Sunday, January 28, 2018

Die Fledermaus en el Teatro alla Scala de Milán

Foto: Brescia&Amisano- Teatro alla Scala Milano

Massimo Viazzo

La primera representación del Murciélago en la Scala. Nunca la opereta de Johan Strauss Jr, había sido montada en el escenario de la sala del Piermarini, y se puede afirmar inmediatamente que no se trató de un éxito arrollador. El director de escena Cornelius Obonya ambientó la historia en una localidad alpina austriaca de cinco estrellas, entre impresionantes chalés y refinados y elegantes salones de fiesta, y sin exagerar con los gags, guío a los cantantes con naturaleza sin forzarlos. La idea de interpretar los recitativi parlati con un poco en alemán y un poco en italiano (como también en francés) fue en verdad desconcertante. Obonya mantiene justamente que la sociedad de hoy es internacional y que ello justifica su elección.  Pero entre el publico no todos dominan las lenguas y eso la hizo un poco discutible, obligando a muchos a levantar y bajar continuamente la mirada, concentrándose en ocasiones en la escena y en otras en la pantalla con los subtítulos, sin saber cómo o cuando se cambiaba de lengua. Por ello, no se tuvo el tiempo de captar ciertos compases a causa de estos cortes que en verdad no han servido para disfrutar del espectáculo.  Cornelius Meister demostró ser un director preparado, pero el espíritu wienerisch que permea la partitura no estuvo siempre a punto.  
Al final, la lectura pareció atenta y correcta, y aunque estuvo bien calibra en los timbres faltó en ocasiones la atmosfera y sobre todo careció de la languidez que representa bien la Austria Felix a un paso de la decadencia.   En general, estuvieron notables los cantantes, perfectamente en su papel. Entre todos, Eva Mei, fue una Rosalinde cantada con bella técnica y seguridad; como la Adele de Daniela Fally, una soprano ligera vivaz y simpática, como también la Orlovskaya de Elena Maximova, quizás no muy matizada, pero vocalmente importante. Muy simpático estuvo el Alfred de Giorgio Berrugi, cuyas intervenciones extemporáneas fueron íncipit de las arias más famosas del repertorio para tenor, un paseo de citas de verdad divertido, desde Traviata a Rigoletto, y de Trovador a Aida y Fedora. Algunas situaciones forzadas por aquí y por allá, pero el personaje no le salió bien. Un extrovertido Peter Sonn dio voz al descornado Einstein, con una emisión nada inmaculada pero siempre a sus anchas en el personaje, mientras que Markus Werba personificó con carisma vocal y escénico, y trazos mefistofélicos, al manipulador de la escena entera, el Doctor Falke.  Muy bien, y en su punto estuvo también el carcelario Frank cantado con buena proyección vocal por Michael Kraus. El conocido actor cómico italiano Paolo Rossi, dio vida al borrachín Frosch con un numero de cabaré que fue sobrio y mesurado, conociendo sus extraordinarias habilidades satíricas.  Al final, gustó mucho el cuerpo de baile de la Scala, que bailó (coreografías de Heinz Spoerli) durante las notas de la obertura y durante la gran fiesta del segundo acto un desencadenado Unter Donner und Blitz.

Stabat Mater de Pergolesi - Los Angeles Philharmonic

Foto: Peter Meisel

Ramón Jacques

La programación de obras barrocas en los conciertos de la Filarmónica de Los Ángeles es muy limitada, casi inexistente, como también lo es la participación de directores especializados en el género. Aunque sus visitas han sido espaciadas, desde su debut local en el 2011, se puede decir que Emmanuelle Haïm, es la persona en quien la orquesta confía para hacerse cargo de estos programas. La clavecinista francesa, que conduce la mayor parte de los conciertos desde su instrumento con carácter y personalidad, inyecta pasión y entusiasmo a sus lecturas, en las que denota conocimiento del repertorio y un cuidado minucioso de cada detalle, este concierto no fue no fue la excepción. Si bien la orquesta le respondió, y el resultado general fue satisfactorio, el reducido grupo de competentes músicos con instrumentos modernos (reforzados con tiorba, un segundo clavecín, órgano, percusiones, metales) ofreció una ejecución que por momentos se aproximaba más al de una pieza sinfónica; algo rígida en la dinámica y el color, que requería mayor gusto y sabor. Se bien se entiende que la música barroca no es una prioridad de la orquesta, considero que se podría dedicarle más tiempo; de igual manera se agradece la posibilidad de escuchar en vivo y en directo piezas confinadas a grabaciones. La elección de piezas para el concierto fue interesante, ya que fiel a su interés por la música vocal y la ópera Emmanuelle Haïm, incluyó una selección de arias y partes orquestales de la ópera de “The Fairy Queen” de Purcell, así como el siempre conmovedor Stabat Mater de Pergolesi. en el que entrelazó de una manera muy sutil las voces con un reconfortante y relajante sonido de las cuerdas, en uno de los puntos más sobresalientes del concierto. La elección de solistas fue decisiva, por el aporte del contratenor francés Christophe Dumaux con la tonalidad oscura en su voz, que es flexible y comunicativa; y el de la soprano Laura Claycomb que dio intención a cada una de las notas que emitió y que inundaron la sala de conciertos con claridad y lucidez.  Se escuchó también la Suite para orquesta 3 en re mayor de J.S. Bach, con su muy conocida Aria para la cuerda de sol.  La velada concluyó con un caramelo, el siempre emotivo duo “Pur ti miro pur ti godo” de La Coronación de Popea de Monteverdi.

