estrenada en 1940, muy serena y melancólica en la interpretación de las
cuerdas, que hace alusión a un sitio de la geografía mexicana que en náhuatl
quiere decir –sembradío de cacao- y
donde se encuentran las grutas más grandes del país, en este caso el autor no
intentó describir las grutas si no las impresiones que causa conocer este
lugar. Raborák hizo su aparición con
la Villanelle, para corno y orquesta Paul Dukas (1865-1935), que es
una alegra y breve danza o canción rustica de un estilo muy clásico. De Carlo Maria Von Weber (1786-1826) se
interpretó su Concertino para corno y
orquesta en mi menor, J 188, en cuya pieza Raborák mostró virtuosísimo y
maestría en el manejo de su instrumento, con musicalidad muy grata en precisa
sincrónica entre la en la fusión entre
su instrumento y la sección de metales de la orquesta, particularmente en el
segundo movimiento, de tres, Andante con
moto en un estilo de tintes mozarteanos. En la segunda parte del concierto
se escuchó la Invitación a la Danza,
breve vals del propio Von Weber, una pieza extrovertida cuya orquestación fue
realizada por Héctor Berlioz para una representación de la ópera Der Freischütz en Paris en 1841, brillante pieza de estilo romántico,
bien interpretada por la orquesta. Una rareza fue escuchar el Concierto para corno y orquesta 1, en mi bemol
mayor, op.11 de Richard
Strauss o concierto para corno del bosque como la llamó el propio compositor,
de exuberante orquestación, un intercambio constante entre el corno solista con
la orquesta durante sus tres movimientos con un flujo continuo o legato unido a la melodía. El movimiento andante el más placido y contemplativo se escuchó con delicadeza en el corno
en un dialogo con las flautas, para concluir con un agil y expresivo movimiento
final. El concierto concluyó con España,
rapsodia de cargados ritmos de la música tradicional de ese país con cambiantes
ritmos, compuesta por Emmanuel Chabrier (1841-1894) la orquesta tuvo una
satisfactoria interpretación, aunque mayor dinámica hubiera hecho más brillante
la interpretación. En suma, se trato de un interesante programa conformado para
la ocasión y bajo la batuta segura e intensa del maestro brasileño Lanfranco
Marcelletti, actual director titular de una de la orquesta más antigua de
México, la Orquesta Sinfónica de Xalapa. RJ
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