Foto: Liliana Morsia
Dr. Alberto Leal
Estrenada
en el Theater an der Wien en Viena el 30 de diciembre de 1905, se convirtió en
un éxito desde el momento de su estreno. Es sin dudas una obra más importantes
en su género, se representa en todo el mundo con gran asiduidad (de hecho
fijara como número 23 entre las óperas y operetas más representadas). Aúna una
deliciosa música, un ambiente festivo y un seguro que los espectadores saldrán
tarareando alguna de sus pegadizas melodías. Lehár
realizó algunos cambios para las versiones de Londres y Berlín e incluso
compuso una obertura en 1940 para la Filarmónica de Viena. La versión
presentada por Juventus Lyrica tuvo un puntal en el excelente trabajo del
maestro Dos Santos. Con precisos tiempos y la chispa necesaria realizó un
excelente trabajo, respetando siempre el balance orquesta y foso. La orquesta
siguió sus directivas y siempre sonó con delicadeza, y buen gusto. Un placer en
la parte musical. Otro punto importante de la versión fue el trabajo de
Ana D’Anna. Con una bella escenografía en estilo art noveau, delicada, fácil
para los cambios y con su tradicional buen gusto. Es un cuadro fijo que solo
requiere pequeños agregados según los actos. También ella es la diseñadora de
un vestuario totalmente en época, con hermosos diseños, aunque la paleta de colores
elegida es, por momentos, demasiado oscura. En general marcó con
eficacia a los cantantes, aunque hubiera sido necesario trabajar más sobre el
personaje de Hanna Glawari. Excelente
trabajo del Coro dirigido por Hernán Sánchez Arteaga. María Goso, a quien
nuestra revista la premió como revelación del año 2015 por sus estupendos
trabajos como Micaela y Susana, no parece presentar la misma comodidad como
Hanna. No se vio en ella la sensualidad y el estilo que el papel requiere. Por
supuesto sigue siendo portadora de una excelente voz, cantó correctamente la
más conocida pieza de esta opereta: "Es lebt eine Vilja", mostrando
agradables pianísimos. Pero la codiciada millonaria nunca estuvo presente. Creo
que debe trabajar más en el personaje, tal vez pueda ser una muy buena Hanna
Glawari en el futuro. No fue favorecida por un vestuario que puede ser correcto
para el papel pero no para ella. Igual su voz y desenvoltura no se ven
empañadas para un futuro. Fue algo precoz cantar “Viuda” con tan poca experiencia
en su carrera? Por el contrario Ernesto Bauer, como Danilo, canto en
forma segura con un bello timbre de voz y dio a la perfección lo que el Papel
de Danilo requiere, distinción, clase. Tal vez lo mejor de la función
llegó de la mano de Ivana Ledesma (quien alternará como Hanna (y realmente
lamento no poder verla). Con un hermoso timbre de soprano lirico-ligera,
excelente volumen y notables dotes de actriz, fue una placer verla y
escucharla. Si sabe - y puede – elegir el repertorio tiene un gran futuro asegurado. Muy buen
actuación de Duilio Smiriglia, hermoso timbre, adecuada línea de canto y buen
actor. Parece que las dimisiones del Teatro Avenida le sientan más a su voz que
las del Teatro Colón. Aquí su voz corrió en forma espléndida, escuchándose en todo
momento. Excelente
idea la de incluir al actor Carlos Kaspar como el Barón. Le dio al papel una
importancia que no ocurre generalmente. Y no se extrañó que la parte cantada
fuera reemplazada por un parlato, ya que compensó con creces su actuación. También
excelente, haciendo dúo con Kaspar fue el desempeño de Norberto Lara. Correcto
el resto del elenco. Es un
logro hacer la versión original en alemán, pero la dicción en general fue
bastante pobre. A pesar
de estas salvedades la brillante música de Franz Lehár hace que el público se
sienta en una fiesta y que salga canturreando las más pegadizas melodías.
Siempre la “La viuda alegre” depara un tiempo de placer, de alegría y los que
vayan no se sentirán defraudados.
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