Carmen, at the Teatro del Maggio Musicale Fiorentino, Italy

Foto: Maggio Musicale Fiorentino

Suzanne Daumann

Sometimes one should remember that a successful opera representation is something like a miracle; sometimes one should tune down one’s expectations, even when one is about to see a mythical opera in a mythical venue. The new Carmen production at the Teatro del Maggio Musicale in Florence has managed to make the headlines all over the world, making use of the international movement about violence against women. The cloud of gunsmoke after Carmen shoots Don José hides the other aspects of the production, some nice choreographies, a few good ideas not quite thought out, and a very shaky musical side. Stage director Leo Muscato has set the action in a vague present time, where a gipsy camp has taken the place of the tobacco factory, the square that sees all the people pass by is the entrance of said camp, and modern soldiers in black jumpsuits, armed with truncheons and fire arms, are guarding it. It is laudable to try and underscore the situation of this ethnic minority that still suffers persecution and exclusion all over Europe; the dramatic scene during the second part of the overture, showing a violent police raid on such a camp, is quite successful in this sense. During the rest of the opera, however, one finds oneself confronted with the old old cliches of erotism and outlaws’ freedom, rightful heirlooms of the 19th century. Carmen is the typical erotic fantasy of her time, seductive and scary - a woman who wants freely to chose her companion, ready to stand for her choices up to the end and be it death. A really free woman, that would not do at the time, and so she had to die, just like Violetta Valery, like Mimi or Manon. It is recommendable, of course, to want to go beyond this doctrine of fear and submission - but making Carmen a killer, is this really giving her her freedom? It might have been more coherent to end the love story of Carmen and Don José at the end of Act II, when they are already on the point of breaking up.In short, all this is quite confusing. Bravo, Alessandro Verazzi, for the lights and Margherita Baldoni for the costumes, that contribute a lot to making the staging more readable. The musical aspects as well were a bit unbalanced. Conductor Ryan McAdams had a lot of drive, making the finely chiseled parts of the score to shine and giving sensuality to Carmen’s dances. His enthusiasm led him to drown out the singers sometimes, who had a somewhat hard time of it already. 
Marina Comparato in the role of Carmen was sensuous of voice and of movement, and Valeria Sepe’s Micaëla, albeit somewhat brittle of voice, was an effective counterpart. Sergio Escobar as Don José was less convincing. He sang quite well, but something was lacking,  energy, or charisma, or experience. As to Burak Bilgili, he would have done better to stay at home and take care of his voice instead of trying to play Escamillo, since it was obvious that he was not well. One had to wonder how he was even allowed to sing, and if it was the presence of a sick colleague that held the rest of the cast back somewhat, so that on the whole the performance seemed to advance with set handbrakes. A mixed bag of goodies, this evening, leaving us to wonder and ponder, and to contemplate the absence of miracles.


Die Fledermaus - Teatro alla Scala, Milano

Foto: Brescia&Amisano - Teatro alla Scala

Massimo Viazzo

La prima volta assoluta del Pipistrello alla Scala: mai l’operetta di Johann Strauss ir, infatti, era stata rappresentata sul palcoscenico della sala del Piermarini. Dico subito che non si è trattato di un successo travolgente. Il regista Cornelius Obonya ha ambientato la vicenda in una località alpina austriaca a cinque stelle tra chalet con viste mozzafiato e saloni delle feste eleganti e raffinati, senza esagerare con le gag e guidadno sempre i cantanti con naturalezza senza forzature. L’idea di far recitare i recitativi parlati un po’ in tedesco e un po’ in italiano (e anche francese) ha invero un po’ disorientato. Obonya sostiene giustamente che la società di oggi è internazionale, e in tal senso giustifica la sua scelta. Ma tra il pubblico non tutti padroneggiavano le lingue e quindi tale scelta è parsa un po’ discutibile, costringendo molti ad alzare e abbassare continuamente lo sguardo, concentrati a volte sul palco  e a volte sul display con i sottotitoli, senza sapere quando e come si sarebbe cambiata lingua. Quindi certe battute non si aveva il tempo di coglierle a causa di uno spezzettamento che certo non ha giovato alla godibilità dello spettacolo. Cornelius Meister ha dimostrato di essere un direttore preparato, ma lo spirito wienerisch che pervade la partitura non era sempre a fuoco. La lettura alla fine è parsa attenta e corretta e anche ben calibrata timbricamente, ma mancava a volte di atmosfera e soprattutto latitava quel languore che ben rappresenta l’Austria Felix ad un passo dalla decadenza. Generalmente apprezabili i cantanti, perfettamente in parte. Su tutti Eva Mei, una Rosalinde cantata con bella tecnica e sicurezza, come l’Adele di Daniela Fally, un soprano leggero vivace e simpatico e anche la Orlofskaya di Elena Maximova,  forse non sfumatissima, 
ma vocalmente importante. Molto simpatico l’Alfred di Giorgio Berrugi, i cui interventi estemporanei erano in particolare incipit delle arie più famose del repertorio tenorile, in una girandola di citazioni davvero esilaranti, da Traviata, a Rigoletto, da Trovatore, a Aida e Fedora… Qualche forzatura qua e là ma il personaggio ne è uscito bene. Un estroverso Peter Sonn ha dato voce allo scornato Eisenstein, con una emissione non immacolata ma sempre a proprio agio nel personaggio, mentre Markus Werba ha impersonato con carisma vocale e scenico, mefistofelico a tratti,  il macchinatore dell’intera vicenda, il Dottor Falke.  Molto ben a fuoco anche il direttore della prigione Frank cantato con buona proiezione vocale da Michael Kraus. Paolo Rossi, noto attore comico italiano, ha dato voce all’ubriacone Frosch con un numero da cabaret tutto sommato sobrio e misurato, conoscendo le sue straordinarie capacità satiriche. E’ piaciuto molto, infine, il Corpo di Ballo della Scala, che ha ballato (coreografie di Heinz Spoerli) sulle note dell’Ouverture, e durante la grande festa del secondo atto uno scatenato Unter Donner und Blitz.

