Foto: Placido Domingo / Greg Gorman - Los Angeles Opera
Alicia Perris
PLÁCIDO DOMINGO: REAL
Concierto del 21 de enero en el Teatro Real. Zarzuela y ópera en las voces de Deborah Polaski, Angela Denoke, Paul Groves, Anja Kampe, Juan Pons, Dolora Zajick, René Pape, Bryn Terfel, Aldo Atanelli, Inva Mula, José Bros, Edwin Schrott, Ana María Martínez, Ainhoa Arteta y Sonya Yoncheva. Sinfónica de Madrid. Coro Intermezzo. Director: James Conlon. 20 horas.
El viernes 21 de enero cumplía años el tenor madrileño Plácido Domingo y entre todos los actos que se organizaron en la capital para celebrarlo, estuvo el concierto en el Teatro Real, que dentro y fuera de la sala, convocó a un nutrido público en torno a un programa que duró casi tres horas. En la Plaza de Oriente, con el majestuoso marco del Palacio por detrás y los jardines, el Ayuntamiento, que se sumó a la conmemoración, había colocado 1.500 asientos que no fueron ocupados en su totalidad porque el frío reinante no contagiaba la alegría del festejo a los paseantes. Aún así, muchos de ellos soportaron las bajas temperaturas y después de seguir el concierto por la macro pantalla que el Real suele instalar en ocasiones, recibieron con una ovación la aparición del tenor, abrigadísimo, en la terraza del teatro. El tiempo no acompañó pero todos, intérpretes y público y por supuesto el agasajado, mantuvimos el corazón en un vilo, lleno de emociones y recuerdos. Muchos seguimos al tenor desde que cantaba La Fanciulla del West en el Covent Garden, o cuando se recreaba en uno de sus principales papeles, el Otello de Verdi, en el mítico Teatro de la Zarzuela de entonces, que cobijó voces como las Jaume Aragall (presente en la sala en el homenaje) o Piero Capuccilli. De esto hace ya bastantes lunas, pero Plácido sigue cantando y en estos momentos representa el rol de Oreste de Iphigénie en Tauride de Glück en el Real en compañía de un cast espléndido, aplaudido por la crítica y los habituales de la ópera. Por ese motivo no cantó y acompañó a la Reina en el Palco Real. El programa comenzó con Wagner (Tannhäuser y Parsifal) para seguir y terminar con Verdi (La forza del destino, Otello, Don Carlo, Nabucco y Falstaff), con la fuga del Falstaff “Tutto nel mondo è burla”, aludiendo al espíritu festivo de la noche. También pudieron escucharse arias de Bizet (Los pescadores de Perlas), Puccini (Tosca y Manon Lescaut), Leoncavallo (Pagliacci), Giordano (Andrea Chénier), Richard Strauss (Der Rosenkavalier), Paolo Tosti (L´alba separa dalla luce l´ombra), Franz Lehár (Giuditta), Mozart (Don Giovanni) y Federico Moreno Torroba (La Marcherena). El concierto fue difundido en diferido por la 2 de TVE a las diez de la noche y otras televisiones, donde se incluyó una entrevista una hora antes, que le hizo al cantante el periodista Iñaki Gabilondo.
Concierto del 21 de enero en el Teatro Real. Zarzuela y ópera en las voces de Deborah Polaski, Angela Denoke, Paul Groves, Anja Kampe, Juan Pons, Dolora Zajick, René Pape, Bryn Terfel, Aldo Atanelli, Inva Mula, José Bros, Edwin Schrott, Ana María Martínez, Ainhoa Arteta y Sonya Yoncheva. Sinfónica de Madrid. Coro Intermezzo. Director: James Conlon. 20 horas.
