Foto: Michael Robinson Chavez / Los Angeles Times. Foto: Natalie Dessay por Simon Fowler
Ramón Jacques
En cada temporada de la LA Philharmonic
(Filarmónica de Los Ángeles) se lleva a cabo de manera paralela un ciclo de
música barroca con la presencia de orquestas y solistas especializados en el
género como: Concerto Köln y Les Arts Florissants este año; pero la ejecución
de obras antiguas por parte de la propia orquesta ha sido siempre escasa. Esta
tendencia parece haber cambiado desde el 2011 cuando debutó aquí Emmanuelle Haïm dirigiendo un programa
dedicado a Handel, con la soprano Sonya Yoncheva. Haïm volvió a esta sala para
dirigir el concierto titulado ‘Vivaldi & Handel’, que se centro en gran
parte en la ópera Giulio Cesare de
Handel, con la presencia de la célebre soprano Natalie Dessay. Ambas artistas han realizado diversas grabaciones en
CD, una de los cuales para el sello Virgin Classics (hoy Erato), contiene las
arias del personaje de Cleopatra. Dessay debutó localmente en esta ocasión, ya
que desafortunadamente nunca se presentó en aquí en una producción operística.
En la primera parte del concierto se escucharon la “primavera” y el “verano”
de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi
con la fulgurante y colorida ejecución de la violinista francesa Stéphanie-Marie Degand, (directora
asistente y cofundadora de la agrupación de música antigua Le Concert d'Astrée).
Emmanuelle Haïm dirigió desde el clavecín, con su habitual
gestualismo y expresividad, haciendo contacto visual con los músicos e
interactuando con ellos. Una reducida agrupación de la orquesta, con
instrumentos modernos, reforzadas por la tiorba y el clavecín, ofreció un
resultado satisfactorio con un sonido compacto y uniforme, quizás más por el
nivel de los músicos que por conocimiento o convencimiento del repertorio. La
segunda parte fluyó orquestalmente con mayor naturalidad y soltura, con la mano
de Haïm, quien domina y vive la música de este compositor, y ese sentimiento
logra transmitirlo y contagiarlo a los artistas. Después de la obertura de la
ópera se realizó una secuencia de recitativos y arias, de más de una hora de
duración. Un acierto fue invitar al contratenor Christophe Dumaux, cantó la parte de Giulio Cesare, sin dejar de
actuar, y mostró dominio vocal con un timbre solido y colorido con el que
enunció cada silaba del aria "Aure,
deh, per pietà" o con dinamismo en ‘Al
lampo del auri’ Por su parte, Natalie
Dessay sigue siendo una artista de renombre y atractiva, a pesar de su
alejamiento de los teatros de ópera. Su voz suena por momentos un poco forzada,
y en este concierto no cantó las arias más floridas de Cleopatra, sin embargo,
su manejo de las ornamentadas líneas de Handel fue notable. Su agilidad y
claridad parece intacta como se escuchó en el aria ‘Da tempesta il legno infratanto’, y el control vocal y teatral que
imprimió a la triste Piangeró la sorte
mia’ fue conmovedor. Sus demás interpretaciones agradaron a los presentes
en la abarrotada sala, en la última de tres conciertos que se realizaron. El
evento concluyó con una jubilosa y alegre interpretación de ambos solistas del
dúo ‘Caro, bella’ con el que también concluye la ópera
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