Saturday, September 30, 2023

Recital de Lise Davidsen en Los Ángeles

Fotos: Ben Gibbs

Ramón Jacques

La joven soprano noruega Lise Davidsen debutó en Los Ángeles en el escenario del teatro Broadstage, situado en el suburbio angelino de Santa Mónica, cuyo ciclo titulado ‘Celebrity Opera Recital Series’ se ha ido consolidado con el paso de los años como una parada imprescindible, casi obligatoria, para la presentación, o debut local como en este y otros casos, de los cantantes y nombres más reconocidos de la lírica, en un escenario de importante metrópoli. Esta temporada, el ciclo incluye, además de la ya mencionada presentación, otro debut local del tenor Joseph Calleja con acompañamiento de piano, y un concierto con orquesta de la mezzosoprano Elīna Garanča bajo la conducción de Karel Mark Chichon. Las presentaciones estadounidenses de Lise Davidsen, han sido hasta hoy muy limitadas, concentrándose principalmente a la ciudad de Nueva York, y aunque en el mes de noviembre de este año debutará el papel principal de la ópera Jenůfa de Janáček en el teatro de la Lyric Opera de Chicago, al menos en el corto plazo no se sabe de alguna aparición agendada en algún teatro importante de la costa oeste de este país. Por ese motivo, el anuncio de su presentación local generó desde que se anunció muchas expectación e interés del público operístico de esta región.  Un recital acompañado por un piano, no es quizás la llave de entrada esperada o ideal para una artista del calibre de Lise Davidsen, quien, sin embargo, expresó su beneplácito por ofrecer su canto en una ciudad y en una región que dijo nunca haber visitado, ni siquiera como turista.  Por otro lado, un recital puede ofrecer también grandes satisfacciones porque se pueden apreciar ángulos, matices, emociones e impresiones que el artista puede transmitir siendo el mismo, sin estar cubierto por vestuarios y escenografías. Cabe destacar que por la presencia y la elegancia que irradió esta artista, así como el inagotable despliegue de recursos vocales que posee y que desplegó desde la primera nota que cantó, el público comprendió que estaba en presencia de una artista muy completa, vocalmente destacada, especial y valiosa, es decir una joya de las que no surgen todos los días.  Con gran sencillez y gracia Davidsen, se dirigió al público en un par de ocasiones para explicar que había conformado, con la ayuda de su maestro y pianista James Baillieu, un programa ex profeso para la ocasión, en el que abarcaría los más variados y diferentes estilos y compositores para dejar una grata impresión con el público asiste a este recital.  Personalmente me destacaría la muy cuidada y bien interpretada, elección de piezas, que no incluyó piezas o conocidas canciones populares que muchos cantantes suelen incluir en la actualidad, sobretodo en la segunda parte de sus programas, y que por experiencias personales pasadas que he presenciado, banalizan y devalúan sus presentaciones por obtener aplausos fáciles o crear innecesarias situaciones cómicas, que no ocurrirían en funciones de óperas o conciertos sinfónico vocales. Davidsen asumió con seriedad y solemnidad el compromiso como la gran artista que es, y tan solo con su canto fue capaz de arrancar suspiros, generar tumultuosas ovaciones y sobretodo conmover y emocionar al público. Imagino que nadie presente en el Broadstage en esta velada, permaneció impávido o indiferente estando presente en este recital; que la soprano comenzó cantando en su propia lengua, interpretando 5 poemas, opus 69 del compositor noruego Edvard Grieg (1843-1907). Es indudable que la voz de Davidsen es voluminosa, con mucho cuerpo, y ella lo sabe, pero también tiene la virtud de darle un manejo magistral en todos los registros alcanzando incluso delicados y casi imperceptibles pianissimos y musicalidad como en Til min Dreng (a mi niño) ciclo de canciones que viene incluido en la grabación del 2022 en el sello Decca con obras de Grieg y el pianista Leif Ove Andsnes.  En su interpretación del ciclo de 5 canciones, Op 37 y Svarta rosor (Rosas negras) op, 36 de Jean Sibelius (1865-1957) su voz adquirió una tonalidad más oscura y dramática apropiada para esta sentida y dolorosa música. Es notable también la claridad con la que emite y frasea cada palabra cantada, la emisión y manera de mantener los agudos, sin importar la lengua en la que cante. 

