Foto: Maggio Musicale Fiorentino
Massimo Crispi
"Orfeo en el infierno" es in realidad un grave error de
traducción. La traducción correcta sería “Orfeo en el Aqueronte” siendo
“Enfers” el mundo subterráneo de los antiguos donde todos iban después de
morir, buenos, malos, guapos y feos. Y el dios rey del Aqueronte era Plutón.
“Enfer” al singular, seria “Infierno” que el mundo de el más allá pero donde
van las almas condenadas de los pecadores, cristianos y no. Dante dio una
descripción muy detallada de ese sitio, con creaturas, paisajes, pecados, con
la típica imaginación medieval y florentina, y que es el reino del Diablo. Hay
una distinción importante entre los dos, también semántica, por lo que el
“Infierno” representó sucesivamente en el imaginario colectivo y en las
expresiones idiomáticas. Hay un nuevo romanzo de Dan Brown al sujeto. Además la
obra de Offenbach nace como una parodia implacable de tantas cosas al mismo
tiempo y es allí que su genio y su fantasía se desplegan. Antes de todo es
parodia de la misma música y de la academia cristalizando formas y maneras, y
es la razón que Offenbach parodia el intocable Gluck y su Orfeo. Segundo la
obra es parodia también de la corte de Napoleón III y de sus vicios públicos y
privados. En tercer plano hay además la parodia de la mitología clásica ahora
ya tan lejos en el tiempo y en el espacios que se podía profanar sin piedad y
utilizar como metáfora, vaciando de sentido y de dignidad todos los pestillos
culturales de una sociedad, la burguesa francés, mejor dicho parisina, del
siglo XIX, que en el Segundo Imperio necesitaba explotar de todas partes con
revueltas y agitaciones. Además Offenbach añade la parodia del paraíso y del
infierno, un cielo muy luminoso y aburridísimo y un subsuelo oscuro pero muy
vivaz… La Publica Opinión, anacrónico personaje hipócrita y puritano,
apareciendo en los momentos menos oportunos para recordar a Orfeo sus “deberes”
conyugales, es aquí burlada y sobrepasada de los eventos, atropellada por el
cancán general. Esta es una densa síntesis de lo que es esa obra con su equipaje
simbólico y narrativo y haría un montón de detalles a buscar y desplegar. Después podemos discutir de cómo hoy se pueda poner en escena una tal
obra, como las relaciones del libretto con la sociedad francesa de la época
están desconocidas a la mayoría de los demás, franceses también… imaginamos por
muchos italianos que no se acuerdan tampoco de su historia reciente y cuando
hablan de la historia antigua le sucede de decir desparates, como pasó a
Berlusconi con Rómolo y REMOLO! En la cumbre del G8. Quizás, como algo de
mitología clásica todavía se estudia en las escuelas y liceos, se pudiera
representar en la clave parodista mitológica, no? No, tampoco esta. Del equívoco principal de “Ade” y “Inferno” proviene el malentendido
colosal del director Marco Carniti que, según esa ambigua lectura, nos propone
un espectáculo donde el infierno de Orfeo es el nuestro contemporáneo, donde
hay “la precariedad y la falta del trabajo, la inseguridad del sistema
económico, la fragilidad de la vida cotidiana, la impotencia en frente de un
caos de una sociedad a reorganizar”. Ipse dixit en el programa impreso. Lastima
que de todas esas consideraciones seudo-intelectuales no están en el libreto de
Crémieux y Halévy, ni en la traducción rítmica de Gino Negri ni en el texto de
Lorenzo Arruga. No hay trazas. Los dioses no existen mas, según Carniti, y entonces los dioses
modernos somos nosotros, por los menos nosotros jugamos los papeles de dioses.