Europa, Italia, America - Da Goethe a Mendelssohn, Da Dvorak a Vittorini e Pavese - Teatro Coccia di Novara

Credito fotografico: Mario Finotti

Renzo Belladone

I teatri di provincia, se ben gestiti e ben amati, possono riservare delle incredibili ed affascinanti sorprese: Può succedere, ad esempio, che si vada ad un concerto, per un fantastico viaggio musicale e ci si  ritrovi due direttori d’orchestra anziché uno solo e…magari uno di questi è donna, giovane ed appena diplomata e magari…pure brava! Certamente risulta Interessante la scelta di far intervenire un’attrice, quale Lucilla Giagnoni per raccontare del profumo dei limoni del Garda, oppure raccontare che lo ‘sguardo’ è la chiave di tutto, ‘si’ di tutto il mondo che ci circonda e  di quel Goethe, tedesco fino al midollo, che si intenerisce di fronte ad un paesaggio giallo di girasoli in Toscana o che cambia il punto di osservazione dopo aver visto Napoli…. E’ affascinante che Giagnoni racconti di quelle impressioni americane di strade affollate o desolate praterie attraversate da una sbuffante locomotiva,forse assalita dai banditi,  parlando di Dvorak ed…insomma collegare la scoperta, la conoscenza attraverso un favoloso fantastico viaggio  musicale tra Europa/Italia e quel Nuovo Mondo che fu l’America.    Mi sia concessa una piccola nota personale circa la curiosità e la conoscenza:  senza di esse, ovvero senza andare alla ricerca del conoscere di  cosa fa il resto del mondo od anche solo nostro vicino, noi restiamo quello che siamo senza neppure aver la possibilità di crescere. In contrapposizione, conoscere quello che gli altri fanno ci aiuta a crescere e migliorare il nostro essere e le nostre azioni ed opere. Torniamo ora al concerto proposto dal Coccia e dal suo direttore musicale Matteo Beltrami: il tema è il viaggio, fatto di osservazione, musica, poesia, sensazioni ed emozioni. A proposito di sensazioni ed emozioni, credo sia raro che il direttore musicale di un teatro rinunci alla direzione di metà concerto a favore della sua assistente, ma in questo caso emozionante e sensibile è successo: Matteo Beltrami rinuncia alla direzione della Sinfonia n. 4 “l’Italiana” e la offre a Manuela Ranno, la giovane siciliana, neo diplomata in direzione d’orchestra, a cui riserva questa opportunità. “L’Italiana” di Mendelsshon viene diretta Da Manuela Ranno con tutta la partecipazione possibile, stando attenta a tutti i dettagli,  mettendosi in gioco con professionalità e serietà. I vari movimenti descrivono i paesaggi italiani visti con l’occhio tedesco del compositore e Ranno sa cogliere la laica liricità ed il mistico intimismo che alternandosi sono racchiusi nel prezioso scrigno della partitura ed accettare ed esaltare poi l’ariosità celebrativa (ad esempio nel terzo movimento), diretta con gesto ampio e chiaro. Della “Sinfonia dal Nuovo Mondo di Dvorak” penso che (credente o no) il compositore, nel momento della scrittura sia stato toccato da forze soprannaturali. L’enfasi, il raccoglimento, l’osservazione, l’entusiasmo, l’attesa ed ancora altri mille sentimenti stanno racchiusi in quelle pagine di spartito. Matteo Beltrami sul podio e con dinnanzi l’Orchestra Sinfonica mantovana, hanno saputo creare l’atmosfera giusta, fatta di suspense, quindi di attesa, e di incantato occhio osservatore di quel mondo che si vede, ma che non si percepisce ancora appieno. Il direttore coglie l’affresco delle parti poeticamente intimistiche  ed esalta poi il folle entusiasmo del nuovo in movimento che espandendosi gigantescamente invaderà il globo. Ci si potrebbe ancora dilungare molto, ma forse serve di più un plauso ai direttori ed un invito ad ascoltare le due composizioni e, lasciandosi dominare dalla forza della scrittura musicale, abbandonarsi al solo piacere dell’ascolto.La musica vince sempre

La Vedova Allegra - Teatro Coccia di Novara, Italia

Foto: Teatro Coccia di Novara

Renzo Bellardone

Certo che le musiche da  operetta sono proprio simpatiche!!!  Non è musica leggera o leggerissima e non è neppure musica operistica corposa o corposissima…… la musica di Lehár, Strauss e compagnia andante è musica bella, frizzante che ispira alla gioia di vivere e tra tradimenti, gags, siparietti e malintesi si racconta la storia di tutti i giorni, magari con un sorriso in più! Con la macchina del tempo che va a ritroso, nel pomeriggio di domenica 14 gennaio  al Teatro  Coccia di Novara si è ritornati in quel mondo fantastico dell’operetta, con i lustrini scintillanti, gli ori alle pareti e la scala centrale da cui scendono le dive come nei migliori ricordi della Wanda nazionale e dei tempi del vaudeville e del cabaret d’autore…. La regia dell’Impiccione Viaggiatore (inviato speciale de la Barcaccia di Rai 3)  il dottor Andrea Merli e di Renato Bonajuto, credo abbia colpito nel segno della rivisitazione d’autore, offrendo la giusta cifra di illusione, divertimento e sogni colorati. In buca l’orchestra dei Talenti Musicali  con giovanissimi professionisti, appunto  talentuosi, diretti da Giovanni di Stefano che al momento del proscenio ha lasciato la bacchetta nelle mani del violinista Eugenio Sacchetti (mio concittadino, quindi orgoglio, vanto e gioia doppia). Ma tornado all’allestimento, la globale messa in scena  sicuramente riporta ai tempi in cui gli ori ed i luccichii facevano parte dell’immaginario teatrale in un fantasmagorico e sognante impianto scenico. La vicenda è quella abituale delle operette: qualche corna vera, qualche tradimento presunto, un vassoio di coppe di champagne, belle donne, amori veri ed amori presunti. Il coro San Gregorio Magno diretto da Mauro Rolfi è risultato ben inserito ed accattivante. Gli interpreti di Vedova Allegra sono davvero molti ed in  questa produzione devo riconoscere la globale qualità, ma per non dilungarmi troppo nell’esposizione delle mie impressioni mi limiterò a qualche breve osservazione:   Armando Ariostini è certamente interprete sicuro e collaudato, come Marta Calcaterra che ‘profetessa in patria’ ha realizzato una  esuberante e brillante  Valencienne del cui personaggio si sta affermando quale interprete di riferimento su scala nazionale.  Mauro Bonfanti è un buon  conte Danilo, mentre Anna Glawari incontra Manuela Bisceglie che viene giustamente apprezzata per la brillantezza e la sicurezza vocale, oltre che per quella scenica.. Tra le voci maschili spiccano Nestor Losan che oltre all’ottima presenza scenica è aggraziato nel porgere un bel timbro ed un bel colore, con fraseggio accurato; Stefano Consolini si rivela buon tenore e buon interprete, quanto il giovane Stefano Marchisio (già apprezzato in altre produzioni operistiche) che esibisce con sicurezza un bel colore ambrato pieno di tonalità e ricco di timbricità.  Una nota di rilievo va senza dubbio riservata a Max René Casotti che conduce tutta la parte comica con tanta verve e tutta la sicurezza acquisita in molti anni di carriera e sovente in binomio con la moglie la celebre Daniela Mazzuccato che singolarmente (dopo la classica discesa dalle scale) ha interpretato “Chiudete pur l’augel, in in una gabbia d’or…” ed in coppia con il marito il ben noto “Tu che m’hai preso il cuor” in una sorta di rinnovata dichiarazione d’amore pubblica. Ovviamente il pubblico, che già aveva ritmato con il battimani tutta l’operetta, è qui esploso in un tripudio di consensi. La Musica vince sempre.