En lo que ella considera sus primeros pasos en el repertorio italiano, del cual comentó que recientemente interpretó el Réquiem de Verdi y Giorgetta en Il Tabarro de Puccini, cantó apasionantes versiones de 'Sola perduta abbandonata' de Manon Lescaut de Giacomo Puccin (1858-1924); así como "Morro, ma prima in grazia" del tercer acto de Un Ballo in Maschera de Giuseppe Verdi (1813-1883) y una notable ejecución plena de sentimiento y luminosidad del “Ave Maria, piena di grazia” de Desdemona de Otello del propio Verdi.  De su repertorio mas afín, el alemán, regaló una estremecedora ejecución con su voluminosa y profunda voz, a la que sabe darle un sentido sin recurrir solo al brio, de “Dich teure halle” de Tannhäuser de Richard Wagner (1813-1883) aria que por cierto cantó en la final del concurso The Queen Sonja International Music Competition del 2015, uno de los momentos que han servido para catapultar su carrera; así como el aria  Abscheulicher! Wo eilst du hin? de Fidelio, op 72 de Ludwig van Beethoven (1770-1827) contenida en otras de sus grabaciones discográficas en Decca con la London Philharmonic dirigida por Sir Mark Elder. Dejo una grata impresión su fina y tierna elección de piezas de Franz Schubert (1797-1828) que incluyó: “An die Musik”,  Gretchen am spinnrade", op.2, D.118, Erlkönig y Litanei auf das Fest Allerseelen. Lise Davidsen es una actriz que no permanece quieta en escena, y sus movimientos y gestos muestran cuanto se involucra con el texto, y el sentimiento que logra transmitir al público.  Para finalizar cantó con buen gusto y sin innecesarias exageraciones “Heia, Heia, in den Bergen” de la opereta Die Csardasfürstin del compositor húngaro Emmerich Kalman (1882-1953) y como una cortesía al público angelino “I Could have danced all night” del musical My Fair Lady del compositor Frederick Loewe (1901-1988). El desbordado entusiasmo del público y la generosidad de la soprano hicieron que cantara tres piezas fuera del programa como su vibrante ejecución de Vissi d’Arte de Tosca de Puccini, obra que parece adaptarse bien a su temperamento y cualidades vocales y que seguramente cantará en escena más adelante, y dos piezas de lied Cäcilie y Morgen de Richard Strauss (1864-1949) cuyo repertorio es otra de sus especialidades.  Al inicio del recital ella agradeció al pianista James Baillieau, a quien se refirió como un maestro, y quien la ha animado a incluir y experimentar ciertas piezas y repertorios, por lo que se notó la complicidad y el entendimiento existente entre ambos. Baillieu, entiende la voz de Davidsen y supo seguirla, acompañarla y crear un marco musical sobresaliente y dinámico para el lucimiento de su voz.  En resumen: fue un evento memorable, del que se espera haya sido escuchado o tenido alguna repercusión en las oficinas de al menos: la Ópera de San Francisco y la Ópera de Los Ángeles en esta parte del país.  

Houston Symphony Music Director Juraj Valčuha signs a contract through the 2025—2026 season

Photo by Ben Cordua

Houston Symphony Music Director Juraj Valčuha signs a contract extension through the 2025—2026 Season, days before opening his second Houston Symphony season. Photos HERE Starting in the 2022–23 Season, Juraj Valčuha assumed the role of Music Director for the Houston Symphony, previously having guest conducted for the first time in 2011.

