Foto: Fesnojiv
Prensa Fesnojiv
La Gran Sala del Konzerthaus de Viena estaba despejada, sin una sola silla. A las 7:30 pm, 1700 personas aguardaban para ver de pie el concierto que ofreció, la Sinfónica Juvenil “Teresa Carreño” de Venezuela (SJTCV) dirigida por Christian Vásquez. El concierto se tradujo en un gran triunfo de la SJTCV en los Proms del Konzerthaus, prestigioso ciclo de conciertos donde se dan cita las mejores orquestas del mundo una vez al año. Bajo los altos techos dorados, bajo la inmensas lámparas de pasados imperiales, en la sala ícono del país natal de Mozart, los venezolanos tocaron la música del El Salón México de Aaron Copland, a la Sinfonía India de Carlos Chávez, a la Obertura Cándida de Leonard Bernstein y a la Quinta Sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovsky, una obra de gran complejidad que envuelve y que arropa tanto a los músicos como a los espectadores. También sonó el Mambo de Bernstein, pero con el estilo y la personalidad de la “Teresa Carreño” y a Tico Tico de Pequinha de Abreu, una obra en la que los venezolanos, vestidos con el tricolor de la Bandera Nacional, hacen justo honor no sólo a su capacidad para tocar los complejos arreglos de las composiciones latinoamericanas, sino también su gustoso sentido del humor y de la picardía
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