Carmen au Teatro del Maggio Musicale Fiorentino, Italie

Foto: Teatro del Maggio Fiorentino 

Suzanne Daumann

Il est bon, parfois, de se rappeler qu’une représentation d’opéra réussie à 100 pour cent relève du miracle; il est bon, parfois, de mettre en cause ses propres attentes, mȇme si on assiste pour la première fois à une représentation d’un opéra mythique dans un théâtre mythique. La nouvelle production de Carmen du Teatro del Maggio Musicale à Florence a réussi de faire „la une“ un peu partout, en sautant sur le train en marche du mouvement international qui s’insurge enfin contre la violence faite aux femmes. Cependant, la fumée de poudre des coups de feu du final, quand Carmen tire sur Don José, cachent le reste de la production, des jolies choréographies, des bonnes idées pas pensées jusqu’au bout, et un traitement musical qui laisse dubitatif. Le metteur en scène Leo Muscato a transféré l’action dans un présent mal défini, où la fabrique de tabac est remplacé par un campement de gitans, la place où chacun passe se trouve devant la clôture du camp, et les soldats sont des policiers modernes en combinaison noire, armés de matraques et armes à feu. Il est certes louable de vouloir attirer l’attention sur la situation de cette minorité ethnique en Europe, qui subit encore et toujours la mȇme persécution; le coup de projecteur la deuxième partie de l’ouverture, qui montre une razzia sur ce camp, est assez réussi. Par la suite, en revanche, le sujet passe au deuxième plan, et l’on se retrouve avec les clichés d’érotisme et de liberté hors-la-loi hérités tout droit du 19ème siècle. Carmen est la fille typique de son temps, une femme qui veut choisir librement son compagnon, quitte à assumer ses choix jusqu’au bout, et jusqu’à la mort. Justement, une femme libre, au 19ème siècle, finalement c’est inimaginable, donc elle doit mourir, tout comme Violetta Valéry, comme Mimi, ou encore Manon. Outrepasser cette pédagogie de peur et de soumission, c’est certes un but louable - mais est-ce vraiment lui rendre sa liberté que de faire de Carmen une meurtrière? Il aurait été plus cohérent de mettre un terme à l’histoire de Carmen et de Don José dès la fin de l’Acte 2, quand ils y sont en principe déjà prȇts eux-mȇmes… Bref, on reste perplexe devant tout cela. Bravo cependant pour les lumières de Alessandro Verazzi, et les costumes de Margherita Baldoni, qui contribuent grandement à la lisibilité de la mise en scène. Le côté musical aussi a ses inégalités. Le chef d’orchestre Ryan McAdams dirige avec un drive irrésistible et beaucoup de finesse, faisant étinceler les détails de la partition ciselée, et embrasant les danses de Carmen d’érotisme. Dans son enthousiasme, il a tendance à couvrir par moments les chanteurs qui peinent déjà un peu à se faire entendre. C’est du côté des dames, et surtout avec la Carmen de Marina Comparato, qu’on est en bonne compagnie. Elle est sensuelle à souhait, de voix et de geste, et la Micaëla de Valeria Sepe, soprano agile et irisée, est une belle contrepartie. Sergio Escobar dans le rôle de Don José est moins convaincant. Bien que doué d’une belle voix, il manque d’énergie ou de charisme ou d’expérience, bref, il manque de quelque chose. Burak Bilgili enfin aurait mieux fait de rester à la maison pour soigner sa voix plutôt que d’essayer de jouer Escamillo. C’était évident qu’il n’était pas en forme, et on se demande si c’est pour cette raison que la représentation avait l’air d’avancer au frein à main serré. Une soirée mitigée, somme toute, qui nous laisse perplexe, sur tous les plans. 