Thursday, September 28, 2023

Il Trovatore en San Francisco

Fotos: Cory Weaver / San Francisco Opera

Ramón Jacques

Con Il Trovatore de Giuseppe Verdi (1813-1901) que ocupa un lugar entre las obras emblemáticas y reconocidas del repertorio lirico tradicional, y porque forma parte de la ‘trilogia popolare’ del compositor italiano, se dio por iniciada una nueva temporada, la numero 101, en la historia de la Ópera de San Francisco. La ópera ha sido presenciada por el público local a lo largo de veinticinco temporadas que la compañía la ha escenificado. Il Trovatore se estrenó en San Francisco en mayo de 1959, pero esto fue gracias a una compañía itinerante; posteriormente su estreno oficial con la compañía ocurrió en octubre de 1926, en el Civic Auditorium de la ciudad, con la prima donna Claudia Muzio en el papel de Leonora. Ese día, se dio el importante anunció que se habían reunido los fondos económicos necesarios para que San Francisco construyera su propio teatro de ópera, el War Memorial Opera House, su actual sede. La apertura del teatro fue en octubre de 1932, y esa primera temporada obviamente incluyó Il Trovatore. Desde entonces, el vínculo que se creó entre la ópera y la compañía ha generado un sinfín de interesantes y únicas anécdotas, destacando, por ejemplo, la puesta de 1929 en la que debutó el tenor Giacomo Lauro-Volpi como Manrico, o la de 1934 que marcó el debut y única aparición local de la soprano dramática Zinka Milanov como Leonora, o la de 1958 en la que la joven soprano Leontyne Price cantó su primera Leonora, papel del que después se convertiría en una de sus más sobresalientes intérpretes, al lado del veterano tenor sueco Jussi Björling, poco tiempo antes de morir,  y en la única ocasión en la que ambos cantantes concedieron sobre un escenario. La puesta de 1975 unió a dos sobresalientes cantantes como: Luciano Pavarotti y Joan Sutherland, y en 1986 la mezzosoprano Dolora Zajick, histórica intérprete de Azucena debutó aquí el papel. La lista de intérpretes del Conde de Luna incluye a: Leonard Warren, Ettore Bastianini, y Vladimir Chernov, además de en uno de los cantantes favoritos del público local, Dmitri Hvorostovsky, quien en la temporada 2009, y con ese papel, cantó por última vez sobre este escenario.  Sin embargo, los tiempos han cambiado, quizás se estén viviendo en los teatros los síntomas post-Covid, o los cambios en los gustos del público; un sinfín de razones y argumentos para debatir y reflexionar, lo cierto es que los llamados ‘caballos de batalla’ parecen no estar atrayendo suficiente público para ocupar la totalidad de las butacas en este teatro, como sucedió en esta función. Si bien es un dato que no debería ser mencionado o motivo de interés para quien acude a reseñar una función, como melómano, existe la legitima inquietud sobre lo que está sucediendo y que se presencia función tras función. Seguramente será un tema inmediato a resolver por la propia Ópera de San Francisco, que debe encontrar una manera viable y balanceada de programar títulos en temporadas futuras que sigan siendo atractivos para el público. En términos escénicos, se repuso el montaje estrenado aquí en el 2009, del director escoces David McVicar, con apropiados diseños de Charles Edwards y elegantes y funcionales vestuarios de  Brigitte Reiffenstuel y un adecuado trabajo de iluminación realizado por Jennifer Tipton, que desde su estreno ha viajado a los escenarios de la Lyric Opera de Chicago y el Metropolitan de Nueva York, donde la acción fue trasladada del siglo 15, como sugiere el libreto, al siglo 19 concretamente a la época de los movimientos independentistas de los países hispanoamericanos, entre 1808 y 1833.  El montaje es funcional y atractivo, aunque comienzan a notarse ya los años. Una mesa redonda se elevaba sobre los cantantes, como un simbolismo hacia los personajes el destino que los acechaba. Algunos elementos religiosos, un amplio muro con una escalera, hacen que el espectáculo mantenga una apariencia atractiva.  Al inicio de la ópera, como en sus posteriores apariciones el coro del teatro realizó una labor impecable cantando con autoridad y mostrando uniformidad, así como participación escénica, en sus desplazamientos, evidenciando el trabajo puntual que ha realizado su director John Keene.  Vocalmente, el elenco tuvo un desempeño plausible comenzando por la soprano Angel Blue, quien posee una voz robusta, capaz de crear un personaje vocalmente férreo y a la vez sentimental. Agradó la precisión, el control técnico y la expresividad con la que sacó adelantes las partes más exigentes del papel de Leonora.  Quien dejó huella con una incisiva actuación y prominente despliegue vocal fue la mezzosoprano rusa Ekaterina Semenchuk, quien sustituyó a la anunciada Anita Rachvelishvili, Desde su “Stride la vampa” inicial se mostró como una atormentada pero vengativa, y a la vez convincente Azucena. Por otro lado, no convenció completamente el Conde de Luna del barítono Georg Petean, quien, a pesar de su canto firme y profundo, pareció desvanecerse cuando cantaba alternando con los demás intérpretes, y por su desempeño actoral, de innecesaria sobreactuación.  El tenor Arturo Chacón-Cruz personificó un joven Manrico, papel que sacó adelante con enjundia y experiencia y con una emisión vocal correcta, aunque tensa y poco abierta en algunos pasajes. El experimentado bajo Robert Pomakov cantó su parte con amplia sonoridad y le dio el sentido y el propósito requerido por su parte. Correctos estuvieron en su desempeño la Mikayla Sager en el papel de Inez y el tenor Edward Graves como Ruiz, y el resto de los interpretes de los papeles menores.  La orquesta una de las fortalezas del teatro, en medio de un ciclo de obras de Verdi y Wagner, en esta y en futuras temporadas, propuesto por su directora titular Eun Sun Kim, mostro su valía a pesar de una lectura modesta, por momentos imprecisa y lenta de la maestra, cuyo objetivo parecía más enfocado en hacer sobresalir las voces moderando el sonido que emanaba del foso.


