Foto: Brescia&Amisano - Teatro Alla Scala
Massimo Viazzo
Ambrogio
Maestri
fue la estrella del díptico que el Teatro alla Scala propuso antes de la pausa
estival. Se trató de un díptico pensado ad hoc para el
Progetto Accademia y estuvo compuesto por Gianni Schicchi y por el único acto de
Antonio Salieri Prima la música poi le parole. El “divertimento teatral” de Salieri
fue un estreno en la Scala, mientras que para la obra maestra pucciniana se utilizó
la conocida producción de Woody Allen, que se originó en Los Ángeles y
que fue vista en Spoleto Italia hace diez años en. La obra de Salieri esta basada en un libreto
de Casti (de dramaturgia poco interesante) que narra el eterno desencuentro y
rivalidad entre el musico y el poeta en el acto de componer una ópera. Maestri personificó
al Maestro de capilla con argucia, ligereza de emisión, claridad de dicción y
extrema atención al estilo recitativo; quien acompañado por tres jóvenes promesas
de la Accademia del Teatro alla Scala, Ramiro Maturana (el poeta), Anna
Doris Capitelli (Doña Eleonora) y Francesca Pia Vitale (Tonina), mantuvo
la linea con gran personalidad en el espectáculo firmado por Grischa
Asagaroff – agradable escena fija, dominada por enormes instrumentos musicales-
y dirigido con precisión por Adam Fischer. En Schicchi, Ambrogio Maestri desplegó
todo el peso vocal que se le conoce como: grato color, facilidad de emisión y solidez
en los agudos para crear un personaje que, arropado por la impostación artística
de Allen, vistió como un boss malviviente de Nueva York. Así,
Maestri supo ser astuto, como también arrogante, sin salirse de la parodia. Sin
embargo, Woody Allen permaneció atrapado en la caricatura en la que
estuvo inmerso su producción “cinematográfica”, claramente inspirada en el
cinema del neorrealismo italiano, con algunos clichés que representan a Italia y
a los italianos en el extranjero. En
esta obra “coral” la contribución de la Accademia fue muy notable, comenzando
por las voces femeninas: Francesca Manzo (Lauretta), Daria Cherniy
(Zita), Marika Spadafino (Nella), Caterina Piva (La Ciesca);
continuando con los hombres: Chuan Wuang (Rinuccio), Hun Kim
(Gherardo), Gianluigi Sartori (Gherardino), Lasha Sesitashvili (Betto),
Eugenio di Lieto (Simone), Giorgio Lomiseli (Marco), Ramiro
Maturana (Spinelloccio), Jorge Martínez (Amantio), Hwuan An
(Pinellino) y Maharkam Huseynov (Guggio). La conducción de Fischer aquí careció de un
poco de atmosfera y de cierto abandono y redondez Pucciniana que parecieron desvanecerse.