Prensa Fesnojiv
El director de la Filarmónica de Berlín, Simon Rattle, cedió a la tentación: en julio, cuando estuvo en Venezuela para dirigir el debut de la Sinfónica Nacional Infantil, también condujo dos ensayos con la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño de Venezuela y se enamoró de la idea de levantar la batuta en el primer concierto de la agrupación en Berlín. Así fue, el director titular de la que es considerada la mejor orquesta del mundo, guió a los venezolanos por las profundas cavidades de la Quinta Sinfonía de Prokofiev. Cuando los venezolanos llegaron al Teatro de la Filarmónica de Berlín, ubicado en una de las zonas históricas y más populares de la capital alemana, cerca de Postzdamer Platz, no podían creer que estaban allí. Tienen 3 años como Sinfónica Juvenil Teresa Carreño de Venezuela, pero tenían toda la vida, su corta vida, soñando con tocar en este escenario pisado por los mejores músicos. El público se levantó para aplaudir la Quinta Sinfonía de Beethoven que dirigió el venezolano Christian Vásquez. En la segunda parte del concierto entró el maestro Rattle para dirigir, entonces, la Quinta Sinfonía de Prokofiev. El director inglés no sólo sucumbió ante la tentación de combinar esta orquesta con Prokofiev, sino que luego de invitar a Christian a dirigir el primer bis, que fue Tico Tico del brasileño Zequinha de Abreu, subió para dirigir el Malambo del compositor argentino Alberto Ginastera. Se puso la chaqueta de Venezuela a medio abrochar, por el tiempo, y dirigió el bis. Los aplausos se llenaron de motivos y mientras el público insistía en las palmas, Rattle se fue hasta donde se ubica la fila de percusión y desde allí, como percusionista que es, se unió a los jóvenes venezolanos para tocar el Mambo de Leonard Bernstein, que concluyó un nuevo capítulo en la gira de la Sinfónica Juvenil Teresa Carreño de Venezuela.
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