 



Tuesday, September 12, 2023

Svadba en Ciudad de Mexico

Fotos: Créditos de las imágenes de la puesta de escena: Gina Ibáñez /Fotos de estudio Cortesía Cinetc

Ramón Jacques

Agosto 26 del 2023.  Teatro de las Artes del Centro Nacional de Las Artes, Ciudad de México, México.  El escenario del Teatro de las Artes, ideal para la escenificación de óperas contemporáneas, de cámara y de música antigua; donde apenas hace dos meses se llevó a cabo el estreno local de la cantata dramática Aci, Galatea e Polifemo de Handel (1685-1759) ofreció otro interesante proyecto operístico que fue el estreno en México de la ópera titulada Svadba (que en español significa La Boda) ópera en un acto para seis voces femeninas a capella de la compositora canadiense de origen serbio Ana Sokolović (1968) quien cuenta con un amplio catálogo de composición de obras teatrales, de cámara, operísticas, orquestales y del genero vocal.  Svadba, con libreto en lengua serbia, le fue comisionada a la compositora por la compañía de teatro especializada en la creación de obras originales canadienses: Queen of Puddings Music Theatre de Toronto Canadá, y tuvo su estreno absoluto el 24 de junio del 2011 en el escenario del teatro Berkeley Street Theatre de esa misma ciudad.  La trama de la obra, de apenas sesenta minutos de duración, explora el tema de la boda, centrándose especialmente en la noche anterior a la ceremonia, un antiguo y privado ritual entre la novia y sus amigas. Sokolović, quien originalmente nació en la ciudad de Belgrado, capital de Serbia, se inspiró en el texto original de una poesía original de su país natal, y la adaptó a un contexto actual. La música o cantos contienen la influencia del folclore tradicional serbio, y las escenas se desarrollan, no de manera lineal si no mediante una conexión lúdica y dramática, pero con momentos de fantasía y alegría que se llevan a cabo en una reunión entre amigas, previa al día del matrimonio de una de ellas.  Una boda, que como explica la propia compositora, “es un punto de inflexión y coyuntura en la vida de cualquier mujer porque significa cambios, y está impregnada de tradiciones”. El rito de iniciación de Milica, el personaje principal, continua la compositora, “es un arquetipo de la experiencia humana, y esta ópera ofrece la posibilidad de profundizar en la riqueza que puede dar un breve pero decisivo momento en el tiempo” La obra ha resultado ser una valiosa aportación para el repertorio operístico contemporáneo, como para la compositora misma – quien se convirtió en la primer mujer a la que le ha sido comisionada una ópera por la Canadian Opera Company – y una producción de Svadba  se presentó en gira por diversas ciudades canadienses y europeas entre el 2012 y el 2015; además de que ha llegado a diversos teatros internacionales como la Ópera de Philadelphia, en su estreno estadounidense en el 2013, así como al prestigioso festival francés en Aix-en-Provence, en el 2015, en el Festival Liubliana Eslovenia en el 2017 y en la  Opéra de Montréal, ciudad donde reside la compositora,  donde tuvo su estrenó en el 2018, entre otros escenarios.  Las presentaciones y su estreno en México forman parte de un ambicioso proyecto ideado por del ensamble mexicano Túumben Paax, curiosamente un sexteto vocal femenino, que se adapta perfectamente al diseño de la obra. (Con una trayectoria de más de 17 años, Túumben Paax, que se ha especializado en comisionar, crear y promover repertorio contemporáneo mexicano nuevo, descubrió por casualidad esta obra que se adapta –por esta compuesta para seis voces femeninas- perfectamente a su visión y su conformación por lo que decidió ofrecerlo en carácter de estreno local.  En una entrevista que le realicé pocos días antes de la función a la que asistí, la soprano Lucía Olmos, integrante y fundadora del grupo, me contó que el nombre Túumben Paax, es un vocablo en maya (lengua que se habla principalmente en los estados peninsulares de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, en el sureste de México) cuya traducción al español significa “Música Nueva”. La particularidad que tiene la obra, me explicó Olmos es que “el peso de musical de la obra recae en las seis voces, no hay una voz que sea más importante que la otra, sino que la idea de la compositora está pensada para que todas las cantantes del ensamble canten durante toda la duración de la obra” En efecto, así se realizó la obra, bajo la conducción desde el foso vacío donde se ubicó el director musical, Rodrigo Cadet, con algunas percusiones como un gong o unos palos de lluvia que tocaban apenas alguna nota en particular.  El ensamble mostró admirable compenetración, precisión y homogeneidad a lo largo de sus continuas intervenciones. El sonido simultaneo de las voces y sus melodías, me hacía imaginarme la textura musical del coro polifónico, inclusive del canto gregoriano, que indudablemente debe ser su origen, pero con un sonido netamente contemporáneo, actual, por momentos colorido y festivo con influencia y tintes de la música de los Balcanes.  Lucía Olmos, exhibió brillantez y grata tonalidad en el papel de Milica. El resto de los personajes correspondieron a las sopranos Lorena Barranco y a Carmen Contreras, que dieron vida a los personajes de Danica y Lena, respectivamente; así como las mezzosopranos Julieta Beas, experimentada interprete que prestó su oscura y sedosa voz al papel de Nada; así como Mitzy Chávez como Zora; e Itzel Servín como Ljubica, ambas con un óptimo desempeño.  El canto que ofrece diversos matices, colores y que logra transmitir sentimientos, sensaciones, pasiones y estados de ánimo se complementó adecuadamente con la sencilla,  eficaz, y necesaria escenografía de Carolina Jiménez, que dentro de una especie de imaginaria habitación  circular cubierta al inicio de un velo blanco transparente, y con movimientos actorales puntuales de María Inés Pintado,  logró darles una cualidad humana y real a los personajes, más palpable, cercana y entendible para el público presente, ante la dificultad y el desconocimiento de la lengua cantada, por lo que fue apreciable la traducción y el super-titulaje. Los elegantes vestuarios de Josefina Echeverría consistió en elegantes y sencillos trajes blancos para cada personaje, al que se agregaron, una corona de flores y algunos tocados y adornos típicos de los Balcanes al personaje de Milica. Al final, hubo un reconocimiento y entusiastas aplausos del público presente para el loable proyecto y para las intérpretes, que regalaron una valiosa ejecución de una obra que indudablemente merece ser repuesta en esta ciudad, como también en escenarios de otras ciudades del país. 