Y entonces. Describimos en seguida lo que aparecía en el escenario, gracias al
equivoco Inferi/Inferno. Las escenas eran de Carlo Centolavigna. Una inmensa
comunidad, hecha por nichos con una cama, donde había un corista por cada uno,
era el fondo. En el patio de la comunidad se desarrolla toda la opera y ese
patio se vuelve en el campo donde una serpiente muerde a la ninfa Euridice y en
una cama nupcial, donde ni Euridice y Orfeo tienen más relaciones sexuales,
evidentemente, como ella no puede más de él ni él de ella, siendo interesado a
su violín y a sus alumnas. Detrás de la cama hay un montón de trapos, no se
comprende si vestidos o andrajos, en un total desorden. Pasa el corps de ballet y desnudándose, tira sus propios trajes sobre
esa pila de trapos. El sentido de esa acción lo perdimos. Aristeo-Plutón, que es uno de los vecinos de esa comunidad de camas
(la cama es una metáfora, según Carniti) es también un gimnasiómano: Aristeo
Fitness, se puede leer cuando aparece con su maquinaria para cantar su
“cavatina”. Lo olvidamos porque en un rato Aristeo se vuelverá en Plutón
llevándose el alma de Euridice. Pues antes, con el corps de ballet, andó
diseminando el escenario con clavos y tornillos enormes, como “trampas”.
Metáfora de que? No lo comprendimos. Los clavos vuelven triunfando en el boudoir de Plutón. Uhm… Una pequeña nota al vestuario del primer acto. La impresión general de
desorden era tan evidente que parecía que hubiesen derramado de cola a los
actores y los hubiesen tirados en el montón de trapos de que hablamos antes: el
primer traje que le se fijara, por casualidad, hubiera sido el costumbre de la
opera. La misma comunidad se vuelve en Olimpo, nada menos, con los dioses
durmiendo, y se presentan a su turno Venus, Marte, Cupido y, mas tarde, Diana,
mientras Juno es angustiada por las traiciones de su marido Júpiter. Aquí el
vestuario de Maria Filippi se vuelven ricos, en blanco y beige, con algunos en
gris perlado, para evidenciar la atmosfera cándida y real del Olimpo. Lastima
que en un fondo siempre claro se evidenciaran poco. Además nos preguntábamos:
pues si el tema elegido por Carniti era la precariedad y la pobreza avanzando,
todos estos vestidos ricos y nuevos de donde salieron para toda esa gente? A
las ventas de Valentino y Ferragamo? Y porque? Pues dejamos ese tema… Otra cosa
que no comprendimos: Mercurio (el discreto Saverio Bambi), con el corps de
ballet, llega en bañador y camiseta de surfista, con las tablas de surf, pues
no se comprende lo que haga en un patio de la comunidad, que no es un puesto de
vacaciones marineras. Nadie lo explica. Llega Plutón, en su coche triunfal, hecho de lamparitas y varias
chatarras recicladas, y después las nuevas anunciadas por Mercurio y el
inevitable cola de chismes, el Olimpo entero le hace el proceso para el rapto
de Euridice. Pues Plutón logra fomentando una revuelta contra Júpiter, la
ambrosia y todas laxitudes de la buena sociedad siendo ya empalagosas para todos
los habitantes del Olimpo, que requieren algo mas picante. Pués no había solo
gente pobre en esa comunidad? Llega la Publica Opinión con Orfeo que, de mala
gana, está obligado a pedir al rey de los dioses que le restituyan su Euridice.