El viernes 21 de enero cumplía años el tenor madrileño Plácido Domingo y entre todos los actos que se organizaron en la capital para celebrarlo, estuvo el concierto en el Teatro Real, que dentro y fuera de la sala, convocó a un nutrido público en torno a un programa que duró casi tres horas. En la Plaza de Oriente, con el majestuoso marco del Palacio por detrás y los jardines, el Ayuntamiento, que se sumó a la conmemoración, había colocado 1.500 asientos que no fueron ocupados en su totalidad porque el frío reinante no contagiaba la alegría del festejo a los paseantes. Aún así, muchos de ellos soportaron las bajas temperaturas y después de seguir el concierto por la macro pantalla que el Real suele instalar en ocasiones, recibieron con una ovación la aparición del tenor, abrigadísimo, en la terraza del teatro. El tiempo no acompañó pero todos, intérpretes y público y por supuesto el agasajado, mantuvimos el corazón en un vilo, lleno de emociones y recuerdos. Muchos seguimos al tenor desde que cantaba La Fanciulla del West en el Covent Garden, o cuando se recreaba en uno de sus principales papeles, el Otello de Verdi, en el mítico Teatro de la Zarzuela de entonces, que cobijó voces como las Jaume Aragall (presente en la sala en el homenaje) o Piero Capuccilli. De esto hace ya bastantes lunas, pero Plácido sigue cantando y en estos momentos representa el rol de Oreste de Iphigénie en Tauride de Glück en el Real en compañía de un cast espléndido, aplaudido por la crítica y los habituales de la ópera. Por ese motivo no cantó y acompañó a la Reina en el Palco Real. El programa comenzó con Wagner (Tannhäuser y Parsifal) para seguir y terminar con Verdi (La forza del destino, Otello, Don Carlo, Nabucco y Falstaff), con la fuga del Falstaff “Tutto nel mondo è burla”, aludiendo al espíritu festivo de la noche. También pudieron escucharse arias de Bizet (Los pescadores de Perlas), Puccini (Tosca y Manon Lescaut), Leoncavallo (Pagliacci), Giordano (Andrea Chénier), Richard Strauss (Der Rosenkavalier), Paolo Tosti (L´alba separa dalla luce l´ombra), Franz Lehár (Giuditta), Mozart (Don Giovanni) y Federico Moreno Torroba (La Marcherena). El concierto fue difundido en diferido por la 2 de TVE a las diez de la noche y otras televisiones, donde se incluyó una entrevista una hora antes, que le hizo al cantante el periodista Iñaki Gabilondo.
Una de las mejores sorpresas de la velada fue la presencia en la sala, aparte de las colegas Elena Obraztsova y Angela Georghiu, al final, de Teresa Berganza, compañera de tantas noches de representación, cercana al tenor y a su familia, que bromeó sobre circunstancias vitales y artísticas compartidas y le cantó a Domingo un “happy birthday” en el mejor estilo de la inigualable Marilyn Monroe. Tuvo gracia y mucho afecto y desparpajo su intervención, vestida con una capa fucsia como de hada madrina, sonriendo y coqueteando con arrancarse por el “Sempre libera” de Traviata. Estuvieron presentes - entre otras personalidades y figuras conocidas - Su Majestad la Reina Sofía, acompañada de Su Alteza, la Infanta Pilar de Borbón, la baronesa Carmen Thyssen, el Alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón y la Presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre y las Ministras de Cultura y Economía. Y además, mucho público extranjero. Fueron necesarias cuatro filas accesorias en la platea para reforzar un aforo que había sobrepasado con mucho los límites de su capacidad. Responsables del teatro y organizadores de todos los sectores dieron lo mejor de sí mismos hasta la extenuación, para conseguir que todo saliera bien y pudiera llevarse a cabo. Maravillosos arreglos florales en el foyer y en los palcos.
Una pantalla también dentro de la sala recordó un reportaje audiovisual de los archivos de Televisión Española donde Plácido Domingo evoluciona desde su casa de la calle Ibiza, pasando por lugares reconocibles de Madrid, mientras canta, ¡tan joven! (y guapo como diría Teresa Berganza), la romanza “De este apacible rincón de Madrid”, de Luisa Fernanda de Moreno Torroba. Hay un homenaje sentido a los padres y sobre todo a la madre del cantante, también artistas de zarzuela en sus tiempos, con quien el hijo siempre agradecido cantó a dúo en otra versión de archivo. Entre todos los artistas que celebraron la noche del cumpleaños habría que destacar el aria del catálogo de Leporello del Don Giovanni de Mozart, interpretada con teatralidad y picardía por Erwin Schrott, ya que el catálogo en cuestión exhibido por el intérprete, era el programa dedicado a Plácido Domingo. Bien el coro y la dirección de James Conlon. La primera audición de la partitura de Tan Dun, Pla-ci-do, levantó una gran expectación que no defraudó. La presencia del compositor en la sala fue agradecida por todos con una salva de aplausos. René Pape estuvo exquisito y conmovedor en “Ella giammai m´amò”, del Don Carlo de Verdi y qué decir de las evocaciones que despertó el Va pensiero, de Nabucco, a cargo del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.
Sobre las siete de la tarde, antes del concierto, Plácido Domingo ofreció una conferencia de prensa en la Sala Gayarre, distendida y agradable, donde contestó las preguntas a los periodistas, no sin antes apurar una copa de champagne de una botella que acababa de descorchar. Hizo memoria recordando su vinculación a México y una periodista emocionada le ofreció las primeras estrofas de Las Mañanitas. Mencionó su paso por los grandes espacios, que explicó relacionándolos con su afición al deporte, narró sus actuaciones por Italia, Francia y sus estancias – no demasiadas, “una diez o doce” en el Teatro Colón de Buenos Aires- donde el 23 de febrero estará de nuevo para terminar su recital en la mítica avenida 9 de julio. Ante la pregunta de un gusto dudoso sobre los plazos de la continuidad de su carrera como cantante, señaló reiteradamente que siempre estaría en escena, sino cantando dirigiendo y que “no cantaré ni un día más de lo que deba, ni uno menos de lo que pueda”. Así se habla, Maestro, well done!
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