Saturday, September 9, 2023

Ars Lyrica Houston releases world premiere recording of Alessandro Scarlatti’s 1710 oratorio, La sposa dei cantici


Houston, TX, September 6, 2023: GRAMMY®-nominated Ars Lyrica Houston is proud to announce the long-awaited release of Alessandro Scarlatti’s oratorio La sposa dei cantici on the Acis label. Starring four international stars of the early music world, this recording features the revival of a rarely-heard work that celebrates the Feast of the Assumption and the multi-layered rewards of human existence.

Ars Lyrica’s Artistic Director Matthew Dirst describes the music as “a mixture of the heavenly with the playful. Its subject matter—divine love—found a perfect compositional partner in Alessandro Scarlatti, the great master of the Italian vocal style at the dawn of the eighteenth century. I was thrilled to record it with such exceptional singers and players.” The oratorio’s four main characters are portrayed by three countertenors and one soprano, resulting in an exquisite combination of high voices. Countertenor John Holiday, “one of the finest countertenors of his generation,” (Los Angeles Times) and soprano Meghan Lindsay, whose voice has been described as “shimmering and luminous” (Opera Going Toronto), take the lead as Sposo and Sposa. The supporting roles Amor divino and Eternità are performed by two equally acclaimed artists: countertenor Jay Carter, described as “simply marvelous” (Washington Post) and Ryland Angel, a “gleaming countertenor... [with] aching sensitivity” (Riverfront Times). The four singers perform alongside Ars Lyrica’s critically acclaimed instrumental ensemble.