Actéon y Dido y Eneas en Los Ángeles con Les Arts Florissants

Foto: Les Arts Florissants / D. Rouvre

Ramón Jacques

Les Arts Florissants se presentó en la sala Walt Disney Hall de esta ciudad, dentro del ciclo de música barroca del recinto, ofreciendo un díptico de obras que inmiscuyen a los poderes supernaturales con asuntos de mortales como: Dido y Eneas de Henry Purcell y la pastoral en forma de tragédie en musique en miniatura, Actéon de Marc-Antoine Charpentier. Dirigiendo desde el clavecín a un reducido grupo de músicos, William Christie demostró porque su orquesta es de las mejores en el género de la música antigua, en un espectáculo que evidenció comprensión musicológica y una viva teatralidad con sentido del drama. Se escuchó un ensamble homogéneo y ligero, que apoyo a las voces y cuyo tejido musical, particularmente el de las cuerdas y el continuo, causó profundas sensaciones. La puesta semi-escénica de Sophie Daneman, utilizando únicamente sillas, fue de buen gusto, por la sincronía de los movimientos, y por su claro apegó a las historias. Además, los cantantes dieron credibilidad a sus personajes, así como a las ninfas, marineros, brujas y cazadores que aparecen y por sus coordinadas intervenciones como coro. Christie seleccionó a los mejores cantantes surgidos de su academia (Les Jardin de Voix), hoy destacados solistas, como: la soprano Elodie Fonnard quien sobresalió como Diana en Actéon (y la segunda mujer en Dido) por su expresividad y segura presencia escénica, y por su cristalina y brillante tonalidad vocal. La mezzosoprano Lea Desandre agradó por su conmovedor lamento de Dido, donde mostró claridad, control y conmovedores pianissimos (también dio vida a Juno de Charpentier). Digna de mención es la soprano Rachel Redmond por su desenvolvimiento musical y actoral como Arthébuze y como Belinda de Purcell. Ligero y grato fue el timbre exhibido por el tenor Reinoud Van Mechelen encarnando a Actéon (y después a un espíritu y un marinero). El barítono Renato Dolcini fue un efusivo y elocuente Aneas (y un cazador); y la parte jocosa la aportaron el contratenor Carlo Vistoli como la hechicera, y las sopranos Maud Gnidzaz y Virginie Thomas como las astutas brujas. A pesar del nivel del concierto, la sala lució semi-vacía, evidencia de que la música barroca no despierta el mismo interés que la música sinfónica en este país, un pendiente que los programadores de las asociaciones musicales y las y las salas de concierto deben resolver para atraer más público a estos eventos.  

Giulio Cesare de Handel en Houston

Foto: Lynn Lane

Lorena J. Rosas

Conociendo las dificultades por las que atraviesa la compañía (haber tenido que dejar temporalmente su teatro para refugiarse en un escenario improvisado dentro del centro de convenciones) el espacio reducido pareció ser adecuado para la escenificación de Gulio Cesare de Handel, obra que ingresó al repertorio de Houston en el año 2003. Agradó principalmente la original e ingeniosa idea de llevar la historia a los años 20 del siglo pasado durante la época dorada de Hollywood, para desarrollarla dentro de los sets de filmación de una película. Las escenografías se ajustaron a las limitaciones de espacio, pero sus motivos y muebles art deco, así como los fastuosos vestuarios son una idea que funciona y que ofrece al espectador una visión directa, asequible y jocosa de la ópera. El crédito es para el director escénico James Robinson, y para los diseños de Christine Jones. El elenco combinó experiencia con juventud, y contó con el legendario contratenor David Daniels como Ptolomeo de buen desempeño vocal y actoral, y su inconfundible timbre que aun maneja con agilidad, desenvoltura y audacia. La mezzosoprano Stephanie Blythe mostró determinación y muchas tablas como Cornelia y la soprano Heidi Stober fue una atractiva y seductora Cleopatra de canto ligero, efectivo y musical. Megan Mikailovna Samarin dejó una buena impresión en su caracterización de Sesto.  El papel de Julio Cesar le fue confiado al contratenor del momento Anthony Roth Constanzo, que tuvo un desempeño discreto, si bien maneja la voz con virtuosismo, parece ser un artista mecánico y poco comunicativo en escena. El elenco lo completó el joven contratenor Aryeh Nussbaum Cohen como Nireno, y el bajo-barítono Federico De Michelis como Achilla. Una reducida orquesta sirvió de acompañamiento y marco vocal para las voces, emitiendo un  sonido uniforme y dinámico, con la seguridad de la guía de su titular Patrick Summers, dirigiendo desde el clavecín.

Dolores O'Riordan, lead singer of the Cranberries, dies aged 46

Dolores O'riordan 
Dolores O’Riordan, the lead singer with the multi-platinum band the Cranberries, has died aged 46. O'Riordan had been in London for a recording session at the time of her death, but no cause of her sudden death has yet been announced. She had to cancel a tour with a reunited Cranberries in 2017 because of a back problem.  A police statement also confirmed the news, and that O'Riordan's body was found at a Park Lane Hotel.  The band, which was formed in 1989, rose to international fame in the 1990s and sold more than 40m records worldwide, with hits including Zomnie, Linger and Dreams. 

Monday, January 8, 2018

Interview with Johannes Martin Kränzle

Portrait private: Christian Palm Beckmesser  in  “Die Meistersinger von Nürnberg“  Bayreuth. Foto: Enrico Nawrath. Don Alfonso  in “Cosi fan tutte “ at the Royal Opera House London. Foto: Clive Bards

Oxana Arkaeva

During the last 12 years, your career enjoyed a steady growth and development. Are you happy about this?

Yes, I am more than happy. About 12 years ago I started to sing Wagner, a repertoire that opens the International operatic market for the German singers. Thus my career also received a significant boost thanks to Wagner. But, I'm not only happy. I am also grateful. When you start studying this repertoire, you can never precisely know how far it will bring you. You don’t expect and just dream to maybe land in New York at the MET or here in Bayreuth: Both the dream operatic performing venues. Then one day when the MET calls, you first think it's a joke. But, as we can see, dreams do come true.

Do you consider Bayreuth Festival to be the highlight of this development?

At least one of the highlights. For the Wagner repertoire, Bayreuth is the most important house in the world. It is also a universe, with its unique atmosphere created through the artistic and musical cooperation of many great artists and dedicated staff.

Is there more growing possible or have you arrived at the point of no return?

