Ramón Jacques
La opera romantica de Wagner, Tannhäuser fue representada en el Teatro Real de Madrid con la producción escénica, firmada por Gotfried Pilz y por el director ingles Ian Judge, que fue concebida y estrenada en la Opera de Los Ángeles a inicios del 2007. Durante el periodo de Jesús Lopez Cobos, al frente de la dirección musical del teatro madrileño se escenificaron las obras mas importantes de este compositor, posicionando a Madrid, como un centro importante Wagneriano en España, honor que durante muchos años le correspondió al Liceu de Barcelona.
La producción escénica traída de la Opera de Los Ángeles, donde tuvo, mantiene su vigencia y su provocador encanto visual con sus plataformas situadas a los lados del escenario, que al girar embonan perfectamente para crear distintos lugares y escenas, como un gran salón de Wartburg, un bosque, y el reino de Venus, venusburg La acción esta situada en los años 40 y la iluminación juega con el contraste entre el negro y blanco, en la escenografía, los vestuarios y la iluminación todo dentro de un marco lleno de plasticidad. En la escena del reino de Venus, resalta un reluciente rojo, en la luces y en los vestuarios, y el ultimo acto utiliza la iluminación verde provocando un imagen estéticamente atractiva.
La dirección escénica se mantuvo en un discurso lógico que no alteró el desarrollo de la obra, a pesar de que la función se lleva a cabo en un periodo distinto al que marca el libreto. Como en su momento sucedió en Los Ángeles, la puesta levanto controversia porque la escena del reino de Venus se realizó en un burdel, con escenas cargadas de erotismo y desnudos. Concretamente, las escenas fueron mas osadas y atrevidas en la puesta de Madrid que en la de Los Ángeles, según pudo constatar este critico quien tuvo la suerte de asistir al estreno en Los Ángeles.
Los tres principales cantantes, Seiffert, Schnitzer y Braun, formaron parte del elenco del 2007 en la Opera de Los Angeles, y fueron invitados a Madrid, para encabezar el elenco. Asi, Peter Seiffert volvió a mostrar su robusta voz, como el personaje principal, que es profunda y pujante, de buena entonación. Su actuación estuvo cargada de temperamento y arrojo, para hacer una prestación muy convincente de su personaje.
La soprano Petra-María Schnitzer agració el papel de Elizabeth con la ternura de su actuación y su canto cargado de musicalidad y matices. Por su parte, la mezzo soprano Lioba Braun fue una segura e intensa Venus.
El bajo madrileño Felipe Bou fue un esplendido Biterolf eficaz en la palabra cantada y en la línea interpretativa e ímpetu en su actuación. El baritono Christian Gerhaher recreó un convincente y asombroso Wolfram, con aplomo artístico, notable calidad vocal y brioso y seductor timbre.
La dirección musical de Jesús Lopez Cobos resaltó la exuberante orquestación con entusiasmo y equilibrio. Su elección de tiempos fue un poco lenta al inicio, pero mantuvo la dinámica y la intensad en el resto de la función.
El bajo madrileño Felipe Bou fue un esplendido Biterolf eficaz en la palabra cantada y en la línea interpretativa e ímpetu en su actuación. El baritono Christian Gerhaher recreó un convincente y asombroso Wolfram, con aplomo artístico, notable calidad vocal y brioso y seductor timbre.
La dirección musical de Jesús Lopez Cobos resaltó la exuberante orquestación con entusiasmo y equilibrio. Su elección de tiempos fue un poco lenta al inicio, pero mantuvo la dinámica y la intensad en el resto de la función.
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