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El viaje al manicomio.
Athos Tromboni
LUGO – La restauración borbónica resultante de la caída de Napoleón Bonaparte y el renacimiento del absolutismo monárquico, comenzó en Francia el 6 de abril de 1814, día en el cual, el senado otorgó el trono francés a Luis XVIII. A estos sucesos, el 25 de mayo de 1825, el hermano Carlos X, y el clima festivo de los días de la coronación, en pleno periodo de restauración, le ofrecieron la oportunidad Gioachino Rossini para la composición de una opera bufa (con libreto de Luigi Balocchi), causada por el frenesí y la excitación suscitada en la gente del evento real. En el libreto, que es una sátira de las costumbres de la época, se imaginó a un grupo de personas de diversas nacionalidades que se encontraban cercanos al albergue del Giglio d’ Oro, en la ciudad termal de Plombières, y que decidían organizar un viaje a Reims para asistir a dicha coronación. La opera tuvo su primera representación el 19 de junio de 1825 en el Théâtre des Italiens de Paris con un elenco estelar, con prácticamente los cantantes mas grandes de aquel entonces. Desde aquella legendaria ejecución la opera no fue representada mas y Gioachino Rossini retomó y readaptó la mayor parte de la música en Le Comte Ory. Abandonada en un cajón por deseo del propio Rossini, la partitura original fue estudiada y llevada nuevamente a la luz en 1984 en el Rossini Opera Festival de Pesaro, con una producción escénica y una compañía de cantantes por demás estelar, que fue dirigida musicalmente por Claudio Abbado y escénicamente por Luca Ronconi. Desde entonces la opera (o mejor dicho la cantata escénica porque de eso se trata, mas que de una verdadera opera) ingresó establemente en el repertorio operístico y se ha representado frecuentemente no solo en Italia si no también en el extranjero, por lo que es significativo decir que el Il viaggio a Reims tuvo el honor en el 2007 de ser representada en el teatro Marinskij de San Petersburgo, bajo la dirección de Valerij Gergiev. Además, pequeños teatros italianos han descubierto la obra, y en el 2009, el teatro Municipal de Piacenza le confió a la regista Rosetta Cucchi y al director de orquesta Aldo Sisillo la puesta en escena de una nueva producción: misma que fue repuesta el 7 y 8 de mayo pasados en el Teatro Rossini de Lugo di Romagna (Ravenna), resultando ser un gran éxito como el que tuvo también en Piacenza.
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Los colores predominantes de la escena fueron el blanco del hospital y el azul, mientas que el rojo carmíneo y el negro fueron usados por la creadora de los vestuarios Claudia Pernigotti en algunos trajes (Don Álvaro, Lord Sidney, Melibea, Libenskof) para crear un eficaz constaste cromático. Los cambios de escena se realizaron a la vista, con los coristas entrando, moviendo, inflando, ondeando, arranstrando la utileria, pero tales y tantos movimientos contribuyeron a la jocosidad del espectáculo, una suerte de variación que implementó perspectivas geométricas diseñadas por Tiziano Santi. La iluminación de Marco Cittadoni mantuvo la escena con luminosidad solar, no solo en las introspectivas y en la simbologías, salvo que en la discurso cantada por Don Profondo ("Medaglie incomparabili/Cammei rari impagabili") cuando el fondo se convierte en una sucesión de colores blanco rojo y verde como la bandera italiana.
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