Foto:Bruce Zinger
Giuliana Dal Piaz
Por
invitación de Marc Minkowski se encargaron de la dirección teatral y de la
coreografía de la ópera Lucio Silla de Mozart en el Mozartwoche de Salburzo en
el 2013, en el Festival de Salzburgo en el 2014 y en el Teatro alla Scala en el
2015, ahora, Marshall Pynkoski y Jeannette
Lajeunesse Zingg fundadores de
Opera Atelier presentaron su propia producción en Toronto para concluir la 30
temporada de ópera barroca de la prestigiosa institución canadiense. Con la
eficaz colaboración del escenógrafo Garard Gauci (escena y vestuarios) y
de Michelle Ramsay en la iluminación, la puesta en escena gusto mucho al
publico canadiense. Cuidada minuciosamente y eficaz desde el punto de vista
teatral, para su presentación en el teatro Elgin la ópera requirió de una
transformación de la escenografía inicialmente concebida por Antoine Fontaine
para dos escenarios grandes. Gauci utilizó el recurso de una serie de cubiertas
trompe-l'oeil que se
alternaban al fondo, detrás de una escalinata corta, para sugerir diversas
ambientaciones (el mausoleo, la casa de Silla, la prisión, el foro
romano/campidoglio). Como se usaba en tiempos de Mozart y como lo quiso
Fontaine para la edición europea, los personajes vestían como en el tardío
siglo 18 encuadrados en una escenografía neoclásica. Solo el coro se presentó
en escena con extraños vestidos monacales blancos, atemporales. Mesurada fue la
gestualidad de los personajes, pero intensa para recrear la atmosfera dramática
de la época. Lucio Silla es una de las tres óperas “milanesas’ del Mozart
adolescente, comisionada por el Teatro Regio Ducal de Milán (que algunos años
después adoptó el nombre de Teatro alla Scala) para dar inicio a la temporada
del Carnaval 1772, que había iniciado inmediatamente después de navidad, la
premier de la ópera tuvo lugar el 26 diciembre. Siguiendo las indicaciones de
Minkowski, que desde la edición 2013 de la Semana de Mozart en Salzburgo, quiso
abreviar y arreglar la partitura, fue eliminada la parte de Aufidi, y algunos recitativi
acompgnati, así, nos encontramos frente a un elenco prácticamente femenino,
con 4 sopranos aun para los papeles de Cecilio Metello y Cinna que se hubieran
beneficiado del uso de mezzosopranos. Peggy
Kriha Dye, soprano estadounidense, no mostró la extensión vocal que
requería Cecilia y su personaje resultó en general plano y poco convincente. Tampoco
dispuso de la amplitud y de la profundidad de la voz deseada la soprano Inga Kalna (Cinna) quien representó
discretamente al ambiguo personaje que conspira contra Silla, y pareció más
‘amigo ‘de Cecilio de lo que quizás Gamerra había imaginado. Mireille Asselin fue una Celia
vocalmente adecuada que aportó la vivacidad y la malicia necesaria a su
personaje, y Meghan Lindsay no tuvo
la extensión vocal suficiente para el papel y la pasión de Giunia, sobre todo
para quien aprecio en Milán a Marianne Crebassa en ese papel. En el único papel
de tenor, Kresimir Spicer-que en la
Scala sustituyó al indispuesto Rolando Villazón- sus agudos estuvieron
frecuentemente cerca del grito y su interpretación no fue convincente,
resultando francamente desagradable como en el virtuosísimo del aria final “Se
al generoso ardire” Optimo fue el
desempeño de la orquesta y coro de la
Tafelmusik Baroque Orchestra, dirigidos por David Fallis, como el cuerpo de ballet de Opera Atelier.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.