No, surely not. I'm not finished yet. One should keep evolving. For me, various aspects define the successful professional growth. In the first place, you have to start with yourself and keep on learning. Then you either have luck and bad luck regarding the quality of an opera production, which depends on external factors. Besides, productions with an outstanding quality are not a prerogative of only the big international house, but can also be experienced on the small stages, where they are being rehearsed thoroughly, and the artistic team works together more consistently. In second place, it is the team I am working with: stage directors, singer colleagues, and conductors. When there is a mutual artistic and human understanding, it can produce excellent results of the high artistic quality. For me, all of it must be right, must fit together, just like in Bayreuth. However, after working with such exceptional artists as the stage director Barrie Kosky and conductor like Philippe Jordan, you can turn into the quality gourmand. Indeed, it will not be easy for me to do another production of "Die Meistersinger" since the exceptionally high artistic and musical standards have been set. In third place, it is the role its self, which does not necessarily, has to be a new one. I am happy to repeat already sung roles since there is always a possibility to discover new things and develop them further.

You like to emphasise that you are not just a Wagner singer. Would it be so bad only to sing Wagner?

Not bad, but tiring: Mentally and physically. From the stylistic and the vocal side, Wagner requires an individual aesthetics, endurance, dynamics and use of the language. Also, his music is often constantly loud. If you do not sing other composers in between, you quickly fall into the vocal declamation, the chanting. That's why I always try to sing Verdi, Mozart or even Slavic repertoire because they bring you back to the Cantilena and Legato. In particular, Mozart is a balm for the voice.

How would you describe your work experience, the atmosphere during the "Meistersinger" production in Bayreuth? What was special or different?

I must acknowledge that throughout the whole production there was a great working atmosphere. Barrie Kosky has an incredibly positive, ironic, witty way to rehearse. There is also a fabulous singing team, and the role itself, which has a funny, melancholy, tragicomic side is a special one. This leads to my next question: How much of Beckmesser there is in the Kränzle and how much Kränzle is in the Beckmesser? The role is very important to me, but I do not think that I'm such a sad, lonely person. Beckmesser is a know-it-all, a geek and consequently a victim of the crowd. My private life, however, is entirely different. I believe that I am more of an integrative type and not a separating person with a lot of humour and ease. But, on the other side, one can assume there are still some similarities in character and personal treats between Beckmesser and me. Otherwise, the role wouldn't feel so natural.  Also, the parallels that Kosky established to the Jewish conductor Levi are entirely comprehensible. Wagner, who valued Levi a lot, still didn't hesitate to taunt him with sort of sadistic pleasure. Levi and Beckmesser both were mocked and despised at times in a somewhat masochistic way. This mutual sadistic-masochistic relationship between the composer and his environment gives, in my opinion, a new and vital aspect of this role.

What are the biggest vocal and acting challenges this role presents?

The comedy is an acting challenge. Good comedy develops out of the situation and not because actor behaves like a clown. Seriousness and timing are extremely important for the audience to find you funny. And it's satisfying to hear when they laugh, albeit out of malicious joy. Another challenge is the musical side of the role. Beckmesser has to scold a lot and in a high range. If you are not careful enough and give too much power, you will get tired very quickly. The role is incredibly intense, often divided into small sections without breaks in between. Artistically, the singer has to be able to create a space, a particular atmosphere around the figure, which, in fact, is also the case for any role.

Over the past three years, your health was and still is a topic of many interviews. Does that annoy you? Or would you like to leave the issue behind?

No, it does not annoy me, and I can not also leave it behind. What would annoy me, however, if journalists will keep linking me to the sickness: "This is the singer who was sick for a very long time." But I also noticed that after three years, the questions in this regard significantly subside. Of course, the theatre professionals might still wonder how I am doing. And I understand it. I would like to be judged by my performance and do not be reduced to the false compassion like "for being so sick, he sings orderly". Many people who did not know that I was so seriously ill do not realise it. They just hear the "old Martin" or even a «new Martin without noticing something being wrong or my illness. That is great and satisfying.

Outside the singing profession, what does an everyday life of Martin Kränzle looks like?

Ever since I started to sing again, my everyday life is determined by my profession. A new city, apartment, role, lots of rehearsals and performances. During the rehearsals, I do not have that much free time. During the performances rather more. Then I travel and explore the surroundings, visit new cities. I do a lot together with my girlfriend Lena Haselmann. She is also a freelance singer, and we try organising us logistically in the way we can spend a lot of time together. In the summer, in Bayreuth, my children and my mother stayed with me and attended a performance. It's vital for me to have my family around me.

When we would want to talk about your future, what does it look like?

My sickness has taught me that the life can turn to be very different from one day to the next. I sure do make plans, but I also stay modest. Nevertheless, I look very positively into the future; I am privately happy and have great productions to come.

Back to the Wagner. Which role is coming up next?

No new roles since I have already sung a lot of Wagner. The real dramatic characters like Hans Sachs, Dutchman or Wotan, are not for me anyway. Maybe I would like to sing Amfortas again because I managed to sing it just one time before I fell ill. My next new productions will be Janacek's "From the Dead House" singing Siskov and the role of Ford in "Falstaff" in Antwerp (Belgium).


