Monday, October 26, 2009

Entrevista con la soprano Nicola Beller Carbone

Alemana de nacimiento pero española por adopción, la soprano Nicola Beller Carbone, estudió actuación y canto, en la Escuela Superior de Canto de Madrid, para después trasladarse a Munich, Alemania, donde continuó su preparación y donde inició una fructífera carrera, que la ha llevado a presentarse en importantes escenarios de: München, Mannheim, Essen, Weimar, Darmstadt, Braunschweig, y Berlín, Graz y Bregenz, Ginebra, St. Gallen, Berna; Niza, Lyon, Verona, Macerata, Palermo, y Turín así como en Toronto y el Carnegie Hall de Nueva York, entre otros. En la siguiente entrevista Nicola nos cuenta sobre su trayectoria y su manera de concebir la opera.

Fotos: Michael Cooper; Georges Monogiuodis; Salome en Ginebra (Salome)- Detlef Kurth; Marie /Marietta (Die Tote Stadt)- Teatro Massimo di Palermo.
Ramón Jacques

Tu vida ha estado siempre ligada a España sin embargo tu presencia en sus teatros es escasa ¿a que se debe esa situación?
Cuando me fui de España era estudiante de canto y nadie me conocía, y aun tenía que hacer una carrera. En Alemania me dieron esa oportunidad y ahora que llevo unos años en el mercado internacional, debuté en España este verano en el Festival de Opera de Tenerife, con mi personaje preferido Salome. Después que la producción se llevó también al Teatro Pérez Galdós de Las Palmas me han llegado diversas ofertas de teatros españoles, que por cuestión de agenda no he podido aceptar, a mi pesar. Espero que llegue el momento de avanzar mi camino por los teatros españoles. ¡No hay cosa que me encantaría más que eso!

¿Cómo fueron tus inicios en el canto?
Comencé muy joven a tocar el piano y a hacer ballet clásico. Siempre tuve claro que quería estar sobre un escenario, pero no sabía exactamente de que modo. Canté en grupos de jazz, rock y soul y baile en compañías de tanztheater donde hicimos representaciones con carácter de Happening, además actué en diversos grupos de teatro alternativo. Viviendo en los años 80 en Madrid, en plena movida madrileña y con la mentalidad desbordante, idealista y algo intolerante, pero inherente a la juventud, era difícil imaginarse a uno sobre un escenario de opera, porque se veía ligado a una clase social burguesa y elitista. Era más fácil actuar en cabarets y locales nocturnos o en películas de cine independiente. Empecé a estudiar tarde en la Escuela Superior de Canto de Madrid y fue el contrato con el Opernstudio de München, Alemania lo que marcó un cambio en mi vida hacia el mundo meramente operístico.

Comenzaste cantando papeles de soprano lírica ¿Cómo se dio tu transición a ser soprano dramática?
Durante los 10 años de contrato fijo en teatros alemanes canté todos los papeles imaginables de soprano lírica coincidiendo con la evolución natural de mi voz. En el 2003 decidí cantar Salome porque pensé que el personaje era perfecto para mi, resumiendo una cantidad de facetas que poseo y que podría distinguirme de otras cantantes. Al comprobar que el personaje también resultó vocalmente muy bueno para mí, ya que me daba la posibilidad de aumentar el volumen y la fuerza vocal, acepté las ofertas que me empezaron a llegar para otros papeles dramáticos. Me di cuenta que nadie dudó de mi como interprete de estos roles, fui aceptada en seguida como cantante de roles dramáticos y sentí mucho mejor que en los roles puramente líricos.

Participaste en la producción de Robert Carsen de Salome en Turín en el 2008 en el papel estelar, esa puesta atrajo la atención de la critica hacia ti ¿es Salome tu papel favorito?
Para mi Salome es un personaje con infinitas posibilidades de desarrollo musical y dramaturgia ya que está repleto de refinamiento, sensualidad, simbolismos y alusiones, y de un espíritu dionisíaco y embriagador, por lo que es un delirio absoluto. ¡Me encanta! La música de Strauss se adapta perfectamente a mi vocalidad y el perfume del “fin de siecle” me inspira mucho.

