Foto: Gísli Egill Hrafnsson
Inga María Leifsdóttir
Fundada a inicios de los años 80s y situada en la capital
de Reikiavik, la
Ópera de Islandia, una
compañía relativamente joven comparada con otros teatros de larga tradición de
Europa, presentó en su nueva y moderna sede en el teatro Harpa, el estreno
mundial de la ópera Ragnheiður del compositor islandés Gunnar Þórðarson con libreto de Friðrik Erlingsson. La obra está basada en hechos históricos que
ocurrieron en Islandia a mediados del siglo 16, y el titulo Ragnheiður, corresponde
al nombre de la hija de 18 años del obispo de
Skálholt, en su momento el hombre más poderoso de la iglesia en el país.
La historia versa sobre la relación amorosa, pero escondida, entre
Ragnheiður y su joven mentor Daði, pero la situación se complicó cuando
en 1661 el obispo le exigió a su hija jurar frente a toda la congregación su
virginidad, pero nueve meses después da luz a un hijo fue condenada por su
propio padre; y dentro este contexto de amor, destino y tragedia se desarrolló
la trama, que de la historia de Islandia es uno de los eventos que mas fibras
ha tocado. La obra causó tanta demanda del público que varias funciones fueron
agregadas. La partitura de la obra cuya música de Þórðarson es conmovedora con
un terso lenguaje romántico, funcionó bien con el libreto que es bello y a la
vez trágico, fue ejecutada con pasión y entrega por el maestro finlandés Petri Sakari al frente de la orquesta y
el coro de la ópera de Islandia. Por cierto, la partitura fue presentada en
concierto en la iglesia de Skálholt, en el sur del país, en agosto del 2013. La
puesta en escena minimalista, ideada por Greta
Reynisson, tuvo dos paredes al fondo del escenario que se abrían y cerraban
o que formaban un triangulo en un espacio reducido y brillante iluminación en
ese punto, con contrastante oscuridad, enclaustraba y captaba la emotividad en
la escena, bajo la dirección escénica de Stefán
Baldursson. Los vestuarios de época fueron creación de Þórunn S. Þorgrímsdóttir. En escena se reunieron a más de cien
artistas y un extenso elenco con los mejores cantantes islandeses, como la muy
apreciada soprano Tóra Einarsdóttir en
el papel principal, con radiante canto y presencia; el tenor ligero Elmar Gilbertsson como Daði, y el autoritario bajo Vidar Gunnarson como Brynjólfur biskup, obispo de Skálholt
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