Ars Lyrica presents the world premiere recording of Scarlatti’s 1710 version which he and the librettist revised for its Naples performance. The 1703 premiere in Rome was presented under the title Assunzione della Beata Vergine (recorded with three sopranos by Matthieu Peyrègne/Ensemble Baroque de Monaco/Paraty 2019). For this project Ars Lyrica collaborated with GRAMMY®-nominated producer Geoffrey Silver and award-winning mastering engineer Ryan Edwards. Later in Ars Lyrica’s 20th anniversary 2023/24 season, this team will also release a recording of Bach’s The Well-Tempered Clavier, Book 1, by Matthew Dirst on Bach-style harpsichord from master builder John Phillips. La sposa dei cantici (released September 5, 2023) is available for purchase in physical formats from Ars Lyrica and Acis, and streaming on all platforms. 

BIOGRAPHIES

Based in Houston, Texas, Ars Lyrica Houston has received international acclaim for outstanding performances of neglected gems from the 17th and 18th centuries. Founded in 1998 by harpsichordist and conductor Matthew Dirst, the ensemble presents a diverse array of music, and through imaginative programming extracts the dramatic potential, emotional resonance, and expressive power of music. Its subscription concert series “sets the agenda”

for early music in Houston (Houston Chronicle). In 2011, Ars Lyrica received a GRAMMY® nomination for Best Opera for a groundbreaking recording of Johann Adolph Hasse’s Marc’ Antonio e Cleopatra.

Acis is one of America’s leading independent classical labels that boasts a roster of GRAMMY®-winning and nominated artists. Founded by twice GRAMMY®-nominated producer, conductor Geoffrey Silver (co-founder of New York Polyphony, former Chorus Master of twice GRAMMY®-winning The Washington Chorus), the label has excellence in the fields of early music, choral, and organ as its focus, and champions emerging and established artists in North America and Europe–particularly women and artists of color.


Saturday, September 2, 2023

Tosca en San Paulo

Fotos: TMSP

Fabiana Crepaldi 

Estimado lector, debo comenzar con una advertencia: este texto se refiere sólo al segundo y al tercer acto de Tosca presentado en forma de concierto, el pasado 11 de agosto en el Theatro Municipal de São Paulo. No, no llegué tarde. Mi asiento estaba en el extremo lateral y, como hago siempre desde enero de 2017, cuando la fila A en la parte central del foyer, donde compré todas mis entradas y abonos fue bloqueada, busqué un asiento central en la platea. Excelente vista, en el corredor, en medio del teatro. En medio del teatro… bueno, ahí fue cuando Angelotti atacó su “¡Ah! ¡Finalmente!",Vi que estaba en un lugar donde había una reverberación terrible, donde todo el sonido llegaba enredado, doble, imposible distinguir una sola palabra. Acostumbrada a frecuentar en el teatro las óperas, pero no a los conciertos, cuando está esa concha al fondo del escenario rebotando el sonido, nunca había experimentado este tipo de problema: la configuración acústica que me es familiar era otra. Por primera vez, descubrí que las historias sobre distorsiones de sonido ocasionales en el teatro, que ya había escuchado de antiguos asistentes habituales y juraba que eran leyendas urbanas, eran ciertas. En el intermedio, por supuesto que me cambié de asiento y entonces, para mí, la ópera comenzó de verdad. Aun así, no podía dejar de escribir algo, ya que, musicalmente, que yo recuerde, fue el mejor espectáculo que he visto en el TMSP desde principios del 2017. Hubo, en ese período, es cierto, uno u otra producción de buen nivel –por ejemplo, El Caballero de la da Rosa, El amor de tres naranjas, y recientemente, La Fanciulla del West (¡con Martina Serafín!)–, pero siempre con uno o más cantantes mal elegidos, que comprometían el resultado. En esta Tosca, no diría que el trío de protagonistas fuera homogéneo, sino que los tres eran de un gran nivel, de un nivel digno de un gran teatro. En otras palabras, el trío formado por la italiana Carmen Giannattasio y los brasileños Atalla Ayan y Leonardo Neiva podrían haber interpretado a Tosca, Cavaradossi y Scarpia en cualquier teatro importante del mundo. De hecho, Ayan y sobre todo, Giannattasio ya lo han hecho. La soprano ya fue Tosca en Berlín, Roma, Bolonia, Stuttgart, Viena. Ayan, por su parte, debutó como Cavaradossi recientemente, en 2022, en Stuttgart. Es bueno recordar que su voz va cambiando, ganando peso, y que hace pocos años unos era un papel impensable para él. De los tres, el único que debutaba y que cantaba mientras leía la partitura era el barítono Leonardo Neiva. Y éste demostró lo que, incluso leyendo, es capaz de hacer un artista.

