Foto: Novella Bassano (Il Telefono)
Crédito: Festival Pietre che cantano
Franco Soda-Amadeus
En la región de Abruzzo, en la edición del refinado Festival internacional de Música “Pietre che cantano” se representó, en el monasterio cisterciense de S. Spirito de la localidad de Ocre un exitoso diptico de operas de cámara de rara ejecución: The telephone o l’amour à tríos de Gian Carlo Menotti, pero en italiano, y Il segreto di Susanna de Ermanno Wolf-Ferrari, y ¡sorpresa! todas las localidades se agotaron. Después, la puesta en escena esencial en el sentido menotitiano – con solo un sofá y un aparato telefónico- fue extraordinariamente eficaz en ambas operas, y para los interpretes la tarea de llenar la escena. Novella Bassano (soprano) y Leonardo Galeazzi (barítono), lo hicieron espléndidamente (con ideal entendimiento y complicidad, y los grandes dotes de actuación de los dos), y ni que decir de Bartolomeo Giusti, en el insólito doble papel de escenográfo-director escénico – encargado del vestuario y actor mudo. Firmó un esplendido mayordomo, verdadera actuación de rara verve cómica: muy característica. De las dos operas sin lugar a dudas fue mejor il telefono que posee una síntesis conmovedora, veinte minutos intensos sin la mínima mancha, donde la soprano hace el papel de patrón. Tiene un papel muy exigente que afronta con desenvoltura y elegancia. A su vez, le faltó un poco la refinada orquestación de Wolff-Ferrari, proporcionada en souplesse por la extraordinaria bravura de todos los interpretes. De hecho, se escuchó la trascripción para piano, que el bravo Alessandro Soccorsi, afrontó con determinación y precisión. En suma, algo mejor no podría haberse esperado. Cuando en una noche de verano, huyendo del clima húmedo de la ciudad, se es recibido por los sombríos muros de un monasterio amurallado…
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