¿Qué me dirías de Tosca, otro papel que has cantado con frecuencia?
Puccini es mucho más directo, más cinematográfico. El problema de Tosca para una cantante, es que existe una tradición muy clara de cantantes maravillosas que la han interpretado y hay que enfrentarse siempre contra ese prejuicio que se presenta a menudo y que equivocadamente se le conoce como “tradición”, de como debe sonar y verse una Tosca.

Actualmente ¿Cómo te definirías vocalmente?
Siempre he tenido una voz lírica. Afortunadamente sigue siendo una voz dúctil, flexible y variable, pero a la vez muy robusta y con capacidad para dar impulsos dramáticos. No poseo una voz grande, de esas que desarrollan igual cantidad de volumen en todos los registros, la típica voz dramática, pero mi voz esta muy bien encauzada, y traspasa la orquesta sin problemas. Incluso, a veces, con mas facilidad que una voz mas ancha o mas grande. Luego pienso que en el escenario el conjunto de voz y personalidad es lo que hace creíble al personaje, y en esa combinación -acústica y visual- se manifiesta en mí la forma de encarnar mujeres de carácter fuerte.

¿De cuantos papeles se conforma tu repertorio?
No podría decirlo ya que tengo muchos papeles, pero algunos de ellos no los he cantado desde hace años como Ariadne. Cada año agrego nuevos papeles como: Eleonore, un papel interesantísimo de una opera dodecafónica de Krenek que canté el año pasado en el Festival de Bregenz o La femme en la opera La voix humaine de Poulenc que haré el próximo año en la opera de Köln, Alemania. Los papeles que mas canto son: Salome, Tosca y Lady Macbeth de Mtsensk. Este año volví interpretar Rosalinde en El Murciélago de Johann Strauss en la opera de Lyon, un personaje que canté muchísimo en mis años de “Troup” en Alemania. Tenia ganas de hacer algo divertido para variar mi repertorio actual, que está lleno de muertes, asesinatos, suicidios y crueldades. También debuté este año el doble personaje de Marie /Marietta en Die Tote Stadt de Korngold en el Teatro Massimo de Palermo, un personaje que es una especie de síntesis de Zerbinetta y Ariadne, extremamente interesante desde el punto de vista vocal y en el plano interpretativo.

La interpretación escénica de tus papeles denota temperamento, seducción y pasión, o sea que das mucha importancia a la parte escénica del papel…..
Ser cantante de opera, después de haber estudiado arte dramatico ya dice bastante al respeto. Para mí, ser cantante de opera significa una fusión entre la actuación y el canto. Ambas van de la mano. Yo no me pregunto aquello de “prima le parole o prima la música” ya que no se puede excluir una cosa de la otra. La opera es teatro, en el que se cuenta una historia y se deben trasmitir emociones, eso se consigue cuando los protagonistas reaccionan entre ellos y se comportan como personas reales, con sentimientos y emociones. Naturalmente, eso sucede en el escenario con una técnica interpretativa donde se produce una traducción escénica. El trabajo de los artistas en el escenario es el de descubrir en cada situación, el modo de darle credibilidad a cada rol. Por eso se le dedica tanto tiempo a ensayar escénicamente, porque es un trabajo minucioso, en el que se descubren siempre cosas nuevas sobre la obra, sobre el tiempo histórico en el que fue escrita, sobre el compositor, sobre los colegas y sobre uno mismo.