La Filarmónica de Viena ofrecerá tres conciertos en la Ciudad de México

Bajo la joven batuta de Gustavo Dudamel —ganador del premio Gramophone 2011 al artista del año— la histórica Filarmónica de Viena ofrecerá tres conciertos en México: dos en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, los días 2 y 3 de marzo de 2018, y uno más, el 4 del mismo mes, en el Auditorio Nacional, para que un mayor número de personas disfruten de su presencia en México. Con estos conciertos, viene a México una agrupación considerada entre las más importantes del mundo y que ha estado íntimamente ligada al desarrollo  y difusión de la música. La Filarmónica de Viena interpretará en su primer concierto, el viernes 2 de marzo a las 20:00, la Sinfonía Núm. 2 del gran compositor estadunidense Charles Ives y la granSinfonía Núm. 4 de Piotr Ilich Chaikovski. Durante el segundo concierto, el sábado 3 de marzo a las 19:30, la agrupación iniciará con la Obertura para un festival académico de Johannes Brahms, para continuar con el Concierto para flauta KV 314 de Wolfgang Amadeus Mozart, en el que el flautista australiano Walter Auer tomará el papel protagónico como solista, y finalizará con la Sinfonía Núm.1 en domenor de Johannes Brahms. En el Auditorio Nacional, el 4 de marzo, a las 19:30, la agrupación interpretará el adagio de la Sinfonía Núm 10 de Gustav Mahler y además la Sinfonía Fantástica, Episodios de la vida de un artista de Hector Berlioz. Con estas presentaciones al frente de la Filarmónica de Viena, el venezolano Gustavo Dudamel, se convirtió en la batuta más joven al frente de la agrupación, desde su debut con ella. Actualmente, Dudamel es director musical y artístico de la Filarmónica de los Ángeles y de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, por medio de las cuales ha llevado el arte propiciado por la musa Euterpe, a niños de las comunidades menos favorecidas. El impacto del liderazgo musical de Gustavo Dudamel se hace sentir en varios continentes; es aclamado como uno de los directores más fascinantes y convincentes de nuestro tiempo, lo que lo ha llevado también a ser uno de los más condecorados de su generación. Entre los reconocimientos que ha recibido están, además del Gramophone 2011 al artista del año, el 2014 International Opera Awards (Italia) - Oscar della Lirica, y el Premio Leonard Bernstein Lifetime Achievement,por la difusión de la música en la sociedad, otorgado por el Longy School of Music of Bard College, avalado por la familia Bernstein. La Orquesta Filarmónica de Viena fue fundada en 1842 por Otto Nicolai. Con una historia de 176 años, ha estado vinculada no solo a los grandes compositores de la tradición musical en Europa, sino a grandes directores e intérpretes musicales. Nombres como los de Franz Lachner, Gustav Mahler, Richard Strauss, Leonard Bernstein y otros están íntimamente entretejidos en la historia de esta legendaria agrupación, la cual realiza cerca de 40 conciertos anuales en Austria, y regularmente se presenta en Nueva York y Japón. Su tradicional Concierto de Año Nuevo es transmitido a más de 90 países y a su Summer Night Concert Schönbrunn, concierto gratuito, acuden cerca de cien mil personas. Los músicos de esta agrupación implementan el motto con el que Ludwig van Beethoven presentó su Missa solemnis: “Desde el corazón al corazón”.

Interview mit Johannes Martin Kränzle

Photos:Portrait professional: Challange Records Inc, Gunther in “Götterdämmerung“ with Lance Ryan Staatstheater Wiesbaden. Foto: Barbara Aumüller; Ford in “Falstaff“ with Craig Colclough, at the Opera Vlaanderen Antwerpen. Foto: Annemie Augustijns

Oxana Arkaeva

Sie haben in den letzten Jahren eine beachtliche Karriereentwicklung gemacht? Sind Sie mit dieser Entwicklung zufrieden?

Ja, ich bin zufrieden. Vor ungefähr 12 Jahren habe ich angefangen Wagner zu singen, ein Repertoire, das den deutschen Sänger den internationalen Markt eröffnet. Sie bekommen dadurch, mehr Gelegenheit im Ausland zu gastieren. Dank dieser Tatsache hat auch meine Karriere vor ca. 12 Jahren einen neuen Schub bekommen. Ich bin aber nicht nur zufrieden, sondern auch dankbar. Wenn man anfängt, dieses Fach zu studieren, kann man nie genau wissen, wie weit man damit kommen kann. Man rechnet nicht damit, dass man in New York an der MET oder hier in Bayreuth landen kann. Beiden, insbesondere hier in Bayreuth, sind Traumhäuser für einen Sänger. Wenn dann eines Tages MET anruft, denkt man erst es wäre ein Scherz. Aber, wie wir sehen, können Träume auch wahr werden.



Ist Bayreuth der Höhepunkt dieser Entwicklung?

Zumindest ein der Höhenpunkte. Für Wagner Repertoire ist Bayreuth ein der wichtigsten, oder das wichtigste Haus weltweit. Bayreuth ist ein eigenes Universum, das durch die künstlerische und musikalische Zusammenarbeit und Miteinander viele großartigen Künstler zu einem Höhenpunkt der Opernsommer Europas wird.

Gäbe/gibt es eine Steigerung oder sind Sie an dem Point of no Return Ihres beruflichen Werdeganges angekommen?

Nein, definitiv nicht. Ich bin diesbezüglich noch nicht fertig. Man entwickelt sich immer weiter. Es sind verschiedene Aspekte, die eine Steigerung im beruflichen Leben definieren. An der ersten Stelle steht die Qualität der Produktion im Vordergrund, und nicht die Größe des Hauses. Die hervorragende Qualität trifft man nicht nur an den großen Häusern, sondern auch an den kleinen Bühnen. An der zweiten Stelle steht das Team, mit dem ich arbeite: Regisseure, Kollegen, Dirigenten. Denn wenn man sich miteinander menschlich und künstlerisch gut versteht,, ist es großartig. Das alles muss für mich stimmen, genau wie hier in Bayreuth. Nach der Zusammenarbeit mit solch einem großartigen Regisseur wie Berry Kosky entwickelt sich allerdings zu einem Qualitätgourmand. Sicher wird es für mich nicht leicht werden, eine andere Produktion von „Die Meistersinger“ mit einem andren zu machen, denn Kosky hat Masstabe gesetzt. An der zweiten Stelle steht das Team, mit dem ich arbeite: Regisseure, Kollegen, Dirigenten. Denn wenn man sich miteinander menschlich und künstlerisch gut versteht, ist es großartig.  An der dritten Stelle kann ich sagen, dass es nicht immer eine neue Rolle sein muss. Gerne nehme ich bereits gesungenen Partien wieder auf.

ie betonen gerne, Sie seien nicht nur ein Wagner-Sänger. Wäre es so schlimm nur Wagner zu singen?