Leonardo Neiva posee un bello timbre, redondo, aterciopelado. Confieso que no me imaginaba que pudiera dar voz a Scarpia. Una vez más: todo es posible para un artista. Lo más interesante es que lo hizo con mucha naturalidad y parece haber utilizado una receta sencilla: se dejó guiar por la música y el texto -al que, por cierto, le dio un fuerte énfasis-. Hace quince días, Neiva estuvo en otra ópera: Carmen, en el Teatro Municipal de Río de Janeiro. Tuvo poco tiempo para migrar de Escamillo a Scarpia, mientras se recuperaba de una laringitis que le impidió participar en la última función de Carmen. – exactamente la que yo vi; y esto fue en medio de los preparativos para ir a finales de mes a Viena, donde pasará a formar parte del elenco estable de la Wiener Staatsoper. Así, lo sorprendente no es que cantó mientras leía, sino que logró construir un carácter consistente, confiado, y eso fue lo más destacado de la noche. En el Scarpia de Neiva no hubo lugar para la exageración, y en ningún momento coqueteó con un personaje caricaturizado, pero su Scarpia fue firme, nunca vaciló, ni desde el punto de vista musical ni desde el punto de vista expresivo. Su voz sonaba todo el tiempo homogénea y muy bien colocada, llena de matices, con colores que cambiaban según las situaciones por las que pasaba el personaje. ¡Cómo me gustaría verlo con el papel perfectamente hecho, de memoria, en una puesta en escena!   Como Cavaradossi, Atalla Ayan demostró que está consolidando la voz más oscura y pesada que escuchamos recientemente en su Peri, en Il Guarany producido en el mismo TMSP. Está claro que, por momentos, pareció estar al límite de su vocalidad, pero su actuación fue bastante buena y, según me cuentan, creció en la función siguiente, la del domingo, confirmando la sensación de que la tendencia de su Cavaradossi es a crecer más y más.  En el segundo acto, su agudo corrió fácilmente en “¡Vittoria! ¡Victoria!", y, en el tercero, interpretó E lucevan le stelle con un legato y una sensibilidad que desataron insistentes gritos de “¡bravo!”. y "¡bis!" desde la platea. Y llegamos a la diva de la noche, Carmen Giannattasio donde la noche del viernes, Floria Tosca. No pude evitar, viendo tu actuación, recordar a su maestra, la gran soprano italiana Giovanna Casolla, a quien tuve la oportunidad de ver, hace diez años, en un recital en el Theatro São Pedro. Casolla ya tenía una edad avanzada para una cantante, pero su estilo estaba ahí: la voz enorme, con agudos pesados ​​e impetuosos. Giannattasio parece haber asimilado un poco este estilo típicamente verista de Casolla. Su voz es potente sus agudos son intachables, pero a veces le falta la ligereza que le daría más sensibilidad a su carácter. Su Tosca, sin embargo, iba mucho más allá de la diva artificiosa y fútil, una trampa en la que caen muchas intérpretes y que poco tiene que ver con las actitudes adoptadas por la heroína a partir del segundo acto. Además, teníamos para deleitarnos su hermoso timbre, su sólida técnica y su completo dominio de la partitura de Puccini. El resto del reparto lo hizo bien: Andrey Mira, como los sonoros Cesare Angelotti y el carcelero, Ricardo Gaio como Spoletta, Isabella Luchi como la pastora y, sobre todo, Leonardo Pace en los papeles de sacristán y Sciarrone. Del coro tengo poco que decir, ya que su participación principal en él Te Deum del primer acto, y en ese momento el coro se posicionó en el pasillo central, de modo que yo estaba prácticamente dentro de él. Todo lo que puedo decir es que había un tenor ronco y medio gritando un poco detrás de mí. La salud vocal de los coristas requiere atención.

