Cellista Johannes Moser se luce en el Teatro Municipal de Las Condes en Chile

Foto: Johannes Moser

Johnny Teperman

El joven cellista germano-canadiense Johannes Moser (Munich 1979) le dio extraordinaria jerarquía al tercer concierto de la temporada internacional 2011 "Fernando Rosas" de la Fundación Beethoven en el Teatro Municipal de Las Condes. Moser junto a la Orquesta de Cámara de Chile, dirigida en forma acertada por el maestro Juan Pablo Izquierdo. Moser brindó dos excelentes interpretaciones de los emblemáticos conciertos de Joseph Haydn y Robert Schumann, en que fue ovacionado repetidamente por unas 600 personas. En el primero mostró seguridad, viveza y un gran virtuosismo y un, a ratos, muy simpática y solida coordinación con los músicos de la agrupación musical acompañante. En cambió, en la composición de Schumann, el intérprete germano-canadiense, se vió más frío y concentrado, poco comunicativo, pero con un nivel técnico igual de brillante. Aclamado como uno de los mejores jóvenes virtuosos violonchelistas, este músico comenzó su carrera a los ocho años de edad bajo la tutela de David Geringas. En el año 2002 saltó al estrellato, cuando se erigió como ganador del primer premio en el Concurso Tchaikowsky. Ha tocado como solista con algunas de las más importantes orquestas del mundo, como la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica de Nueva York, la Sinfónica de Londres y la Orquesta Tonhalle de Zurich, entre muchas otras. Entre los directores con que ha trabajado se cuentan Riccardo Muti, Lorin Maazel, Valery Gergiev, Zubin Mehta, Pierre Boulez y Krzysztof Penderecki. Hay que destacar, eso sí, el desempeño de la Orquesta de Cámara de Chile con gran conducción de Izquierdo, en una programación que también incluyó obras de Juan Sebastián Bach y Anton Webern. Del primero, el "Ricercare a seis voces" (de “La Ofrenda Musical”). De Webern, las seis miniaturas orquestales que forman las "Seis piezas para orquesta", opus 6. La aclamación del público hizo que el cellista realizara dos encores, en que interpretó brillantemente y con elevada técnica, el Allemande y la Sarabande, de la Suite No.1 para cello de Bach.