Fotos: Chris Kakol
Abigail Brambila
La audiencia en Miami se vistió de
gala para asistir y presenciar la ópera Lucia di Lammermoor, famosa y favorita de
muchos, y quedó deslumbrada con el extraordinario talento vocal e histriónico de Anna Christy quien, en su debut local, representó
al personaje con voz dúctil y ágil, brillando en sus arias, particularmente en
la escena de la locura. Escénicamente la soprano se mostró en sincronía con el
tenor Joshua Guerrero quien dio vida
a un correcto y solvente Edgardo. El
barítono Trevor Sheunemann dotó a Enrico de tintes dramáticos y Raimondo fue personificado por el bajo-barítono
Kristopher Irmiter notable por el
color y la tonalidad en su voz.
El resto
del elenco contó con Chaz’men
Williams-Ali como Arturo, un
tenor de grata línea lírica, con el tenor Dominick Carbacio como Normanno, y como Alisa la mezzosoprano Mary Beth Nelson. La escenografías fueron simples pero tradicionales ya que situaron la escena como indica el libreto, en
Escocia a finales del XVII, y tanto el concepto como los elegantes vestuarios
fueron ideados por Liz Ascroft, para
la ópera de Houston de donde fueron traídas para la ocasión. La dirección escénica
de Elise Sandell, fue puntual y
directa, y dentro de la cual los artistas brillaron por sus cualidades y
características únicas. La conducción a cargo de Alexander Polianichko, fue enérgica, pero correcta, atenta al
detalle y con buena dinámica. Una mención
merece también el coro de la Opera de Florida cuyos miembros se mostraron
activos en escena y mostraron uniformidad en su canto. Variada y entretenida luce la temporada, con títulos
de diversos géneros y para todos los gustos como Salome, Orfeo y Euridice de Gluck,
y la reposición de Florencia en el Amazonas de Daniel Catán.
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