Mientras miraba Tosca en el TMSP, me vino a la mente otra que vi en el 2019 en el Metropolitan Opera, en compañía de muchos asientos vacíos. Allí, el trío de protagonistas fue muy problemático, errado y fue muy diferente al optimo trio paulistano. En el papel principal, la poco interesante (por decir lo minimo) fue Jennifer Rowley; como Cavaradossi, Joseph Calleja, cuyos problemas de canto son proporcionales al tamaño de su voz. El caso de Scarpia fue más complicado: Wolfgang Koch, gran barítono, pero con una voz aparentemente un poco desgastada y difícil de ser oida en el Met, dejando un Scarpia apagado y casi inofensivo. Aun así, no fue una experiencia desastrosa, porque en Tosca la fuerza de la orquesta es muy grande, y la orquesta Met, dirigida por Carlo Rizzi, logró prevalecer sobre todos los problemas del elenco. En São Paulo, la situación fue exactamente inversa: si el trío de protagonistas brilló, la Orquestra Sinfônica Municipal, siempre bajo la dirección de Roberto Minczuk , que se promovió de director titular a director exclusivo se acomodó a un acompañamiento burocrático, con un sonido agresivo por momentos – que, por cierto, ya puede considerarse una característica de OSM. Los tempos tendían a ser rápidos, pero habiendo visto recientemente algunas óperas con interpretaciones un tanto arrastradas, con cantantes al límite y el público parpadeando, no me quejo: más rápido, más fluido que demasiado lento. Al final de la ópera, cuando Cavaradossi está siendo ejecutado – ¡ Ecco un arte!  – es la orquesta, con esa mezcla de esperanza, suspenso y marcha fúnebre la que da el pathos, y por lo menos el viernes, no se vio el romanticismo pucciniano. Para cerrar, unas palabras sobre la ópera en forma de concierto. Me adelanto: no es mi preferencia ya que el teatro es parte de la ópera. Esta conversación de que no hay necesidad de una puesta en escena, que solo estorba, es una visión reducida y malhumorada de la ópera, sin embargo, la ópera en forma de concierto es importante, pone el aspecto musical en primer plano, es un interesante ejercicio para el público y para los artistas, y se practica en todo el mundo. Solo este año, esta fue la quinta vez que he visto una ópera en este formato, todas más o menos siguiendo la misma línea: a veces los atriles están, a veces no, pero los artistas se mueven, interactúan y la ópera tiene vida, es no está enyesada. No hay nombre de un director escénico en el programa TMSP, pero hubo algunas indicaciones escénicas, donde destaco, el fin del primer acto con la entrada de Scarpia por el pasillo central,“¡Un tal baccano in chiesa!” , antes de subir al escenario – y digo Scarpia, porque el que pasó, con pasos pesados, al lado de mi butaca, no fue Leonardo Neiva, fue Scarpia: ¡Scarpia delante de nosotros, es Scarpia avanti a Dio!

El año que viene celebraremos el centenario de la muerte de Puccini. Este año, el Theatro Municipal de São Paulo presentó dos obras del compositor: La Fanciulla del West, puesta en escena, y Tosca, en concierto. Sabemos que el teatro no tiene una planificación a largo plazo: al contrario de todos los teatros serios del mundo, la programación de 2023 se hizo en 2022, y ahora está siendo elaborada la programación del próximo año. Con certeza, cuando Fanciulla, que se suponía que sería el último título de 2022, se aplazó al 2023, y Tosca también fue programada, nadie estaba pensando en el centenario de Puccini, en el lejano año 2024 –si es que alguien lo sabía eso. Ahora queda la pregunta: ¿qué tendremos el próximo año para celebrar la efemeride? La respuesta ideal sería: la reposición, con un elenco digno de la fecha de Turandot, la última ópera de Puccini, cuya composición se vio interrumpida por la muerte del compositor (y que, por ello, sólo se estrenó dos años después, en 1926). Esta respuesta casi obvia se ve reforzada por el hecho de que el teatro tiene la obligación legal de hacer un re-montaje cada temporada, pero como no todo es racional, probablemente no lo sepamos hasta el próximo año. ¿Turandot ? u ¿Otra ópera de Puccini? ¿Una gala digna de un gran teatro, con un elenco internacional (o que incluya, por supuesto, a los brasileños del primer nivel), como fue la Gala Tebaldi el año pasado? O, quién sabe, tal vez una gala digna de un teatro de provincia, con un elenco “por anunciar”, integrado por cantantes brasileños desocupados en ese momento, invitados un mes antes, y con el maestro saltando para amenizar al público. (¿cómo, lo que todo indica, la Callas Gala de este año seguirá teniendo “solistas por anunciar”)? El próximo año sabremos si lo que vimos en Tosca fue realmente un cambio de rumbo para el teatro, un salto de calidad o un mero accidente. ¡Oremus!