Foto: Luis López
Luis López / Reforma.com
Una
noche de elegancia y perfección técnica, con un programa de amplio rango
emocional, brindó anoche la soprano Renée Fleming en la Gala Operística de la
Camerata de Coahuila, en Torreón. Ante un público que llenó el Teatro Isauro
Martínez de la ciudad coahuilense, la solista consentida del Met de Nueva York
ofreció, en su segunda visita a México, un programa de arias de barrocas a
románticas, así como canciones de arte de distintas latitudes, bajo la batuta
de Ramón Shade. Tras iniciar la velada de forma alegre con la
obertura de Las Bodas de Fígaro, de Mozart, la estadounidense
lució de inmediato su timbre lírico y cálido en la melancólica Porgi, amor, de la misma puesta en escena. Siguió el momento de derrochar la destreza vocal
con las arias Bel piacere y V'Adoro pupille de
Händel, donde la soprano lució gran soltura en las fiorituras, sobre todo en la
segunda, en la que dio voz a la seductora Cleopatra de la ópera Julio César en Egipto. En el bloque romántico francés, antecedido por
el intermezzo instrumental Meditación, de
Thaïs, Fleming hizo muestra de la profundidad de su timbre en el aria
introductoria del papel titular de esta ópera de Massenet, para luego continuar
el sentimiento dramático con la triste Adieu notre petite table de Manon, del
mismo compositor. Entre las canciones de arte que interpretó
destacó Soirée en mer, de Saint-Saëns, con texto de
Víctor Hugo, y cuya versión orquestal se estrenó anoche. Asimismo, lució tanto el júbilo primaveral de Aprile, de Tosti, como el carisma de Mattinata, de Leoncavallo, con tal
control de su rango dinámico que lo mismo logró asombrar a los espectadores con
pasajes fortísimo que captar su atención con notas apenas audibles. Después del toque latinoamericano con la danza Malambo, de Ginastera, ejecutada por
la orquesta, Fleming mostró la dulzura de su timbre con una de las melodías más
aplaudidas de la noche: Estrellita, de
Ponce. La artista cerró su programa con sabor ibérico
al entonar La morena de mi copla, de Carlos Castellano Gómez,
para luego ofrecer como encore una joya de su tierra: el canto de cuna Summertime de
Gershwin. Tras la ovación del público, la intérprete
regaló también el célebre O mio babbino caro, de
Puccini, y Shall we dance?, del musical El Rey y yo, concluyendo con una probadita
de Broadway la velada. La soprano dará mañana martes 21 de junio en Palacio de Bellas
Artes de la Ciudad de México su segunda presentación en esta visita al País. En
su recital a piano será acompañada por Gerald Martin Moore.
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