Nicht schlimm, aber ermüdend. Psychisch und physisch. Von dem Stilistischen und Stimmlichen her erfordert Wagner eine eigene Ästhetik, Ausdauer, Dynamik und Sprache. Denn seine Musik ist oft andauernd laut. Wenn man dann dazwischen keinen anderen Komponisten singt, fällt man schnell in das Deklamieren im Gesang, in den Sprechgesang. Deswegen versuche ich immer wieder Verdi oder auch Mozart singen, denn sie bringen einen zurück in die Cantilena und Legato. Insbesondere Mozart ist ein Balsam für die Stimme.

Wie würden Sie Ihre Arbeit, die Atmosphäre bei der aktuellen “Meistersinger” Produktion beschreiben? Was war besonders/anders?

Es war durchgehend eine tolle Stimmung. Berry Kosky hat eine unglaublich positive, ironische, witzige Art zu proben. Dazu kommen ein großartiges Sängerteam und die Rolle selbst, die eine witzige, melancholische, tragikomische Seite aufweist. Beckmesser ist ein Mensch, der gequält, verspottet und verachtet wird. Die Parallelen, die Kosky zum jüdischen Dirigenten Levi zieht, sind, zu nachvollziehen. Wagner, der ihn geschätzt hat, hat ihn nichtsdestotrotz immer wieder verspottet und mit Genuss leicht gequält. Die Tatsache, dass beiden, Levi und Backmesser, sich auf eine ziemlich masochistische Art auch quälen gelassen haben, bildet, meiner Meinung nach, einen neuen Gesichtspunkt dieser Rolle.

Wie viel Beckmesser steckt im Kränzle und wie viel Kränzle steckt im Beckmesser?

Die Rolle liegt mir sehr, aber ich denke nicht, dass ich solch ein trauriger, einsamer Mensch bin. Beckmesser ist ein Mensch, der gequält, verspottet und verachtet wird und Kosky hat mich mit seiner Ansätze zu der Figur völlig überzeugt. Mein privat Leben ist allerdings völlig anders, als das vom Beckmesser. Und ich glaube, dass ich eher ein zufriedener, integrativer Typ, und nicht ein separierender Mensch bin.

Welche ist die größte sängerische sowie darstellerische Herausforderung bei solch einer Partie? 

Die Komik, sie ist solch eine Herausforderung. Denn sie kann nur dann entstehen, wenn der Darsteller auf der Bühne komplett ernst agiert. Die Komik entsteht aus der Situation und nicht weil Darsteller sich wie ein Clown benimmt. Damit es den Zuschauern als komisch erscheint, sind die Ernsthaftigkeit und die Timing extrem wichtig. Und es ist befriedigend zu hören, dass das Publikum lacht, wenn auch aus Schadensfreude. Eine weitere Herausforderung liegt in der Partie selbst, denn Beckmesser sehr viel und in der hohen Lage schimpfen muss. Wenn man nicht aufpasst und zu viel Gas gibt, wird man sehr schnell müde. Die Rolle ist extrem intensive, oft klein eingeteilt und am Stück ohne Pausen. Auch künstlerisch muss der Sänger es schaffen können einen Raum, eine bestimmte Atmosphäre um die Figur zu erschaffen.

Ihre Gesundheit in den vergangenen drei Jahren war und ist ein Thema vieler Interviews. Wie stark nervt Sie das? Sind Sie so was wie ein Hoffnungsträger für viele oder würden Sie das Thema gerne endlich hinter sich lassen? Einen Schlussstrich ziehen?

Nein, es nervt mich nicht und ich will/kann auch kein Schlussstrich ziehen. Was mich allerdings nerven würde, wenn ich praktisch immer nur damit verknüpft werde: „Das ist der Sänger, der eben sehr lange krank war“. Ich merke aber, dass nach drei Jahren die Fragen diesbezüglich deutlich nachlassen. Natürlich fragen sich die Theaterprofis, wie es mir geht? Aber ich möchte anhand meiner Leistung beurteilt werden und kein falsches aufbauendes Mitleid unter dem Motto “dafür, dass er so krank war, singt er ordentlich“ hören. Viele Menschen, die nicht wissen, dass ich so schwer erkrankt war, merken es auch nicht. Die hören eben den „alten Martin“ und das ist großartig und befriedigend.

Außerhalb des Sängerberufes, wie sieht der Alltag vom Martin Kränzle aus?

Seitdem ich wieder aktiv singe, ist mein Alltag durch meinen Beruf bestimmt. Immer wieder eine neue Stadt, eine neue Wohnung, neue Partie, Proben, Vorstellungen. Während der Proben habe ich nicht so viel freie Zeit. Bei den Vorstellungen eher mehr. Dann reise ich in der Gegend herum, schaue mir neue Städte an. Mit meiner Freundin Lena machen wir ganz viel zusammen. Sie ist eine freiberufliche Sängerin und wir versuchen und immer wieder die Zeit nehmen und zusammen viel zu unternehmen. Im Sommer, in Bayreuth waren meine Kinder und meine Mutter dabei, die auch eine Vorstellung besucht haben. Es ist schön, meine Familie um mich herum zu haben. 

Wenn Sie in die Zukunft schauen, wie sieht diese aus?

Dazu kann ich nicht viel sagen, das weiß ich nicht. Das liegt auch darin, dass ich immer wieder ein Auge auf meine Gesundheit werfen muss. Nach solch einer Erkrankung lebt man in jetzt und schaut man nicht unbedingt in die Zukunft. Man kann schon Pläne machen, aber man sollte bescheiden bleiben. Ich sehe trotzdem positiv in die Zukunft, bin privat glücklich und beruflich kommen sehr schöne Engagements auf mich zu.

Und zurück zum Wagner. Welche Partie steht als nächste vor?

Keine neue Wagner Partie. Ich habe aber schon sehr viele Wagner gesungen. Die ganz hoch dramatischen Partien wie Hans Sachs, Holländer oder Wotan sind sowieso nichts für mich. Amfortas würde ich noch mal singen wollen, denn ich habe es nur ein Mal singen dürfen, und bin dann krank geworden. Meine nächste neue Rolle wird im Janacek’ s „Aus dem Totenhaus“ sein, sowie die Wiederaufnahme als Ford in „Falstaff“.