Johnny Teperman
El Ballet de Santiago y su directora Marcia Haydée, ofrecieron durante la primera semana del presente mes en el Teatro Municipal, una programación con dos grandes y famosas obras de ballet, Gaîté parisienne y Études, piezas trascendentales de la danza contemporánea, que mostraron a una respetable cantidad de espectadores, la dedicación, esfuerzo y técnica que requiere el oficio de la danza. Para la ocasión hubo invitados de gran jerarquía, tales como Piotr Nardelli, repositor de la obra "Gaité parisienne" de Maurice Béjart, Johnny Eliasen, repositor de "Études", de Harald Lander; Lise Lander, viuda del anterior y quien monta Études alrededor del mundo y Guan Wenting y Hao Bin, bailarines del Ballet Nacional de China. Además se contó con la participación de la soprano Patricia Cifuentes, quien hasta bailó en el escenario junto a los artistas del Ballet de Santiago. A cargo de la dirección musical estuvo el joven maestro chileno Pedro-Pablo Prudencio, quien condujo a la Orquesta Filarmónica de Santiago, que acompañó en forma brillante a los bailarines. Gaîté parisienne El célebre coreógrafo Maurice Béjart seduce y divierte con este ballet que cuenta la historia de su vida y los primeros pasos de su carrera artística. Los bailarines del Ballet de Santiago en pleno, se sintieron muy a gusto en esta obra y hubo sobrasaliente participación de figuras como Luis Ortigoza, bailarín principal que tuvo una lucida actuación, tanto en la técnica de la danza como en la parte teatral, con duos muy divertidos con Marcia Haydee; Natalia Berríos, Andreza Randisek, Maite Ramírez, Lidia Olmos, José Manuel Ghiso y Rodrigo Guzmán, todos en un primer plano de calidad. Études Una clase de ballet, comenzando por los movimientos básicos a los más difíciles es lo que vimos en Études, coreografía de las más exigentes que existen, creada por Harald Lander. Una suerte de mirada al trabajo dedicado y delicado de los bailarines de ballet, con música de Carl Czerny. En esta obra se lucieron los invitados Guan Wenting y Hao Bin, bailarines del Ballet Nacional de China, finos bailarines, quienes expusieron belleza y calidad y gran finura en sus pasos y expresión corporal, aunque su nivel técnica no pasó más allá de ser impecable, junto a sus anfitriones chilenos, en que sobresalió, aunque sin brillar dada la exigencia del rol, el tercer solista en este caso, Nicolás Caudullo. Los mayores aplausos de las dos presentacioneds fueron para la brasileña Marcia Haydee, toda una figura de gran prestigio a la cabeza del ballet chileno, con un curriculum impresionante, alma, vida y puesta en el escenario de las dos obras ofrecidas y protagonista indiscutida, incluso simpática comediante en el Ballet Gaîté Parisienne en que hizo una pareja inolvidable junto a un Ortigoza excelente en su rol de bailarín principiante. Con música de Jacques Offenbach, esta obra relata sus experiencias e impresiones cuando comenzó a bailar en París y su maestra de baile Madama Roussanne (con Marcia Haydée en el rol preciso), mostrando cómo se sobrepuso a los obstáculos y logró transformarse en un ícono revolucionario de la danza mundial.
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