¿Consideras que las puestas modernas distorsionan, deforman o denigran a la opera como espectáculo?
No, a veces las llamadas puestas de escena son solo estúpidas, pero no me gusta cuando se habla de denigrar o arruinar. La opera está viva, es un arte palpitante, pleno de emociones y reacciones humanas, de procesos intelectuales y emocionales, que debe evolucionar con el paso del tiempo y debe de acercase a la credibilidad. No soporto las operas en las que no se transmite nada, en las que solo se ponen en evidencia a si mismos los artistas en vez de contar una historia y hacerla creíble. El ego del intérprete, del maestro musical o del director de escena no me interesa. La obra, la música, el drama en si, la visión o interpretación de la obra que crean el director de escena junto a los intérpretes y el maestro, es lo que me interesa cuando estoy sentada en una butaca de teatro.

¿Encuentras inspiración en algún cantante del pasado o del presente?
En mis tiempos de estudiante descubrí a María Callas, que por su intensidad y absolutismo en todo lo que hacia me maravilló. Admiro profundamente la capacidad de poder entregarse totalmente, de dedicarse profundamente a un momento de creación artística cómo si en el mundo no existiese nada más que lo que sucede en ese instante. Vocalmente me gusta mucho Leonie Rysanek, Mirella Freni y Anja Silja o Hildegard Behrens, por su individualismo. También actores como Ingrid Bergman, Anna Magnani, Orson Welles, Paul Newman; cineastas como Fassbinder y Luis Buñuel o cantantes de jazz como Billy Holliday, que son grandes fuentes de inspiración para mí. Hoy en día me inspiro en la vida cotidiana observando a la gente, como se relaciona, como se mueve, como habla o calla.


¿Cuales son tus intereses respecto a la música española e iberoamericana?
Me gusta toda la música española. Tengo un programa completo de Lied dedicado a la música española de Granados, Turina, Mompou, de Falla. De hecho haré un recital exclusivamente de música española con Todd Camburn al piano en Nantes, Francia. De música latinoamericana conozco menos en el terreno clásico, pero escucho mucha música latina, fusión y jazz. Este verano en España me abastecí con las últimas grabaciones de Luis Poveda, Ketama, Chambao, Tomatito y Mayte Martín, porque me encanta el flamenco y la fusión. Lugo no se deben olvidar cantantes como: Chavela Vargas, Omara Portuondo o Celia Cruz y por supuesto también me encanta toda la cultura musical de los boleros y los tangos.

El próximo año debutarás en la Plata Argentina con Francesca di Rimini de Zandonai. ¿Qué expectativas tienes de tu debut latinoamericano dada la afinidad y atracción que sentirás con esas tierras por tu carácter español?
¡Estoy muy feliz de poder viajar a Argentina! conocer ese país tan interesante y seguramente bello, que aun no he conocido. Hacerlo con un debut, es mayor placer todavía. Conocí a Louis Desirè, director de escena y vestuario de una producción de Tosca que hice con el en Niza en el 2008. Fue allí donde nació la idea de hacer una Francesca juntos. Idear y soñar una ópera con tiempo, dialogando, proyectando junto al director, es muy especial. Da mucha fuerza y me motiva especialmente. Este será de nuevo un papel muy exigente y complejo, lleno de contradicciones, y ¡que música!

¿Qué mas te espera en el futuro?
Tengo una Salome en Düssedlorf este invierno, y en los próximos dos años me esperan tres producciones más de esta ópera: en Montreal, Monte Carlo y Bruselas. Cantaré Tosca en la Opera de Montreal, Canadá y otra en Tours, Francia. Después vendrá mi debut de La voix humaine en Köln y Rosalinde en El Murciélago en el Theater an der Wien, un teatro que en estos momentos està haciendo una programación muy interesante en Viena. Estoy muy contenta de volver a interpretar el doble personaje de: Marie / Marietta en Die Tote Stadt de Korngold en Frankfurt, una obra de especial interés para mi. Después de la Francesca de Rimini en La Plata, Argentina tendré para 2011 un Wozzeck en el Festival de Santa Fe, Estados Unidos, y Carlotta en Die Gezeichneten de Schreker en la opera de Köln en el 2013. Sin olvidar un bombón, una delicatesse, un personaje un poco para despistar y también para divertirme Musetta en el Festival de Orange en 2012.

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