Permiso acordado y sigue un galop colectivo para la excitación de la visita al
Infierno de toda la corte de Júpiter. Todavía en el mismo patio de la comunidad la tarima del trono de
Júpiter se vuelve de blanco en rojo, señal que estamos en el subsuelo, en el
boudoir de Plutón. Hay una cama con baldaquín, siempre hecho con restos de
algo, con rastrillos de jardinero y con cortinas de bolsos negros de basura…
Somos pobres, no?Euridice está sola y muerta de aburrimiento. Solo hay la compañía del
mayordomo John Styx, ya exrey de Beotia, siempre borracho de agua del rio Lete,
que se le hace olvidar todas cosa que él piensa, dice y hace. Gracias al arte
del interprete Antonio Pannunzio, la escena entre Euridice y John, es muy
divertida y eficaz. Llegan Júpiter y Plutón. Júpiter quiere saber donde está la
Euridice de la cual todos hablan y que ninguno ha visto, mientras Plutón niega
todo. Pués Cupido le dice a su papá en la orilla que Euridice está cerradísima
en el boudoir. Júpiter se queda solo y, como está acostumbrado a cambiarse de
traje para seducir diosas, ninfas, mujeres y chicos jóvenes, se vuelve en
moscardón pasando por la bocallave, que aquí es una gran estructura metálica
que apena se nota detrás de la cama. Pues la escena del duo de la mosca,
gracias también a los interpretes, se demuestra
muy simpático. Simpatico era también el traje de la mosca de Júpiter. Así Júpiter libera Euridice y la invita a la fiesta que harán, como
siempre, en el patio de la comunidad, con el coro a las ventanas de los lóculos
diciendo cosas que los vecinos nunca dirían. Porque, si alguien pensaba que la
Pública Opinión es lo que piensas los vecinos aquí, estamos muy lejos del texto
de la opera: esto en el libreto no está seguro. Quizás sea el infierno
cotidiano del director, pero eso es otro asunto. Llega la fiesta y todos se abandonan a cantos, bailes y orgias
desencadenadas. Eso pasa en una comunidad? No nos parece, al contrario, menos
uno evidencia cosas así mejor se lo pasa. Pues la Pública Opinión y Orfeo llegan como aguafiestas y paran el
party en máscara: Euridice tiene que volver a la Tierra, pues, por decreto de
Júpiter a condición que su marido no se
gire atrás para mirarla. Júpiter así organiza su rayo para cambiar los planes
de los dos molestos y el caos derivando del relámpago obliga Orfeo a volverse
perdiendo Euridice, en la felicidad general. Euridice así se vuelve en una
bacante desenfrenada y todo termina en un cancán general, todos felices y
alegres. Pues… y los que perdieron su trabajo, los precarios, los al paro, los
infelices que estaban en las intenciones muy seudointelectualoides del director
como premisa? Todo olvidado, en un party no se habla de esas cosas tristes… Aún los agradecimientos al
público aparecieron improvisados y parroquiales, con gente que salía por casualidad
y otra que se encontraba sola en el escenario la música terminando en embarazo
total ni sabiendo lo que hacer. Damas y Caballeros, en teatro todo se ensaya,
aún los aplausos. No lo saben? Esta versión de "Orfeo all'Inferno" es parte de la manifestaciones
de la actividad del Maggio Musicale Formazione, o sea de aquella escuela-taller
que ofrece a todos trabajos del teatro de poder exprimirse después de meses y
años de estudio y aprendizaje. Decimos que esa estructura debería ofrecer a
todos artistas jóvenes, músicos, técnicos, obreros, que estudian para volverse
profesionales, la oportunidad de confrontarse con un verdadero teatro, con un
grande repertorio, con posibilidades y colaborando con artistas de nivel, como en una verdadera producción. Pues, asistiendo a ese Orfeo, nos hemos preguntado donde estaban los
potentes medios de un teatro como el Maggio (claro, los ensambles de la
orquesta y del coro siempre son excelentes) y sobre todo la calidad, porque
todo parecía un espectáculo, del punto de vista de la puesta en escena, de un
teatrillo provinciano y no de una prestigiosa Fundación lírica. Ser parte de
esa operación quizás hace mas daño que beneficio y hay que preguntarse si
realmente hay unas ventajas para los artistas que allí estaban de ser
acomunados a un espectáculo que nunca dejará su huella si no la de una puesta
en escena muy cutre. Quizás el fin era de mostrar como se pueda llegar a hacer un
espectáculo con aproximación y llegar hasta el final, como fuera una gymkhana,
un camino con obstáculos, para que sea útil en el porvenir. Los complejos estables del Maggio erano, como siempre, de nivel muy
alto y también el jefe Xu Zhong mostró de ser adecuado, aunque un poco mas de
vivacidad no haría estado mal, pues el sonido era lindo y la concertación, muy
difícil en esas condiciones, la conseguí con bastante éxito. Siempre los solistas de esa orquesta brillan, y aquí debemos elogiar
sobre todo el primer violín Domenico Pierini. Fue interesante también la
elección de la ouverture, que no era la usual, pues la con un potpourri de los
temas de la partitura que se cruzan intersectando ritmos y harmonías distintas
y en contraste. Los interpretes eran casi todos jóvenes profesionales y otros siempre
jóvenes pues ya con una pequeña carrera detrás. Todos estaban afectados por la confusión y el desorden continuo en el
escenario, quien sabe si establecidos o casuales, pues seguro contraproducentes
para la recitación, que, además, estaba sujeta a una amplificación hecha mal,
que no permitía de seguir siempre bien ni el canto ni el texto. Decimos también
que no todos artistas eran bastante desenvueltos en la escena como ese texto
brillante requería. La verve y los tiempos cómicos son cosas vitales en una
opera buffa u operetta, sobre todo en esa, y si hay obstáculos el espectáculo
sale claudicando. Elogiamos antes de todo el Júpiter de Leonardo Galeazzi, que nunca
mostró un momento de distracción y supo jugar el papel del monarca absoluto de
un imperio de cartón de piedra anacrónico, incapaz que lo respetaran aún en su
familia. Su vocalidad segura y elegante siempre lo ha apoyado y su simpatía en
el duo de la mosca fue sobresaliendo. Euridice, Marina Bucciarelli, si fue
bastante brillante escénicamente y vocalmente exhibiera un buen registro agudo
y buena coloratura, le faltaba un poco el registro central y grave (aquí
necesario), a pesar de la amplificación. Roberto Covatta, Aristeo/Plutón, diseñó un histriónico personaje muy
correcto, hypercinético y con gran vivacidad actuando, como ese papel requiere.
