Considera como una autentica opera de “terror”, A Turn of the Screw fue presentada por primera ocasión en un escenario de este país, gracias a la iniciativa de Música UNAM, la respetable organización musical perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México. En este montaje, sobresalió particularmente la parte musical, que le fue confiada al director ingles Jan Latham Koening, quien mostró conocimiento del repertorio, y que al frente de un compacto Ensamble Filarmonía ofreció una lectura segura, dinámica y fluida con la que logro extraer gratas tonalidades y colores contenidos en la orquestación, así como la tensión que acompaña las sensaciones de miedo y temor latentes en la historia. Desde el punto de vista escénico, el también director ingles Michael McCaffery jugó con ese aspecto lúgubre y tenebroso, dentro de un planteamiento sencillo en el que la acción se realizó dentro de un espacio delimitado por una luz, en un escenario oscuro en el que aparecían figuras de fantasmas y muebles antiguos que en cada cambio de escena era reacomodados. Elegantes fueron los vestuarios traídos para la ocasión del National Theatre of England. La soprano galesa Fflur Wyn, fue una Institutriz ideal, por el tono cristalino y brillante con el que afrontó su parte vocal, por su delicado y juvenil aspecto, pero sobretodo por su compenetración dramática con el personaje. Sobresaliente estuvo el tenor Samuel Boden, en el doble papel del prologo y Peter Quint, elegante en el fraseo y la dicción, y muy desenvuelto en su actuación. Correctos y participativos en sus intervenciones, estuvieron: la soprano Erin Hugues como Flora, el niño soprano Leopold Benedict como Miles, Encarnación Vázquez como la Sra Groose y Lourdes Ambriz como la Srita. Jessel. RJ
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