FotoL Guillermo Gennitti
Dr. Alberto Leal
Estrenada en 1896 en el
Teatro Regio de Turín poco podemos agregar de esta magnífica obra del Maestro
Puccini.Solo con decir que es la cuarta ópera más representada en el
mundo, queda en claro el interés que despierta en todos los amantes de la ópera. La
versión con que abrió su temporada el Teatro Argentino deber ser considerada de
excelencia, demostrando una vez más que bien elegido el reparto nuestros
cantantes pueden realizar excelentes prestaciones. El Maestro Carlos
Vieu, siempre una garantía al frente de la orquesta estable, brindó una
excelente versión musical, impecable en estilo, supo equilibrar foso y
escenario, nunca tapando a los cantantes y brindar brillantez cuando era
requerida. Gran trabajo que fue acompañado por la orquesta estable en todo
momento. Mario Pontiggia generó una escenografía en dos planos, muy
interesante, aunque la segunda planta no fue muy usada, dio un muy buen marco
visual. Como es sabido no soy proclive a los cambios de época en las óperas en
general. Sin embargo aquí, trasladada alrededor de 1940, fue coherente en todo
momento y no alteró mayormente la trama. El vestuario, también de
Pontiggia fue mucho menos convincente. No hay forma de justificar que Mimí
llegue moribunda con el peinado recogido impecable como usó en toda la
representación ni vestida de impactante floreado (todo esto restó fuerza
dramática al final) Tampoco es explicable que en Paris en pleno invierno y en
la calle salgan bailarinas en malla. Hay muchos detalles de este tipo pero lo
valioso es que marcó muy bien a los cantantes, quienes respondieron en gran
forma, creando momentos de comicidad de buen cuño y otros de notable
sensibilidad. Lo vocal nunca bajó de un nivel de excelencia. Daniela
Tabernig, una de las jóvenes figuras con segura transcendencia a nivel
internacional, brindo una brillante Mimí, con hermoso timbre, importante
volumen y una gran facilidad para matizar. Actuó en forma siempre correcta,
aunque la escena de la muerte – tal vez no favorecida por el entorno - fue lo
menos convincente de su trabajo. Gustavo López Manzitti, en uno de los
mejores trabajos que le he visto en todos estos años, junto al Werther del
Colón. Cantó con bella línea de canto, sensibilidad y notables matices. Fue un
convincente actor y esta vez – a diferencia del Colón – usó una peluca perfecta
que parecía absolutamente natural. El esperado Do del aria fue algo más tirante
que el resto de su canto, pero seguro. Como en otras ocasiones su timbre algo
falto de armónicos y punta no dio la fuerza de los típicos timbres mediterráneos.
Pero en un todo es un más que respetable Rodolfo. Y como ha probado todos estos
años es un tenor “todo terreno” que puede pasar de Verdi, Puccini a ópera
francesa, alemana o contemporánea y siempre está perfecto en estilo. Ricardo
Crampton, en su vuelta a nuestro país, ya que está radicado en Italia haciendo
una interesante carrera, mostró su hermoso timbre de barítono, su canto tiene
ahora más soltura, lo mismo que su físico, pero manteniendo siempre su línea de
canto y su importante volumen. Actuó y cantó con total solvencia, favorecido
además por su apariencia física. Siempre se vio en él un elemento
para hacer una carrera internacional y puede verse en las críticas de la época
que residía en nuestro país. Sin dudas de lo más notorio del reparto. Esperemos
verlo en nuestro querido Teatro Colón en poco tiempo. Una total
revelación fue la joven soprano chilena Yaritza Véliz. Una Musetta no
fácilmente olvidable. Tiene un hermoso timbre de soprano ligera con suficiente
volumen, su canto siempre fue expresivo, matizado y su actuación del segundo
acto, cantando y actuando con gran sensualidad fue totalmente un logro. Un
verdadero hallazgo haberla contratado. Otro punto destacado fue la
actuación de Emiliano Bulacios, luciendo una importante voz de bajo y
conmoviendo en su aria “Vecchia zimarra, senti “. Mario Di Salvo,
completó con solvencia vocal y escénica el grupo de bohemios. Un nivel
de total corrección brindó el resto del elenco. Gran trabajo del coro,
dirigido por Hernán Sánchez Arteaga, lo mismo que el de niños dirigido por
Mónica Dagorret. Una gran apertura de temporada con un “Boheme” que
merece ser vista. Nota: Una
pregunta para el Director General y Artístico Sr. Martin Bauer, si en una
función de “La Boheme”, un domingo por la tarde, con excelente elenco,
dirección y atractiva puesta, además de un precio absolutamente acomodado, no
logró llenar la platea, con varias filas vacías en la parte trasera y notables
blancos en el resto de la sala, que se puede esperar para las funciones de
ópera contemporánea? Es para pensar
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