Vocalmente, de vez en cuando, sus sonidos demasiado en falsetto y flébiles, lo
dejaban sin timbre, quizás porque siempre estaba corriendo de un lado a otro
del escenario y se cansaba. De todas formas, por lo que mostró aquí diríamos
que su voz es mas idónea al musical que a la opera buffa, aun si su personaje
era muy desarrollado y credible. Muy simpático el John Styx de Pannunzio, como ya marcamos y bien las
diosas: Diana, Romina Casucci, ingenua y llorona pues con solida voz asombrosa,
el Cupido siempre volando y suave de Irene Favro, agradable y vivaz, vieja
conocida del Maggio Formazione y ahora profesional con experiencia; la sinuosa,
sensual y un poco desvanecida Venus de Arianna Donadelli y la histérica y
volitiva Juno de Irene Molinari. Orfeo, un Blagoj Nacoski con voz interesante, parecía fuera de su
papel y no tenia suficiente ironía necesaria para esto maestro de violín
descuidado y surrealista. La Publica Opinión de Romina Tomasoni, aun la
interprete demostró una voz firme y de buena factura, la visión de Carniti la
presentandola como una señorona alemana, alternando acento alemán militar y
italiano estándar, en realidad nada tenia que ver con esa omnipresente
comunidad, centro de todo. Como ya decimos el desorden era total y todo parecía
casual. Nada añadieron las coreografías de Paolo Arcangeli, con el corps de
ballet muy sexy pues con gestos de vez en cuando descoordinados y cohibidos por
obstáculos siempre estando en el camino. Iluminación casual también, de Gianni
Paolo Mirenda, con accidentes de vez en cuando, con personajes no iluminados,
como la Pública Opinión al inicio y Euridice en otro momento. Accidentes
también en la parte de los mecánicos, como los frenes bloqueados del baldaquín
de Plutón en el primer acto, y demostrando Covatta muy buena prestación física
arrastrándolo con sus solas fuerzas Todo parecía poco ensayado y, sobre todo, si exceptuamos unas
iniciativas personales de los artistas, faltaban muchas burbujas del champagne
de Offenbach, parecía una botella abierta y olvidada en un rincón: sabe a poco. Los carteles de la revuelta en el Olimpo eran verdaderos carteles de
protestas: “La cultura permite saciarse”, palabras en abierto contraste con las
del ex ministro del tesoro Tremonti, que estaba convencido que con la cultura no
se come (palabras irresponsable y de ignorante) y que es solo un hobby de una
élite. Esas sabanas eran enseñadas por el coro que protestaban con la amenaza
de la próxima cerradura de la Fundación del Maggio, pues allí estaban fuera de
su sitio y terminaban para volverse en un molesto mantra que no llega de
ninguna parte y que a lo largo puede fastidiar, porque es el típico lamentarse
italiano sin proponer alternativas con coraje. Pues generalmente todo se
acordaba muy poco en esa lectura carnitiana de comunidades y otros lugares
comunes. Lo que resultaba un poco raro era que, como estábamos en el patio
sublime del Palazzo Pitti, con la Fuente del Alcachofa del Susini arriba, nichos con las estatuas de Hércules, muros empredrados, el acceso al jardín de
Boboli, etc. porque no utilizar los recursos escenográficos naturales que unos
artistas máximos del Renacimiento nos dejaron? Así se privilegiara el aspecto
mitológico del sujeto y en ese caso se hubiera podido profanar la Florencia
monumental y vendida al turismo masificado, su actual sociedad de tenderos y al
mismo tiempo de radical-chic, sin trastornar el libreto con una interpretación
basada en un error que nada profana si no nuestra paciencia? Podemos recordar
