Ramón Jacques
La Orquesta Sinfónica de Boston, con 128 años de existencia, ofreció en versión de concierto, las primeras representaciones locales de esta joya del repertorio de Verdi. Dada la vocación operística James Levine, titular de la orquesta, el género no podía quedar relegado en las temporadas de esta orquesta. El evento contó con un sólido y lujoso elenco conformado para la ocasión. La sala de conciertos Symphony Hall de Boston, construida hace mas de cien años en madera, de asombrosa acústica, ayudó a resaltar la majestuosidad orquestal de la partitura y los imponentes coros con los que cuenta la obra. El papel de Simon, fue interpretado por el bajo-baritono belga, José Van Dam, quien dejó constancia de su característico y refinado timbre baritonal, de su porte y elegante apariencia. Su canto posee belleza tonal y profundidad, y fue capaz de suscitar ternura paternal e instinto dramático cuando le fue requerido. Por indisposición, el papel de Fiesco, que debió ser interpretado por el legendario James Morris, fue ocupado de último minuto por Raymond Aceto, un bajo de voz potente, quien apostó a la fuerza de su emisión. Bárbara Frittoli dio vida al papel de Amelia, al que prestó su brillante y radiante timbre, ductilidad y admirable entonación, con una voz muy segura en todos los registros. Marcello Giordani interpreto con canto violento a Gabriele Adorno, pero una vez calibrada su voz, cantó con ardor. Como Paolo, se presentó el bajo italiano Nicola Alaimo, con convincentes medios vocales, y Richard Bernstein cantó correctamente papel de Pietro. James Levine mostró conocimiento y seguridad como concertador, dirigiendo con entusiasmo, consideración y tiempos ideales para las voces.
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