que los muros empredrados del Palazzo Pitti y del Palais du Luxembourg en Paris
tienen conexiones, entre las tantas que hubieran con el mundo francés de los
autores? Y las eventuales profanaciones/conexiones con otro Orfeo, lo de Luigi
Rossi, que en Paris tuvo su estreno en 1647, donde el arpa de Orfeo fue
comparada, nada menos, al lirio de Francia, en una simbología de apoteosis de
la monarquía? Y una parodia de las estatuas mitológicas del jardín de Boboli,
realizada con una pantomima del corps de ballet? La tienes allí, delante de ti,
cáspita! De escenografías efímeras y de rápida ejecución los tratados y
manuales de escenografía y técnica están llenos. Molduras de nubes, de llamas
infernales de dibujos animados, estatuas en cartón de piedra, posibilidades hay
infinitas. Todo excepto esa discutible realización que vimos, con el montón de
trastos, el sin sentido fitness club de Aristeo con su maleta de apicultor
(¿artista y campesino?), etcétera. También los físicos escultoreos de los
bailarines hubieran tenido en esa eventual lectura y con adecuadas coreografías
o pantomimas una colocación neoclásica, a profanar como tu quieras, pues con
inteligencia y gracia, entendida como la "gaieté parisienne" cargando
la entera partitura, gaieté que aquí se volvía en "tristesse
florentine". Todo listo, espectacular, disponible sin gastar dinero, lo tenemos
delante y no lo notamos. Y, allí estamos, siempre es necesario tener
consciencia e ideas y saber coordenarlas, no dejarlas libres errando como los
marineros en salida libre el sábado en el puerto, hay que mirar alrededor, y,
sobre todo, leer los libretos y comprenderlos, donde se colocan las historias y
de que tratan. Después de la análisis decidir de que nivel de comunicación
adoptar con el publico. Aconsejamos la lectura de "Jacques Offenbach e la
Parigi del suo tempo" de Siegfried Kracauer. Quizás sea útil. Conclusión: aunque siempre musicalmente agradable fue un espectáculo
muy inferior a lo que nos esperábamos de una importante Fundación lírica. En
los últimos espectáculos del festival, y en ese fuera de la temporada, se
mostró todo lo que no se debería en tiempos de crisis, o sea la falta de
calidad sobre todo en la organización y calidad de las puestas en escena, cada
día con menos recursos disponibles. Y nos preguntamos si quien hace las
elecciones de las producciones y las adelante sea capaz de hacerlas. La crisis
económica no debe ser crisis de las ideas, porque con las ideas se pueden hacer
milagros con lo que se tiene. Dos huevos
en la cazuela, bien cocidas y con un respiro de trufa rallada pueden ser
superiores a un timbal complicado y hecho con malos ingredientes. Todas esas
camas en el fondo, quizás de reciclaje de un hospital abandonado, apilados en
cuatro u cinco niveles, un reparto como este, los trastos, los trajes, las
maquinarias y todo lo que resta, tuvieron que costar algo, no?
La NECESIDAD del teatro no se demuestra solo con las sabanas
protestando en el escenario. Pues mostrando, re-mostrando y demostrando la
excelencia de una producción hecha con pocos recursos pues con muchas ideas y
mucha pasión y verve y manteniéndola en el patio del Palazzo Pitti por todo el
verano, llamando turistas y apasionados de musica y de operetta, con una
adecuada campaña de información y organizando una cooperación con el ente del
turismo, si no lo italiano, si no funciona, con otro, inglés, francés,
americano, chino o lo que sea: estamos seguros que todas funciones tendrían el
sold out.
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